Poder y responsabilidad: los precedentes del momento más impactante de ‘Spider-Man: No Way Home’

La mala suerte siempre ha perseguido a nuestro querido trepamuros.
Fotograma de 'Spider-Man: No Way Home'
Fotograma de 'Spider-Man: No Way Home'
Sony
Fotograma de 'Spider-Man: No Way Home'

[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE SPIDER-MAN: NO WAY HOME]

Hay tantas sorpresas y regresos (in)esperados en Spider-Man: No Way Home que es fácil olvidar algo importante: esto es, ante todo, la cumbre de un ciclo narrativo que dio inicio con Capitán América: Civil War. Es decir, el tercer reboot cinematográfico del superhéroe más querido de Marvel, que pudimos conocer de cerca en Spider-Man: Homecoming. Desde su llegada ha sido habitual en círculos fan discutir sobre las diferencias entre el Peter Parker de Tom Holland y los anteriores que nos presentaron Sam Raimi y Marc Webb junto a las iteraciones de Tobey Maguire y Andrew Garfield, siendo especialmente controvertidos los gadgets herencia de Tony Stark… y la ausencia de tío Ben.

Es decir. A lo largo de las películas ha habido pistas sobre el recuerdo que este personaje dejó en Peter, pero nunca ha sido ni por asomo tan importante como en las viñetas, o en las películas previos. De hecho, parecía que el rol de figura paterna que fallece para inspirar al joven Spider-Man lo jugó Tony Stark (Robert Downey Jr.) a su heroico sacrificio en Vengadores: Endgame, reforzándose esta idea en Spider-Man: Lejos de casa. Parecía que, aun con la ausencia de tío Ben, no era necesario que Peter perdiera más mentores… pero entonces llegó No Way Home. Y, en una de sus escenas más impactantes, Tía May (Marisa Tomei) murió.

Ocurre después de que el conjuro de Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) salga mal y traiga al MCU a varios enemigos de Spider-Man procedentes de anteriores películas de Sony. Son Electro (Jamie Foxx), Doctor Octopus (Alfred Molina), el Lagarto (Rhys Ifans), el Hombre de Arena (Thomas Haden Church) y el Duende Verde (Willem Dafoe), siendo este último el responsable de la muerte de May. La tía de Peter le convence de que ha de intentar “curar” a estos villanos para devolverlos a su realidad, y poco antes de morir le dice por fin a Peter la frase mítica: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

Marisa Tomei como Tía May
Marisa Tomei como Tía May
Sony

Por supuesto, esto lo hemos visto antes

No hace falta recordarlo. Esta es la frase que, desde el inicio de la mitología de Spider-Man, Tío Ben le decía a Peter en el lecho de muerte, precipitada por su impulsividad. El trepamuros se siente culpable por la pérdida de su tío, y eso es algo que vimos replicado en Spider-Man y en The Amazing Spider-Man (con Ben Parker siendo interpretado respectivamente por Cliff Robertson y Martin Sheen), pero no así en el MCU. Ha sido Tía May, en su lugar, la encargada de lograr que el personaje madure, a través de su muerte.

Nadie se esperaba que ocurriera y de ahí que el giro funcione tan bien en Spider-Man: No Way Home, acercando al personaje a esa tragedia constante que siempre lo ha erigido como el superhéroe de Marvel con quien menos cuesta empatizar. Funciona bien, además, por el trabajo previo con el personaje de Tomei: en Homecoming le vimos descubrir la identidad secreta de Peter, mientras que en Lejos de casa se había convertido en su gran aliada a la vez que impulsaba su actividad filántropa para los afectados por el Chasquido de Thanos, y tenía tiempo de iniciar una relación romántica con Happy (Jon Favreau).

Fotograma de 'Spider-Man: Lejos de casa'
Fotograma de 'Spider-Man: Lejos de casa'
Sony

En No Way Home esta solidaridad ha ido más lejos, encontrando a Tía May como miembro de FEAST. Estas siglas significan Food, Emergency Aid, Shelter and Training (Comida, Ayuda de Emergencia, Refugio y Entrenamiento) y designa a una organización que ayuda a los más necesitados de Nueva York. Su heroico desinterés terminará marcando a Peter en un giro bastante inédito, pero del que ya ha habido precedentes en otros medios fuera del cine (donde antes de Tomei fue interpretada por Rosemary Harris y Sally Field). Sin ir más lejos, ya en los años 60 May estuvo al borde de la muerte por culpa de una medicina adulterada de Kingpin, en un episodio de la serie animada El hombre araña.

