James Cameron defiende (una vez más) el final de 'Titanic'
Los millones de su cuenta corriente, su papel histórico en el cine de ciencia-ficción o sus ocasionales ideas de bombero no significan nada: James Cameron tiene una losa sobre su espalda desde 1997, y el nombre de esa losa es Titanic. Aunque, mejor que "una losa", habría que decir "una tabla": el filme gracias al cual el canadiense ganó 11 Oscar y se autoproclamó 'rey del mundo' le ha condenado a explicar para los restos lo de la dichosa tabla a la que Kate Winslet y Leonardo DiCaprio se subían en la última escena.
Durante una entrevista con The Daily Beast, Cameron tuvo ocasión de disertar sobre muchas cosas: su nuevo proyecto documental, Atlantis Rising, su opinión sobre Donald Trump ("Ese tío ha tomado el timón y nos ha puesto en rumbo de colisión con un iceberg") y, también, la revisión del final de Titanic llevada a cabo por el programa televisivo MythBusters - Los cazadores de mitos, dedicado a desmontar leyendas urbanas y falsas percepciones creadas por el cine y la TV. "Son gente muy divertida, y me lo pasé muy bien rodando un programa con ellos, pero están llenos de mierda", bromea el cineasta.
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"Es muy sencillo", prosigue Cameron. "Si lees la página 147 del guión, ahí pone: 'Jack se tira de la tabla y le cede a ella su lugar para que así pueda sobrevivir'. es tan sencillo como eso, por muchos análisis que hagas". Y, acto seguido, sigue con la retahíla: "Vamos a imaginárnoslo: eres Jack, estás en el agua a menos dos grados de temperatura, y con tu cerebro empezando a sufrir hipotermia. Según MythBusters, tendrías que quitarte el chaleco salvavidas, quitarle el suyo a la chica, nadar por debajo de esa cosa, atar los chalecos de forma que no se caigan a los dos minutos... Y todo esto te llevará entre cinco y 10 minutos, de modo que, cuando salgas de ese agua que está a menos dos grados, ya estarás muerto".
Así pues, lo sentimos por los corazones románticos: para James Cameron, la única forma de que Jack hubiera sobrevivido al hundimiento del transatlántico y a su ordalía acuática era "mantener la parte superior del cuerpo por encima del agua, y rezar para que lo encontrase un barco". Por otra parte, señalemos que el director también pasa buena parte de la entrevista arremetiendo contra la Academia de Hollywood y su poco amor por el cine de género ("La próxima vez que me nominen por algo, si es que lo hacen, acabaré perdiendo frente a una de Woody Allen, o algo así").