¿Qué pasa tras el final feliz de las comedias románticas? Analizamos si los protagonistas siguen juntos

¿Qué ha sido de las parejas de cine que te hicieron creer en el amor en los 90 y los 2000? 
20 razones por las que ‘Notting Hill’ le habla a tu corazón
20 razones por las que ‘Notting Hill’ le habla a tu corazón
20 razones por las que ‘Notting Hill’ le habla a tu corazón
Ambika Mod y Leo Woodall en 'Siempre el mismo día'.
Externos

Chica conoce chico. Chico conoce chica. Flechazo, amor a primera vista, mariposas en el estómago, topicazo tras topicazo, crisis, reconciliación (todo esto, a menudo, en menos de una semana), fuegos artificiales y después, ¿qué? Final feliz, créditos y fundido a negro. Todo muy heteronormativo, fantasioso y, en muchas ocasiones, machista. Bastante bien ha salido la generación millennial para lo que nos vendieron como amor en los 90 y los 2000. Pero, y después del final feliz, ¿qué?

Ningún género cinematográfico ha perpetuado el mito del amor romántico tanto como, valga la redundancia, la comedia romántica. Es un género que gusta, a quien escribe estas líneas la primera, pero que innegablemente se nutre de estereotipos y clichés sobre las almas gemelas, las medias naranjas, el destino o el amor que todo lo puede. Uno entra en la historia con el firme convencimiento de que todo saldrá bien, y precisamente por eso es pura fantasía. 

¿Qué pasa después de la fase de enamoramiento? ¿Qué ocurre cuando las mariposas resultan ser ansiedad y las naranjas se pudren? Hollywood ha preferido obviar estas preguntas, pero nosotros vamos a darles respuesta. Elucubramos sobre qué fue de las parejas que nos enamoraron en nuestras 'rom-com' de referencia desde los 90 hasta ahora. ¿Siguen juntos?

'Notting Hill'

'Notting Hill' (1999)
'Notting Hill' (1999)
WORKING TITLE FILMS

Julia Roberts y Hugh Grant son indiscutiblemente el rey y la reina de las comedias románticas de los 90 y principios de los 2000. A ellos debemos varias sesiones de terapia deconstruyendo nuestra idea del amor (os pasaremos la factura, chicos). En Notting Hill, nos hicieron creer que los romances entre dueños de librerías londinenses y estrellas de Hollywood eran posibles.

Ella era la actriz inalcanzable, la mujer soñada y triunfadora (aunque estuvo cerca de alzarse con el brownie a la historia más triste) que llegaba a la vida de un hombre 'normal' para ponérsela patas arriba. Alec Bladwin trajo el drama, un año a distancia sonó a Ain't No Sunshine, pero finalmente se impsuo el amor al ego: ella con ese "Solo soy una chica delante de un chico pidiendo que la quiera", y él saltándose todas las normas de circulación de Londres para declararse en una rueda de prensa en el Savoy.

Veredicto: Siguen juntos. Partiendo de la base de que toda comedia romántica tiene tormentos (se necesita salseo en el cine), hay protagonistas más proclives a aprender de ellos, trabajar en sí mismos y crear un vínculo fuerte, como es el caso. El final de Notting Hill ya nos adelantaba que la pareja seguía junta tiempo después. Afincada en Londres, parecía haber encontrado el equilibrio entre lo personal y lo profesional e incluso estaba esperando un hijo. Además, ya demostraron que saben comunicarse y ceder para construir algo juntos. 

'10 razones para odiarte'

'10 razones para odiarte'
'10 razones para odiarte'
Cinemanía

Desde sus créditos iniciales con Bad Reputation hasta aquel final pasado por I Want You To Want Me, con el grupo Letters to Cleo cantando el tema desde el tejado del instituto, esta adaptación libre de La fierecilla domada nos conquistó con el chico (no tan) malo de Heath Ledger y una Julia Stiles con el ceño siempre fruncido, ambos rompiendo estereotipos de la típica comedia teen.

Él era el rebelde cuya fama falsa le precedía; ella, la chica dura (o más bien, herida). Hubo bailes por las escaleras del instituto, topless, enamoramientos no tan fingidos, paintball y un lacrimógeno "No te odio, ni siquiera un poco", todo para que Kat y Patrick bajaran la guardia lo suficiente para volverse locos el uno por el otro en 10 razónes para odiarte.

Veredicto: No siguen juntos. Con todo el dolor de nuestro nostálgico corazón adolescente, esto nos suena a un primer amor que no sobrevive a la universidad. Si bien los polos opuestos se pueden atraer, sus personalidades erráticas habrían desembocado fácilmente en ruptura. Aunque tiene toda la pinta de que ahora su orgullo solo les permite felicitarse los cumpleaños (si eso), ambos guardan un bonito recuerdo de su historia de amor.

