Los nominados a los Oscar de CINEMANIA (II): Mejor Actriz Principal

Sí, lo sabemos. En lo tocante al Oscar 2012 a la Mejor Actriz Principal, hay una nominación, y casi una victoria, que resultan más que predecibles. Casi seguras, vaya. Pero no demos todo por hecho, porque en los Premios de la Academia no hay nada seguro y aún falta mucho hasta el 13 de enero, día en el que se anunciarán las candidaturas definitivas.

Como ya hicimos en lo tocante al Mejor Actor y la Mejor Actriz de Reparto, en CINEMANÍA seguimos con nuestra quiniela de nominaciones, esta vez ocupándonos de la categoría de Mejor Actriz Principal. Un apartado en el que, para esta edición, se dan cita tanto las grandes dames consagradísimas como las jóvenes prodigiosas en el camino a la madurez, y que (visto el talento de las posibles candidatas) puede convertirse en un duelo de señoras que ríete tú del de OK Corral. Comenzamos el repaso, y como no podía ser de otra manera, nuestra primera apuesta es para...

¿Por qué nos gusta? En fin... Pues cómo decirlo... Venga, va: digamos que la Academia le debe un tercer Oscar a la Streep desde hace décadas, que la (posiblemente) mejor actriz madurita de Hollywood encarna a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher de una forma casi sobrenatural, y que, por su trabajo en este filme, Meryl merece los mismos parabienes que Helen Mirren por The Queen, dada su combinación de poderío interpretativo y documentación minuciosa. Y, además, porque la diva aguanta casi toda la peli sin lamerse las encías, lo que (tratándose de ella) es una proeza.

Pero no descartemos a... Kirsten Dunst por Melancolía. Aunque Lars Von Trier no es una persona muy bienvenida en Hollywood (y en el Festival de Cannes, menos aún) su talento como director de actrices quedó demostrado cuando Björk causo sensación por Bailar en la oscuridad sin haber actuado antes en su vida. Por otra parte, la Dunst realiza en este filme un auténtico tour de force ante el que nadie queda indiferente.

¿Por qué nos gusta? Cómo son las cosas del cine: invocando la fragilidad y las neurosis de Marilyn Monroe, la Williams ha conseguido aclamaciones por doquier, convirtiéndose en la principal rival de la 'dama de hierro' Meryl Streep. Por lo pronto, Williams ya se ha llevado diversos premios de asociaciones de críticos (las de Boston, Nueva York y Toronto, para ser exactos) y obtenido un honroso segundo puesto en otras tantas listas gracias a su duelo con Kenneth Branagh. Para colmo, el tinte rubio platino le sienta genial.

Pero no descartemos a... Charlize Theron por Young Adult. Entre rubias anda el juego, lectores, y la sudafricana de oro tiene el talento suficiente como para aspirar a una segunda estatuilla. Aun reconociendo que el haber ganado ya un Oscar (por Monster, en 2004) puede suponerle un obstáculo, su unión con el tándem de Jason Reitman y Diablo Cody promete lo bastante como para que nos llevemos una sorpresa.

¿Por qué nos gusta? Porque, como ya señalamos al hablar de la posible nominación de Octavia Spencer, Criadas y señoras es una de esas películas que son cantera de actrices ganadoras o, al menos, de nominadas. Lo cual se suma al hecho de que la Davis es una fuente de carisma, un carisma que le ha otorgado ya un premio Tony (el 'Oscar del teatro') y que le sirvió para obtener una candidatura al Oscar como actriz de reparto por su breve intervención en La duda. Dicha intervención, conviene recordarlo, consistía en un tenso duelo de damas con Meryl Streep...

Preo no descartemos a... Keira Knightley por Un método peligroso. Las cosas como son: aunque su estilo desaforado no sea para todos los gustos, la británica tiene unas ganas locas de demostrar que no es sólo la bucanera de Piratas del Caribe. Sus sesiones de psicoanálisis sadomaso con Michael Fassbender pueden ser el gancho para una Academia que ya la nominó en 2005 por Orgullo y prejuicio.

¿Por qué nos gusta? Los cinéfilos más hardcore la recordaban por ser la musa andrógina del director Derek Jarman. El grueso del público, por ser la Bruja Blanca de la primera entrega de Las crónicas de Narnia. De repente, esta británica consigue una nominación en 2008 (por Michael Clayton)... Y va y gana, la tía. Swinton compite este año con un papel extremo y terrible, encarnando a la madre de un joven psicópata. Todo ello respaldado, además, por una nominación a los Globos de Oro, por el trofeo máximo de la National Board of Review y por el Premio del Cine Europeo a la Mejor Actriz.

Pero no descartemos a... Rooney Mara por Los hombres que no amaban a las mujeres. ¿A que sería un punto ver a Lisbeth Salander en el estrado de los Oscar? Esta protegida de David Fincher promete demostrar que, si de llevar las cosas al límite se trata, ella puede como la que más. Y, dado que la institución le debe unas cuantas estatuillas a su director tras el chasco de La red social, Mara puede beneficiarse de un arreglo de cuentas.

¿Por qué nos gusta? El caso de la Close, otra grande entre las grandes, es casi más flagrante que el de Meryl Streep. Mientras que la protagonista de La dama de hierro ha obtenido 16 nominaciones y sólo tres estatuillas, esta actriz ha optado al Oscar tan solo cinco veces, sin llevarse nunca uno. Dado que, según todos los indicios, Close encarna a una mujer que se traviste como hombre sin caer en la caricatura ni el estereotipo, sería una buena ocasión para que la Academia le entregue ese premio que no le dio por Las amistades peligrosas, ni por Atracción fatal. ¿Somos nosotros, o se lo deben?

Pero no descartemos a... Olivia Colman por Redención. Puede que apenas te suene, pero, ¿a quién le sonaba el nombre de Melissa Leo hasta hace un par de años? Curtida en el siempre exigente panorama de la TV británica, Colman se llevó un premio especial en Sundance por este papel, que la enfrenta con todo un peso pesado del drama como Peter Mullan. No le quites el ojo de encima.

http://www.slashfilm.com/atlanta-braves-disputing-pixars-brave-trademark/