Mania Akbari acusa a Abbas Kiarostami de robarle su película: ella sería la verdadera directora de 'Ten'

Akbari era la protagonista del film, firmado por el cineasta iraní antes de su muerte en 2016.
Fotograma de 'Diez' junto a un retrato de Kiarostami
Fotograma de 'Diez' junto a un retrato de Kiarostami
Cinemanía
Fotograma de 'Diez' junto a un retrato de Kiarostami

Hace unos meses la polémica rodeó a Un héroe, último film del director iraní Asghar Farhadi. Según le acusaba una antigua alumna, Azadeh Masihzadeh, Farhadi había plagiado su documental All Winners All Losers de cara a desarrollar Un héroe, film que ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes y fue nominado a Mejor película de habla no inglesa en los Globos de Oro. Los tribunales de Irán le han dado la razón a Masihzadeh, de forma que Farhadi tendrá que pagarle una holgada indemnización, y cuando aún persiste el impacto en la imagen pública del director nos enteramos de un caso de apropiación aún más delicado, en lo relativo a otro titán de esta cinematografía como es Abbas Kiarostami.

El responsable de títulos como El sabor de las cerezas, Copia certificada o la trilogía compuesta por ¿Dónde está la casa de mi amigo?, Y la vida continúa y A través de los olivos falleció en 2016, siendo honrado por la cinefilia a lo largo del mundo como uno de los grandes directores de la historia. En 2002 había presentado Ten en el Festival de Cannes con críticas apabullantes, plagadas de elogios hacia la actriz que aparecía en las diez historias que componían el film. Esta no es otra que Mania Akbari, la misma que ha publicado una carta abierta hacia la productora MK2 (responsable de buena parte de los títulos de Kiarostami) en relación a Ten. Ya que, según cuenta, ella es la verdadera directora del film.

“Durante muchos años he lidiado con el trauma del maltrato, a partir de mis experiencias con Abbas Kiarostami durante y después del rodaje de Ten, comienza el escrito. “Con el apoyo de mi terapeuta y mis amigas feministas y activistas, ahora me veo en posición de hablar abiertamente de lo que ocurrió durante aquel periodo de mi vida, y más específicamente de las mentiras que se han dicho alrededor del rodaje de la película y la presión que he sufrido para mantener estas mentiras. Al contrario de lo que dijo, Kiarostami no dirigió esa película, no escribió esa película. Todo el metraje usado era mío”.

La carta ha sido recogida por el usuario de Twitter Roaming Words, acogiendo velozmente un gran eco mientras dicho usuario, conmocionado, se identifica “como alguien que conoció y entrevistó a Mania Akbari poco después de la muerte de Kiarostami”. “Lo había empezado a rodar como un proyecto privado tras una conversación con mi terapeuta”, prosigue Akbari. “Kiarostami vio ese material y se enamoró de él. Me pidió el metraje prestado para poder usarlo en la escritura de un guion. Ningún guion fue producido. Al contrario, el metraje fue editado por Kiarostami y presentado como Ten. La película se proyectó en Cannes y compitió por la Palma de Oro”.

“Asistí al evento junto a Kiarostami, y delante de cien personas Kiarostami aseguró que él había escrito y dirigido esa película. Dijo que me había dirigido a través de un auricular debajo de mi hijab. Era una joven y desconocida iraní, sentada al lado de un cineasta poderoso y prestigioso internacionalmente, viendo con horror cómo le mentía al mundo y robaba el material ante mis narices. Fue la primera parte pero no la más dolorosa o traumática de una campaña de mentiras, manipulación e intimidación desarrollada durante año”.

Una gran carrera más allá de 'Ten'

Lo cierto es que, en el tiempo transcurrido desde el estreno del filme que firmó Kiarostami, Akbari ha tenido una carrera muy aclamada delante y detrás de las cámaras. En 2007 rodó una secuela de Ten titulada 10+4, coincidiendo cuando le habían diagnosticado un cáncer de mama. Poco tiempo después, mientras rodaba el documental From Tehran to London, varios miembros de su equipo fueron arrestados por las autoridades iraníes, supuestamente por no tener permiso para rodar, y ante el temor a acabar en la cárcel Akbari se mudó a Londres.

Ha seguido trabajando, pues, en el entorno europeo, colaborando en los últimos años con el documentalista y crítico de cine Mark Cousins en Life Maybe o Women Make Film. A medida que ha pasado el tiempo, según dice en la carta, ha hallado fuerzas para desvelar qué ocurrió realmente durante la producción de Ten. “Mucho ha cambiado en estos veinte años, tanto en mi vida como en el mundo. Este tipo de comportamientos por parte de hombres poderosos en nuestra industria ha sido cada vez más cuestionado, y yo ya no soy la mujer joven e ingenua que era antes”.

“Soy una directora respetada con mi propia voz y mi propia fuerza. Vivo en Londres donde disfruto de libertad para decir la verdad, y la verdad es lo más importante para mí”. Las palabras de Akbari remiten a lo ocurrido en Irán en los últimos dos años, cuando siguiendo el impulso del MeToo en Hollywood varias mujeres han denunciado los abusos de ciertos artistas de gran poder. Akbari, por su parte, también denuncia el trato que Kiarostami le dispensó a su familia al hilo de Ten. “La película presenta a mi hija Amina (antes mi hijo Amin) y mis hermanas Roya y Mandana. Cada una siente lo mismo. Ya no nos sentimos cómodas con la proyección de esta película".

Akbari destaca lo ocurrido con su hija trans. “Lo más doloroso es lo relativo a las escenas con Amina, que entonces era un niño y sus grabaciones privadas han sido expuestas al mundo. A través de mentiras y manipulación, mi propio arte ha sido cooptado por Kiarostami como parte de su legado. No voy a seguir aceptando las proyecciones de Diez como parte del legado de un hombre que abusó, violó y me acosó física y mentalmente”. Tanto Amina como Roya y Mandana aparecieron en la citada secuela de Ten, realizada al margen del influjo de Kiarostami. Hoy, la cineasta pretende tomar medidas legales en torno al film robado.

“Quiero informaros sobre Ten de que el uso de cualquier nombre, fotograma o imágenes de mi familia incluyendo a mi hija Amina Maher y mis hermanas Roya y Mandana Akbari sin nuestro consentimiento serán objeto de una persecución legal. Entretanto, he de agradecerle a la editorial que informó al autor del libro sobre Ten de su incapacidad para publicarlo contra mi consentimiento y sin la firma de Mania Akbari”. Y concluye: “Mi lucha es una lucha contra la hegemonía, el abuso y las amenazas que vienen del poder”.

“Es una lucha para descubrir la relación entre los superiores y los inferiores, y cómo fuerzan a los subordinados a obedecer. Es una lucha que revela cómo el poder expropia la creatividad, las ideas e incluso la existencia de quienes no tienen ese poder”.

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