
Al leer el titular de esta noticia, más de uno se habrá estremecido de incredulidad. ¿De verdad estamos hablando de Julie Andrews? ¿La mismísima Mary Poppins? ¿La actriz que nos llenó de paz y buen rollito cantando Do-Re-Mi en Sonrisas y lágrimas? Pues sí. Y aseguramos que la cita es textual. La actriz ha reconocido que, cuando Martin Scorsese quiso recurrir a ella para el rol de la tía Emma en El lobo de Wall Street, rechazó el papel por hallarse, digamos, en un estado alterado de conciencia.
Ojo, eso sí: Andrews tenía una buena razón para consumir sustancias dopantes. Y por prescripción médica, además. "Me arrepiento", confiesa Andrews en una entrevista con Entertainment Weekly (vía The Playlist). Y explica: "No podía hacer la película. Me habían operado. Soy una mujer biónica y tengo un tobillo de titanio. Estaba drogadísima por todas las drogas que tenía que tomar para aliviar el dolor. La verdad es que era cosa de los analgésicos".
"Sencillamente no estaba preparada, y mira que me habría encantado trabajar con Scorsese", concluye.
Por una parte, alabamos la idea de 'Marty' de contar con un icono del Hollywood más sonriente para una de sus películas más sórdidas, aunque los filmes que Andrews rodó con Blake Edwards, como Victor o Victoria, demuestran que a la actriz se le da muy bien viajar por el lado salvaje.
Recordemos, además, que el rol de tía Emma fue a parar a Joanna Lumley, una institución de la comedia británica y protagonista de Absolutamente fabulosas, una serie tan o más drogadicta que El lobo de Wall Street. Aun así, lamentaremos siempre no haber visto a Leonardo DiCaprio sintiendo bajas pasiones por fraulein María.
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