'Tienes un e-mail'

'Tienes un e-mail'
'Tienes un e-mail'
Cinemanía

En una época muy lejana (los años 90), cuando Meg Ryan tenía el corte de pelo más imitado y Tom Hanks era el actor más adorable de Hollywood (ahora comparte título honorífico con Paul Rudd), se ligaba por correo electrónico. A falta de redes sociales y aplicaciones de citas, la bandeja de entrada del email podía ser un lugar de confidencias como ningún otro. 

Y daba igual lo insoportable que resultara el heredero librero Joe Fox (Hanks) en persona; ni Kathleen Kelly (Ryan), propietaria de una pequeña librería de cuentos infantiles, ni el público pudieron resistirse a él. Kelly lo explicó mejor: "Lo curioso de esta forma de comunicación es que es más probable hablar de nada que de algo. Pero solo quería decirte que, para mí, toda esta nada ha significado más que muchos algo".

Veredicto: No siguen juntos. Pese a su innegable química, ambos acababan de salir de una relación cuando se dieron una oportunidad, por lo que no hubo tiempo para el duelo. Además, la gente no cambia de la noche a la mañana (Joe, ejem) y nos da que su fase de enamoramiento duró menos de lo que un email tarda en llegar al correo del destinatario. A veces, el amor (inicial) no es suficiente y es una pena porque sería divertidísimo contar a los nietos que los abuelos se conocieron por un servicio de la prehistoria llamado correo electrónico. 

'Sweet Home Alabama'

'Sweet Home Alabama'
'Sweet Home Alabama'
Cinemanía

"¿Por qué quienes casarte comigo?", pregunta la pequeña Mel. "Para besarte cuando quiera", responde Jake. Y les alcanza un rayo. Esta historia podría acabar aquí, pero no. Como sacados de esa canción de La oreja de Van Gogh que defendía aquello de que "el amor verdadero es tan solo el primero" y que "los demás son solo para olvidar", los protagonistas de Sweet Home Alabama elevaron la típica 'rom-com' que reaviva la llama entre aquellos que han compartido primeras experiencias.

En el filme de Andy Tennat, la diseñadora de moda de Reese Whitherspoon (o, como la conocen en su pueblo, la chica que hizo explotar el banco), recién comprometida con un triunfador Patrick Dempsey, regresaba a su Alabama natal para divorciarse de su amor de instituto, interpretado por Josh Lucas. El enredo acababa con los dos viejos tortolitos dándose una segunda oportunidad (ella no había firmado los papeles del divorcio, bendito despiste) y Dempsey asumiendo con admirable deportividad el plantón en el altar. 

Veredicto: Siguen juntos. La película se adelantó al MCU regalándonos una escena en medio de los créditos finales que nos confirmaba el maravilloso futuro del matrimonio, que había tenido una hija y había cosechado éxitos profesionales. A falta de secuela (y mira que nos hicieron ilusionarnos con la posibilidad de una continuación), todo indica que Melanie y Jake siguen eligiéndose cada día, aunque dándose su espacio y creciendo por separado. Consiguieron empezar de nuevo como dos personas diferentes, más maduras y realizadas.

'El diario de Bridget Jones'

'El diario de Bridget Jones'
'El diario de Bridget Jones'
Cinemanía

La historia de amor entre Bridget Jones (Renée Zellweger) y Mark Darcy (Colin Firth) ha sido tan estable y sana como la del culebrón más rocambolesco que has podido ver pequeña pantalla: los protagonistas pasaban de compartir jerséis feos de Navidad a protagonizar escapadas de esquí accidentadas y verse envueltos en peleas de gallitos con Daniel Cleaver (Hugh Grant). Porque sí, lo de que tres son multitud les ha costado entenderlo.

En tres películas (recordemos también aquel revival con Patrick Dempsey como tercer 'padre' en discordia), el amor entre Bridget y el escueto abogado de apellido janeaustiniano (referentes) ha sido un viaje en descapotable en el que pierdes el pañuelo del pelo, la dignidad y hasta las bragas; un recorrido con más baches que caminos asfaltados, con más dramas que ternura. Y, aún así, pudo más el final feliz, al menos en pantalla (spoiler: en los libros Darcy muere). 

Veredicto: No siguen juntos. La tercera película, Bridget Jones' Baby, estrenada en 2016, arrancaba (acertadamente) con la pareja separada. Nuestros protagonistas, además de ser demasiado diferentes, no han trabajado por encontrar un punto medio durante todos sus años de relación. La incapacidad de comunicarse de él, las inseguridades de ella, los triángulos amorosos y los celos enfermizos... Bridget y Mark son una red flag andante y, por su bien, les deseamos un futuro en buena sintonía, pero cada uno por su lado.

'Y entonces llegó ella'

'Y entonces llegó ella'
'Y entonces llegó ella'
Cinemanía

¿Qué necesita un hipocondríaco que se dedica al noble arte de analizar riesgos para quitarse miedos, superar infidelidades (en plena luna de miel y con un instructor de buceo que no para de repetir "hipopotamó" para más inri) y atreverse a probar comida picante o saborear cacahuetes del suelo? A la mujer más impredecible, imprudente y aventurera que ha pasado por su vida. 

