Muere Omar Sharif

Muere Omar Sharif

El actor egipcio de ascendencia libanesa Omar Sharif ha fallecido en El Cairo a los 83 años, según ha comunicado su agente a la BBC. "Ha sufrido un infarto esta misma tarde en un hospital de El Cairo", ha declarado Steve Kenis, quien a principios de año confirmó que el actor había sido diagnosticado con alzheimer. Durante sus 60 años de carrera, Sharif intervino en más de un centenar de películas, alcanzando enorme reconocimiento internacional por sus papeles en Lawrence de Arabia (1962; por el que recibió su única nominación al Oscar) y Doctor Zhivago (1965; Globo de Oro al Mejor actor), que lo convirtieron en estrella internacional y lo elevaron a estatus de galán en los años 60.

Tras desarrollar los primeros años de su carrera en Egipto, donde protagonizó varias películas románticas junto a su mujer Faten Hamama, Sharif pegó el gran salto a Hollywood gracias a David Lean, que buscaba a actores árabes que hablaran inglés para interpretar a Ali en su obra maestra sobre T. E. Lawrence y quedó inmediatamente hechizado por la fuerza de la mirada del actor en una foto de cásting.

A partir de entonces, el actor se convirtió en el nombre de moda al que recurrir en las grandes producciones cuando hacía falta un rostro fuerte y exótico: fue cura español en Y llegó el día de la venganza (Fred Zinnemann, 1964), rey armenio en La caída del imperio romano (Anthony Mann, 1964), yugoslavo en El Rolls-Royce amarillo (Anthony Asquith, 1964), mongol en Genshis Khan (Henry Levin, 1965), alemán en La noche de los generales (Anatole Litvak, 1967), el archiduque Rodolfo de Austria en Mayerling (Terence Young, 1968), el Che Guevara en Che! (Richard Fleischer, 1969) y, por supuesto, el médico ruso Yuri Zhivago en la brillante adaptación de la novela Doctor Zhivago de Boris Pasternak, de nuevo bajo dirección de Lean.

En 1968 fue sonado cuando Sharif compartió protagonismo con Barbra Streisand en Funny Girl (retomarían sus papeles en la secuela Funny Lady, de 1975), a las órdenes de William Wyler, debido al apoyo público de la actriz hacia Israel con la Guerra de los Seís Días todavía humeante. Aunque lo suyo eran los dramas históricos y los grandes romances, en estas y otras películas el actor no dudó en demostrar que tenía una vena cómica muy efectiva; ahí queda su intervención en La pantera rosa ataca de nuevo (Blake Edwards, 1976) y, sobre todo, el inolvidable papel autoparódico que clavó en Top Secret! (ZAZ, 1984).

Tras algún que otro traspié sonado (Inchon (1981), El guerrero nº13 (1999), etc.), la década pasada Sharif obtuvo el mayor reconocimiento de la última etapa de su carrera como protagonista de El señor Ibrahim y las flores del Corán, adaptación de la novela homónima de Eric-Emmanuel Schmitt dirigida por François Dupeyron con la que ganó el César de Mejor actor en Francia. La última vez que uno de los rostros más poderosos de la historia del cine se dejó ver en nuestras carteleras fue con la reciente Un castillo en Italia (2013), de Valeria Bruni Tedeschi.