Keanu Reeves tiene prohibido por contrato que le editen digitalmente las actuaciones

Keanu Reeves en 'Cyberpunk 2077'
CD PROJEKT RED

Este 24 de marzo Keanu Reeves vuelve en John Wick 4, en la que parece ser la entrega más ambiciosa de la saga de acción. Reeves ha compartimentado el proyecto con su regreso en Matrix Resurrections, y hace poco también que ha confirmado su presencia en la secuela de Constantine. Su carrera está en un punto envidiable y sin que Reeves haya emprendido giros drásticos a través de ella. De hecho, hay una cláusula en su contrato habitual que no ha cambiado desde finales de los 90.

Entrevistado por Wired, el actor de John Wick se ha despachado a gusto con la tecnología digital que de un tiempo a esta parte afecta al trabajo del star system de Hollywood. Desde que Jeff Bridges fuera rejuvenecido por CGI en TRON: Legacy, los avances técnicos han permitido que los intérpretes pierdan años o incluso resuciten de la tumba, como ocurrió con Peter Cushing en Rogue One: Una historia de Star Wars. En la próxima Indiana Jones y el dial del destino, sin ir más lejos, Harrison Ford experimentará otro rejuvenecimiento severo.

Es algo que, ateniéndonos al contrato de Reeves, nunca deberían poder hacer con él. El actor de Matrix tiene estipulado que su actuación no pueda ser editada en ninguna medida durante la posproducción. “No me importa si alguien quita un parpadeo durante una edición. Pero a principios de los 2000, puede que incluso en los 90, me modificaron una actuación. Me pusieron una lágrima en la cara y yo me quedé como ‘¿eh?’. Fue como si ni siquiera necesitaran que estuviera ahí”, recuerda Reeves.

El deepfake, que recrea el rostro de un intérprete a partir de actuaciones pasadas, es una estrategia estrella en este ámbito. “Lo frustrante es que pierdes tu agencia. Cuando actúas en una película sabes que modificarán cosas, pero participas en ello. Si te metes en el terreno del deepfake, tu punto de vista ya no importa. Y eso da miedo. Será interesante ver cómo los humanos se enfrentan a estas tecnologías”, reflexiona el actor.

“Está teniendo un gran impacto cultural y sociológico, todo se está investigando. Hay demasiado datos sobre nuestro comportamiento”, advierte. “La gente está creciendo junto a estas herramientas. Escuchamos música hecha por IA, hay arte digital NFT. Se supone que es genial, como ‘¡mira lo que hacen estas máquinas tan monas!’, pero detrás hay una corporatocracia que lo controla todo. Cultural y socialmente nos enfrentaremos al valor de lo real, o a su no-valor. ¿Qué se impondrá?”.

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