Este sábado fallecía a los 91 años François Leterrier, inolvidable rostro protagonista de Un condenado a muerte se ha escapado, dirigida por Robert Bresson en 1956. La actuación nunca había sido una actividad que a Leterrier le interesara especialmente, y de hecho había estudiado Filosofía en París antes de coincidir con el mítico cineasta francés durante el servicio militar. Bresson, habituado a que actores anónimos protagonizaran sus películas para darles un mayor realismo, le dio posteriormente el papel principal de Un condenado a muerte se ha escapado.
Gracias a este trabajo, Leterrier desarrolló un gran interés por el mundo del cine, solo que detrás de las cámaras. Dos años después del estreno de Un condenado ha muerte se ha escapado, así, ejerció de asistente de dirección para Louis Malle en Ascensor para el cadalso, y en 1961 debutó como cineasta al frente de Los malos golpes, donde se benefició del protagonismo de Simone Signoret. Leterrier cultivó entonces una carrera como director de lo más polifacética, rodando tanto La persecución como el drama erótico Emmanuelle 3: Adiós Emmanuelle, estrenado en 1977.
Tres años antes, el realizador había vuelto a trabajar como actor por última vez, en Stavisky de Alain Resnais. Leterrier es el padre de Louis Leterrier, director afincado en Hollywood que cuenta con títulos como El increíble Hulk, Ahora me ves o la serie Cristal oscuro para Netflix en su currículum.
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