María Pedraza: "Para documentarme sobre el poliamor tiré de internet"

Hablamos con la actriz madrileña sobre su autoestima, su Instagram y la comedia de Fernando Colomo que estrena el 21 de mayo, 'Poliamor para principiantes'.
Maria Pedraza en el Festival de Málaga de 2019
Maria Pedraza en el Festival de Málaga de 2019
Victor J Blanco
Maria Pedraza en el Festival de Málaga de 2019

María Pedraza (Madrid, 1996) es de esas actrices que entró en los rodajes por casualidad. De pequeña, pasaba horas montando sus propias coreografías en el salón de casa y, viendo lo mucho que le gustaba bailar, su madre la apuntó a clases de danza clásica. Apenas unos años después, ya había hecho la carrera completa en el conservatorio y fantaseaba con convertirse en bailarina estrella.

Pero, un día, el cineasta Esteban Crespo la descubrió en Instagram, se enamoró de su fotogenia y la convirtió en protagonista de su película Amar (2017), una experiencia que supondría el comienzo de una meteórica carrera para la madrileña.

Pedraza, que ya sabe lo que uno siente al convertirse en una chica Netflix, viene encadenando un proyecto tras otro. Ahora, de hecho, se mete en la piel de una joven poliamorosa en su última película, Poliamor para principiantes, una entretenida comedia romántica dirigida por Fernando Colomo y coprotagonizada por los veteranos Karra Elejalde y Toni Acosta que se estrena el 21 de mayo.

CINEMANÍA ha charlado con la actriz sobre este filme y los vaivenes de su profesión.

Escuché que Fernando Colomo se apuntó a la Asociación Poliamor Madrid para documentarse antes de acometer el rodaje de Poliamor para principiantes. ¿Optaste tú por alguna experiencia de inmersión del estilo?

Yo no opté por hacer lo mismo que Fernando, y tiré más de documentarme a través de Internet y de ir descubriendo a través de la experiencia en la película. Fui descubriendo a través de mi personaje.

Tuvisteis que ensayar vía Zoom y grabasteis encerrados en una 'burbuja' en Isla de Valdecañas. ¿Viviste el rodaje estresada?

Es supercurioso, pero no lo viví estresada. Yo intento trabajar siempre con mucha prudencia y responsabilidad, por mis compañeros, por mi familia y porque estamos en una pandemia mundial. Pero, una vez me metí en el rodaje, intenté no pensar en lo demás, pues ya son muchas cosas las que nos echamos a las espaldas. Al final, es un miedo que está ahí, pero yo viví el rodaje de forma relajada, porque tomamos muchas precauciones y no tuvimos ningún positivo [por covid]. Fue un rodaje supertranquilo.

Al principio de la película, tu personaje (Amanda) confiesa que es poliamorosa desde que descubrió que una persona no tenía por qué cubrir todas las necesidades de otra durante toda su vida. ¿Estás de acuerdo con ella?

Amanda es un personaje que da un giro, que cambia a medida que va pasando la peli, y al final toma la decisión de mirar por sí misma. No es que yo esté de acuerdo o no, pero sí que hay veces que tomamos decisiones en base a las malas experiencias que hemos tenido, y no necesariamente tenemos que hacerlo. Quizás deberíamos pararnos, enfrentarnos a ellas o escucharlas. Pero, al final, esa es la decisión que ha tomado Amanda.... ¡y yo la defiendo! [risas].

Tengo entendido que, después de filmar tu primera película, te quedaron pocas ganas de repetir en el cine. ¿Tan mal besa Pol Monen?

¡Qué va! Pol besa superbien [risas]. De hecho, le quiero muchísimo y es uno de mis mejores amigos, y podría decir que es incluso como mi hermano. Fue muy curioso. Quizás, tomé una decisión por una mala experiencia que no tenía nada que ver con la película, sino con un tema personal. Dejé que esa información trastocara mis pensamientos o mi pasión. Al final, yo me había enamorado de una casualidad, que fue la interpretación. 

Pero la cabra tira al monte y, como suelo decir, todo pasa por algo, así que yo volví a la danza, echando mucho de menos la interpretación y asumiendo que me había enamorado de ella y que quería volver a ella.

Participar en las series La casa de papel y Élite supuso para ti un trampolín a la fama nacional e internacional. ¿En qué momento fuiste consciente de que la situación se te había ido de las manos?

Nunca he dejado que se me vaya de las manos, porque soy una persona muy terrenal. Es evidente que es una situación poco común y te desborda. Estoy gratamente sorprendida. Soy una persona que ha tenido mucha suerte y estoy muy agradecida a todas las personas que me han dado la oportunidad. Aunque también me lo he currado yo, que he aprovechado esa oportunidad. 

Creo que intenté no ser consciente [del boom de la popularidad] para que eso no despistara mi forma de trabajar o mi pasión por el trabajo. Al final, cuando estás a muchas cosas, no estás a nada, y yo intenté llevarlo medianamente bien. 