Spider-Man logró resolver este complot, y por regla general Tía May se ha mantenido sana y salva dentro del cine y televisión. En los cómics es otro cantar: llegado 1995, nos topamos con una trama de lo más rocambolesca en el número 400 de The Amazing Spider-Man, desarrollado por J.M. DeMatteis, Mark Bagley y Larry Mahlstedt. La muerte de Tía May llegaba a ocupar una inolvidable viñeta desde el hospital, falleciendo frente a su sobrino… para que poco después descubriéramos que esa no era la tía May, sino una actriz idéntica a ella.

Este número tenía lugar dentro de la llamada Saga del Clon, mientras a la verdadera tía May le habían lavado el cerebro para que se olvidara de Peter. La situación, de este modo, nunca llegó a ser tan peliaguda como lo fue 12 años después, al poco de que concluyera el evento especial Civil War. Durante este Spider-Man le había revelado al mundo que era Peter Parker, provocando que Kingpin mandara un sicario para matarle. La bala destinada al protagonista, sin embargo, alcanzaba a su tía, y como resultado a esta le tocaba agonizar en el hospital mientras Peter se sentía culpable. Que es lo que mejor se le da.

Viñeta de 'The Amazing Spider-Man #400'
Viñeta de 'The Amazing Spider-Man #400'

El arco One More Day, desarrollado por Joseph Michael Straczynski y Joe Quesada a lo largo de 2008, pasa por ser la historia más similar a la trama de No Way Home. La muerte de May es resultado de que el mundo conozca la identidad secreta de Spider-Man (en el cine esta situación se debió a una jugarreta del Mysterio interpretado por Jake Gyllenhaal), y Peter quiere igualmente arreglar la situación recurriendo al Doctor Strange. El Hechicero Supremo, fiel a su estilo, le dice que no puede devolverle la vida a May, y Spider-Man llega a intentar viajar en el tiempo sin conseguir nada.

Entonces el demonio Mephisto le propone un trato para salvar a May, y como resultado One More Day le practica un sonoro retcon a la nueva continuidad que había inaugurado Civil War. Luego de este no solo May seguía con vida y el mundo había olvidado quién era Peter Parker, sino que además había sido eliminado de un plumazo el romance de este con Mary Jane, y su futuro juntos. Una penitencia que el trepamuros aceptaba gustoso con tal de mantener a salvo a quienes ama y que es fácil relacionar con el trágico final de Spider-Man: No Way Home, con Peter incapaz de seguir junto a la MJ que interpreta Zendaya.

Spider-Man pide ayuda a Doctor Strange
Spider-Man pide ayuda a Doctor Strange

Pero, ¿ha llegado a morir alguna vez?

La respuesta es sí, pero hemos de apartarnos de los cómics o las series de televisión para encontrarnos con un precedente. Curiosamente, este no está muy alejado en el tiempo de Spider-Man: No Way Home, pues solo hay que remitirse a 2018, cuando Insomniac publicó el aclamado videojuego Marvel’s Spider-Man. Considerado una de las mejores versiones del trepamuros, Marvel’s Spider-Man nos presentaba a un Peter Parker veterano que ayudaba a May (aquí doblada por Nancy Linari) en sus actividades solidarias dentro de FEAST, aquí liderada por un tipo llamado Martin Li. Un tipo, sabríamos pronto, no muy de fiar.

Y es que Li era el álter ego de Mister Negative, un villano que planeaba enfermar a Nueva York con un virus llamado Aliento del Diablo. Gracias a la mediación del Doctor Octopus, Spider-Man acababa consiguiendo un antídoto para la enfermedad, pero se topaba con una difícil decisión: o se lo suministraba directamente a Tía May, quien había contraído el virus, o lo utilizaba para sintetizar una vacuna con la que proteger Nueva York al completo. Peter optaba por lo segundo y Tía May moría en sus brazos, no sin antes decirle que sabía desde hace tiempo que él era Spider-Man, y que estaba muy orgullosa de él.

Tres años después, hemos vuelto a asistir a una muerte de Tía May, solo que con un ligero cambio de términos. En el primer caso, Peter tuvo que aceptar que su mentora muriera por un bien mayor. En el segundo, lo hizo para comprender que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, algo que desde ahora será su mantra… y, quién sabe, le facilitará volver a tomar decisiones tan difíciles como la que vimos en Marvel’s Spider-Man. Solo queda esperar, por tanto, que esta no sea la última vez que veamos a Tom Holland como el trepamuros.

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