Las mejores películas de Álex de la Iglesia

El cineasta Álex de la Iglesia junto a los fotogramas de algunos de sus filmes
Cinemanía

En 1993, un jovencísimo Álex de la Iglesia se estrenaba en el mundo del cine con su ópera prima Acción Mutante. Desde entonces, el cineasta bilbaíno ha dirigido más de 15 títulos y varias series y cortometrajes, donde ha postrado su reconocible impronta fantástica y oscura. De la Iglesia cumple hoy 55 años en uno de los mejores momentos de su carrera, con el lanzamiento reciente de 30 monedas en HBO España y el avance en la producción de su nueva película, Veneciafrenia

Con motivo de su aniversario, en CINEMANÍA repasamos algunos de los mejores títulos de De la Iglesia:

El día de la bestia (1995)

Estigmas, death metal y el propio Satán, el filme diabólico del vasco demostraba su gusto por la comedia enmarcada dentro de las horror movies. El título coescrito por Álex de la Iglesia junto a Jorge Guerricaechevarría (con el que también había colaborado en Acción Mutante) celebra este año su 25 aniversario. El día de la bestia se alzaba con seis premios Goya en 1995 (incluido el de mejor actor revelación para Santiago Segura). Álex Angulo se convertía en la reencarnación del mal detrás de un cura, una elección aupada por su participación en el cortometraje Mirindas asesinas (1991).

La Comunidad (2000)

Probablemente, la película más divertida del realizador bilbaíno. A medio camino entre el cine de Hitchcock y el de Berlanga, este thriller transformaba a Carmen Maura en una agente inmobiliaria con toques de detective noir. Álex de la Iglesia presentaba a un grupo de vecinos enfrentados por el dinero, precedente de curiosas juntas de vecinos como las de Aquí no hay quien viva. Inolvidable la huida de Maura por los riscos de los edificios para huir de los cruentos inquilinos, como la extraordinaria y sangrienta Terele Pávez.

Crimen ferpecto (2004)

Lourdes (Mónica Cervera) es una dependienta naïf y obsesiva, que es testigo de un asesinato accidental en la tienda en la que trabaja. Aquí comienza el calvario del ambicioso Rafael (Willy Toledo), chantajeado para que ella no cuente nada de lo sucedido. Una vez más, De la Iglesia homenajeaba al gran maestro del suspense Alfred Hitchcock con este guiño a su Crimen perfecto (1954). La ruptura de la cuarta pared, los tips para vender y las hilarantes escenas entre los protagonistas, aún perduran en la mente de los espectadores. 

Balada triste de trompeta

Y si de homenajes hablamos, Balada triste de trompeta ensalza la figura de Raphael (que De la Iglesia volvería a reconocer en Mi gran noche). El título surge de la canción homónima del cantante y era interpretada en el propio filme. En un pase previo, Raphael se mostraba disconforme por el resultado final, por lo que el cineasta le ofreció doblar esta parte. Este aceptaba al instante. 

Para este circo de los horrores, Álex de la Iglesia se encargaba de escribir por primera vez el guion en solitario, sin la ayuda de su inestimable Guerricaechevarría. Payasos asesinos como Carlos Areces, fotogramas escondidos de Holocausto caníbal, (1980) el reconocible grito "Wilhelm Scream' o la presencia de su inseparable Carolina Bang, convierten el filme del realizador en una de sus mejores obras.

Las brujas de Zugarramurdi

Formar un aquelarre no es una tarea nada fácil. Por ello, Álex de la Iglesia llamó a sus dos musas de confianza: Carmen Maura y Terele Pávez. Y es que el opening dejaba claro que algunas brujas de la historia han sido Angela Merkel, María de Escocia, Frida Kahlo o Margaret Thatcher. El nivel estaba alto.

El filme fue presentado en Toronto y San Sebastián, con reconocimientos a ambas actrices principales, quienes se metían en la piel de dos brujas siguiendo el imaginario fantástico que siempre ha rodeado a Zugarramurdi (Navarra). Los dos delincuentes interpretados por Mario Casas y Hugo Silva caían en las garras de este grupo de villanas, en la búsqueda de carne humana. 

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