Fue una etapa más que tuvo sus más y sus menos, porque no dejamos de estar muy expuestos y hay cosas que nos gustaría hacer y que no podemos hacer. Aunque, al menos yo, siempre intento hacer todo porque soy una persona muy honesta conmigo misma. Pero bueno, gracias al público, que me ha dado una parte de lo que soy ahora mismo, se ha reconocido mi trabajo.

¿Por qué decidiste tomarte un respiro en 2019, y qué aprendiste durante aquel parón?

Me encanta que saques esto. Soy una persona que vive todo muy intensamente y que, a veces, se agota de sí misma. Creo que tengo hiperactividad no diagnosticada... Quizás fue la vida la que me paró y me puso delante esta profesión, igual desde un lugar un poco más lejano. Yo, al principio, estaba muy perdida. No sé si esta profesión me eligió a mí. Quizás me eligió a mí, y después yo la elegí a ella y, al final, nos acabamos fusionando y enamorando. Pero no me salían los proyectos que yo quería, no me emocionaban. 

Fue un año muy duro, durísimo, que yo agradezco infinitamente al universo, porque he aprendido mucho. He aprendido a descubrirme en esa etapa, a tener paciencia y, sobre todo, a querer despegarme un poco de mí misma y ver qué tipo de actriz o persona me gustaría ser.

Solo en Instagram, cuentas con cerca de doce millones de seguidores. ¿Sueles entrar al trapo de los comentarios de haters o, directamente, ni los lees por el bien de tu salud mental?

Me gusta luchar por las injusticias, pero soy una persona muy pacífica. Tendemos a prejuzgar a las personas, o a hablar desde el desconocimiento, pero, al final, no dejamos de ser personas. Aprovechando este momento social dramático a nivel global, creo que deberíamos tener un poco más de empatía con el otro, a pesar de que sea diferente, o que no encaje con nuestra energía o nuestra forma de ser. 

Es algo evidente que no le puedes gustar a todo el mundo, pero intento no entrar nunca al trapo, porque soy consciente de que esto va a ser así siempre. Lo único que me queda es seguir con mi vida, porque tengo mucho por hacer y por descubrir de mí misma. Estoy más en mí que en los comentarios.

Algunos de tus compañeros de profesión se lamentan de que algunos productores y directores se centren en los seguidores que un actor tiene en sus redes sociales para decidir contratarlo o no. ¿Te parece exagerada la queja o la compartes?

Creo que hay mucho talento detrás de personas que a lo mejor no tienen muchos seguidores. Pero es la situación que estamos viviendo ahora, me atrevería a decir que es una 'nueva normalidad'. Yo lo respeto, pero hay cosas que no comparto. Tengo amigos y amigas que son grandes actores, y grandes personas, y que a lo mejor no han tenido oportunidad de trabajar por el tema de los seguidores. Habría que darles al menos una oportunidad y ver qué pasa. Estamos haciendo normal algo que, realmente, no sé si debería ser normal.

Dices que te consideras una persona elegante. ¿Qué es para ti la elegancia?

Para mí la elegancia es una actitud. Habla mucho de la forma de comportarse de una persona. Una persona elegante, para mí, es una persona exigente consigo misma. Mi actitud ante la vida es esa. Mi objetivo no es ser elegante, pero sí dar lo mejor de mí misma. Opto por ser elegante ante las situaciones.

Precisamente, Bvlgari te nombró embajadora de su firma en 2019 por (según comentó) tu elegancia rompedora y tu seguridad en ti misma. ¿Siempre has tenido una autoestima a prueba de bombas?

¡Para nada! De hecho, las personas que me conocen son conscientes de las inseguridades que yo tengo. Al final, cuando tienes una flor y esa flor está herida, hay veces que hay que arrancarla y dejar que crezca de una forma sana. Yo siento que estoy empezando a florecer de una forma muy diferente. Es una forma que me gusta, porque estoy siendo más yo que nunca, sin hacer daño a los demás. 

Mi forma de tener autoestima consiste en ser yo y no defraudarme a mí misma, en seguir mi camino, intentando respetar al que está al lado. Podría decirse que pocos días tengo autoestima. Bueno, algún día sí que la tengo. Pero soy una persona muy exigente e insegura con todo.

¿Sigues estando entonces con los pies en la tierra pero apuntando al cielo?

Me encanta esa frase. Sí, lo estoy. Ahora mismo estoy más agarrada que nunca al universo. Hay veces que siento que vivo en una constante montaña rusa porque, cuantas menos expectativas tienes, más te sorprende la vida. Yo estoy dejando de tener expectativas, porque creo que tenerlas es un error. 

Quizás hay que apuntar alto, pero siendo consciente de que, a lo mejor, eso puede no salir. Yo lucho cada día por no tener expectativas, e intentar ser como yo soy, dejándome sorprender por la vida y también por las personas, sin juzgar ni prejuzgar.

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