Las mejores películas de animación del cine español

"Hacer animación en España es arriesgado", nos cuenta Ricardo Ramón, y sabe lo que dice. A sus 45 años, este veterano profesional del género se ha visto en proyectos de todos los colores desde la década de los 80, y conoce el mundillo desde dentro. "Las películas animadas cuestan dinero", prosigue, "y la mayoría de productoras somos pequeñas e invertimos nuestros propios fondos. La situación es muy distinta a la de Francia, por ejemplo, donde existe una cultura del dibujo y del cómic muy arraigada". Por lo pronto, con cultura de la animación o sin ella, Ricardo ha conseguido estrenar Papá, soy una zombie, un largometraje en 3D digital que codirige con Joan Espinach, y que, para variar, no intenta enmendarle la plana a Pixar, sino que sigue los pasos de Henry Selick y Los mundos de Coraline. Ah, y que también compite con Arrugas y Cartago Nova por el Goya a la Mejor Película de Animación...

CINEMANÍA ha tenido la ocasión de hablar con Ricardo Ramón, pero en lugar de una entrevista al uso, le hemos pedido que nos recomiende las mejores películas españolas de animación, comentando y rescatando algunos títulos que (salvo excepciones) pueden haber caído en el olvido. Además de los filmes que nos ha recomendado Ricardo, hemos añadido unas cuantas cintas más de nuestra propia cosecha, para abundar y completar: puedes encontrarlas al final de este informe.

La película: La disneyana odisea de una pequeña insecto con caperucita rosa que observa las formas de vida de distintas especies. Al final [SPOILERS] el bichito se convierte en mariposa [/SPOILERS].

Ricardo Ramón dice... "Todo lo que hacían los hermanos [José Luis y Santiago] Moro, que dirigieron esta película, era de diez. Todo en esta película resultaba cuidadísimo, un verdadero gustazo para la vista. Pero ahora creo que una historia así no funcionaría: era un trabajo para niños, y los niños de hoy piden otras cosas".

La película: Relato de aventuras protagonizado por dos chavales que viven en un pueblo ballenero de Canadá y se enfrentan a un maligno espíritu. Tuvo una secuela (El regreso del viento del Norte, 1993) y su versión internacional contó con la voz de John Ratzenberger, el 'talismán' de Pixar.

Ricardo Ramón dice... "Aquí hago un poco de trampa, porque yo trabajé en esta película. Pero puedo decir que fue uno de los primeros trabajos españoles elaborados desde el principio en formato de cine, y con una técnica tradicional (que era complejísima de hacer) lo bastante buena como para que la distribuyese Nelvana, una distribuidora canadiense de las más importantes del género".

La película: Si la versión de imagen real dirigida por José Luis Cuerda se centraba en los aspectos más realistas del libro original, este filme de Ángel de la Cruz y Manolo Gómez adaptó la vertiente fantástica del libro de Wenceslao Fernández Florez. La cinta ganó dos Premios Goya, y tuvo una secuela (El espíritu del bosque).

Ricardo Ramón dice... "No sé si fue la primera película europea de animación 3D, pero sí fue la primera que tuvo una calidad comparable con los trabajos de EE UU. El mérito es mayor si tienes en cuenta que la rodaron cuando esa tecnología empezaba, y que el equipo estaba compuesto en su mayoría por profesionales que habían trabajado sobre todo en dos dimensiones".

La película: Los hermanos Álvaro y Paloma descubren que su vecino, cual si de un Doctor Who se tratase, ha construido un artefacto que permite viajar por distintas épocas. Por supuesto, se colarán en la máquina, y el inventor tendrá que sacarles del apuro.

Ricardo Ramón dice... "Es una debilidad personal: sólo con ver en movimiento los dibujos de Antonio Mingote, que se encargó de los diseños y del trabajo artístico, la experiencia vale la pena. Recuerdo que, en su momento, me gustó muchísimo".

La película: Para protegerse de un mundo hostil, los dragones abandonan la Tierra y encuentran asilo en un lugar maravilloso, custodiado por cuatro puertas. Vana ilusión: un malvado hechicero encontrará la forma de entrar en su refugio. Ganó el Goya correspondiente.

Ricardo Ramón dice... "Es un trabajo de animación clásica, en 2D, hecho con muchísimo cariño: a lo mejor no llegaba al nivel de las películas de la Disney o de Don Bluth [En busca del valle encantado], pero sí al de las buenas producciones francesas, por ejemplo. Además, es uno de las películas españolas más vendidas en dvd, y gustó lo bastante para generar una secuela, El cubo mágico".

La película: Buscando ayuda para derrotar a un tirano galáctico, un extraterrestre llega a nuestro planeta. Hasta ahí, todo bien, pero resulta que todo lo que el alien sabe de nuestro mundo lo ha aprendido a base de ver dibujos animados en TV...

Ricardo Ramón dice... "Estuvo nominada al Goya, pero no lo ganó. Y la verdad es que era un trabajo de animación original, que combinaba el 2D con el 3D y la imagen real: una técnica que resultaba innovadora, y que se ha llevado a cabo muy pocas veces".

La película: Tim, un niño huérfano, ve caer una estrella fugaz por la ventana de su habitación. Y descubre que esa estrella necesita urgentemente que la rescaten...

Ricardo Ramón dice... "Sin medias tintas: me encantó. Era una apuesta muy arriesgada, porque trataba de gustar a los chavales a través de unas imágenes oscuras y una imaginería que podía dar miedo. Además, como soy director de arte, reconozco que la animación y el uso del color eran geniales".

La película: Con esta cinta, ganadora del Goya a la Mejor Película de Animación en 2011, Fernando Trueba y Javier Mariscal nos contaron una agridulce historia de amor y jazz latino.

Ricardo Ramón dice... "Qué os voy a contar... La animación es tan buena que se te olvida que estás viendo dibujos en movimiento, y la historia demuestra que puedes hacer animación para adultos en este país y tener éxito. Lo que no es poco".

La película: La Familia Telerín, los mismos que cantaban "Vamos a la cama, que hay que descansar", tuvo su propio largometraje de animación en los 60, prácticamente la prehistoria de la animación española. Estrenada en plenas navidades, y creada por los hermanos Moro la película se benefició de la popularidad de los personajes para convertirse en un blockbuster ibérico, y todavía hoy tiene muchísimo encanto.

La película: Si creciste en los 80, los nombres de José Ramón Sánchez y Cruz Delgado te sonarán. El primero (que, por cierto, es el padre de Daniel Sánchez Arévalo), era el dibujante que creaba pequeñas obras de arte a velocidad ultrasónica en el programa Sabadabadá, y el segundo el productor de series animadas como Don Quijote. Ese fue el tándem responsable de este largometraje, que después se convertiría en serie televisiva.

La película: ¿Querías animación para adultos? ¡Pues toma tres tazas! En plena transición, dibujantes tan gamberros como Ivá (Makinavaja), Óscar Nebreda y Jodi 'Já' Amorós (él mismo un profesional de la animación) se unieron para perpetrar esta barbaridad a base de sketches, presentada por el mismísimo Manuel Vázquez.