Con todo lo que ha llovido desde el estreno de Star Wars: El ascenso de Skywalker, cada uno tendrá su propia opinión sobre las secuelas de la saga galáctica dirigidas por J. J. Abrams. Y ahora, para colmo, tenemos un nuevo elemento de juicio: George Lucas ha desvelado los planes que llegó a incubar para prolongar la historia tras El retorno del Jedi.
Según cuenta Lucas en el libro Los archivos de Star Wars. 1999-2005, su idea era convertir a Darth Maul en el gran villano de la nueva trilogía. El aprendiz de Darth Sidious en La amenaza fantasma hubiera reaparecido luciendo "piernas mecánicas" (como secuela de aquel encuentro con Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi) y ocupando la posición de un 'padrino' del crimen galáctico, "porque, mientras el Imperio cae, él toma el poder".
Además, Maul hubiese contado con la ayuda de Darth Talon, una dama del Sith que apareció en los cómics de la franquicia y a la que Lucas describe como "la nueva Darth Vader".
¿Quién se hubiese enfrentado a este dúo de villanos? Pues, según George Lucas, nada menos que Leia Organa. Al personaje de Carrie Fisher le habría tocado la papeleta de ser "la elegida" durante este colofón, algo que Lucas justifica con un argumento muy verosímil: "Si Leia no está al cargo, ¿quién más va a ser el líder?". Sospechamos que Han Solo, como que no.
Según explica, Lucas renunció a estos planes debido al nacimiento de su hija pequeña en 2013. "Hacer una trilogía lleva 10 años. ¡Aún seguiría trabajando en el Episodio IX! Finalmente, decidí que prefería criar a mi hija y disfrutar de la vida.
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