Paul Rudd lo pasó peor que nunca entrenando para la nueva 'Ant-Man': "Toda la ropa me venía estrecha"

"Siempre tendré peor pinta que el resto de los Vengadores", explica el actor, de 53 años. 
Peyton Reed dirige una vez más a Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Douglas y Michelle Pfeiffer en la entrega más ambiciosa de la saga del Vengador al que nadie pide una selfie. Kathryn Newton debuta como Cassie Lang, hija de Scott, y Jonathan Majors se transforma en Kang el Conquistador para deleite de todos los universos.
Peyton Reed dirige una vez más a Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Douglas y Michelle Pfeiffer en la entrega más ambiciosa de la saga del Vengador al que nadie pide una selfie. Kathryn Newton debuta como Cassie Lang, hija de Scott, y Jonathan Majors se transforma en Kang el Conquistador para deleite de todos los universos.
Cinemanía
Peyton Reed dirige una vez más a Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Douglas y Michelle Pfeiffer en la entrega más ambiciosa de la saga del Vengador al que nadie pide una selfie. Kathryn Newton debuta como Cassie Lang, hija de Scott, y Jonathan Majors se transforma en Kang el Conquistador para deleite de todos los universos.

Para los personajes de cómic, cumplir años es fácil: mientras el guion y el dibujo acompañen, nuestros superhéroes favoritos pueden seguir mostrándose juveniles todo el tiempo que haga falta. Pero sus intérpretes de carne y hueso lo tienen mucho más complicado, como ese Paul Rudd que, a sus 53 años, ha confesado haberlas pasado canutas preparándose para Ant-Man y la Avispa: Quantumanía. 

Hablando con The Hollywood Reporter, Rudd ha explicado que los casi cinco años transcurridos desde el estreno de Ant-Man y la Avispa se han hecho notar. Sumándose, además, al rodaje de The Shrink Next Door, la serie que protagoniza para Apple junto a Will Ferrell y que le exige tener un físico mucho menos apolíneo que el esperable en un personaje Marvel. 

"Trabajé muy duro para ponerme en forma con vistas a Quantumanía, y entonces me di cuenta: 'Oh, Dios, esto es mucho más difícil que con Ant-Man y la Avispa", señala Rudd. "Me había descuidado mucho más que antes. De golpe y porrazo, la ropa me venía estrecha. Y pensé: 'Dios, esto es un asco. Ni siquiera puedo llevar esos pantalones". 

Los requisitos físicos para reaparecer junto a Evangeline Lilly en el filme no solo obligaron al actor a machacarse en el gimnasio, sino que también supusieron un duro golpe para su autoestima. "Me decía a mí mismo: 'Bueno, pues entonces no pasa nada si me como unas cuantas galletas", recuerda. "Me encontraba irritable y muy consciente de mi físico. No estaba de buen humor. La verdad es que me machaqué".

Pero uno no puede enfrentarse a Kang el Conquistador (Jonathan Majors) en esas condiciones, de modo que Rudd acabó por ponerse las pilas. "Si tengo una meta, puedo ser una persona híper concentrada", comenta. "Si estoy haciendo una de estas películas y sé que tengo que rodar una escena sin camisa en cuatro meses, me pongo a tope". 

Ser consciente de sus propias limitaciones (si es que se las puede llamar así) también ayudó bastante al intérprete de Scott Lang. "Puedo trabajar duro y comer sano, y seguiré teniendo peor pinta que la mayoría de los otros Vengadores", explica. Y, si bien es verdad que su físico nunca llamará tanto la atención como los de Chris Hemsworth y Chris Evans, también es verdad que él es el único que tiene partículas Pym para volverse más alto que cualquiera de ellos. 

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