Los protagonistas de Ben Stiller y Jennifer Aniston son totalmente opuestos, absolutamente improbables, en esta comedia romántica sobre los clavos que sacan otros clavos, pero hasta el hurón ciego de la protagonista puede ver su química, sobre todo si bailan salsa. Eso sí, Ben, mejor ahorrarse cachetadas inesperadas en el culo. 

Veredicto: Siguen juntos. Sí, lo suyo empezó como una relación rebote, con Reuben (Stiller) desesperado por superar la infidelidad de su mujer. Pero, al final, encontró en Polly (Aniston) a la persona que sacaba su mejor versión a la vez que aprendía a vencer sus miedos e inseguridades. No, un clavo no saca otro clavo. Y no, tu cuelgue de instituto no va a aparecer para ayudarse a pasar el duelo por una ruptura. Eres tú el que tiene que sanar, reinventarse y decidir qué quiere. Y, para eso, como este par entiende al final del filme, es mejor empezar poco a poco. 

'La boda de mi mejor amigo'

'La boda de mi mejor amigo'
'La boda de mi mejor amigo'
Cinemanía

¿Sabéis ese dicho de "no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes"? Eso mismo le pasaba a Julia Roberts en La boda de mi mejor amigo, que hasta se caía de la cama al enterarse de que su adorado amigo (y amor secreto) se iba a casar. Convertida en la mala del cuento, la novia de América hacía todo lo posible por evitar el enlace, pero el encanto de Cameron Diaz (que no su cantar) pudo más. 

La rubia se llevaba al altar al guaperas de Dermot Mulroney, sí, pero Julia acababa con el mejor acompañante posible (¡y el que mejor afinaba!): Rupert Everett. El anticuento de hadas aterrizó en la gran pantalla para destrozar tópicos y enseñarnos tres valiosas lecciones: que en el amor no siempre se gana, que la amistad es sagrada y que un micrófono en manos de Cameron Diaz es un arma de destrucción masiva (para los tímpanos). 

Veredicto: Síguen juntos. Nos referimos a Michael y Kimberly, que se habrán trasladado a las afueras de Chicago para vivir su particular Doce en casa. En cuanto a Julianne, algo nos dice que la pelirroja ha tenido varios amores, pero nunca se ha vestido de blanco. Su gran amor sigue siendo, además de ella misma (el amor más importante de todos), su amigo George, y no hay mejor romance que esos dos.

'Cómo perder a un chico en 10 días'

Kate Hudson con Matthew McConaughey en 'Cómo perder a un chico en 10 días'
Kate Hudson con Matthew McConaughey en 'Cómo perder a un chico en 10 días'
Cinemanía

No hay forma más tóxica de empezar una relación que la que plantea el filme de Donald Petrie: una periodista (Kate Hudson) busca a un hombre al que enamorar para después conseguir que la deje y así escribir un reportaje; y un publicista (Matthew McConaughey) apuesta con su jefe que es capaz de enamorar a cualquier mujer en 10 días.

Todo arranca con dobles intenciones, pero esto es una comedia romántica y, efectivamente, ambos terminan descubriendo que son el uno para el otro (incluso cuando Andie fastidia a Ben su noche de chicos). Pese a ese doloroso "No puedes perder lo que nunca has tenido" de Andie, al final sellan su amor con un romántico beso en pleno puente de Manhattan. 

Veredicto: No siguen juntos. La de Andie y Ben es la clásica historia de amor fugaz: muchos fuegos artificiales iniciales, pero poco conocimiento el uno del otro. Pese a que estamos seguros de que tratan de trabajar en su relación, sus caracteres impetuosos acaban por separarlos y no en los mejores términos. Haya o no artículo de despecho, estamos seguros de que Andie ya no llora, Andie factura.

'Tenías que ser tú'

'Tenías que ser tú'
'Tenías que ser tú'
Cinemanía

Es imposible no desear cosas buenas a Amy Adams, dentro y fuera de la pantalla. Que se disfraza de princesa para cantar su amor a Patrick Dempsey, ahí estamos haciéndole los coros si hace falta; que se coge un avión a Dublín para pedirle a su novio que se case con ella siguiendo una tradición irlandesa, la acompañamos durante su ardua misión. 

Eso sí, no nos responsabilizamos si, en este último caso, termina enamorándose de un mesonero con el porte de Matthew Goode. En Cinemanía somos unos enamorados confesos de Adam Scott, pero, en cualquier triángulo amoroso, siempre elegiremos a Amy. 

Veredicto: No están juntos. Y aunque siempre elijamos a Amy, eso no significa que confiemos en su criterio al dejarlo todo por un completo desconocido que vive en otro continente. La protagonista, harta de la parsimonia de su ex, ha podido pasar el duelo por él durante la relación, pero todo lo que sube rápido baja a la misma velocidad y lo de casarse con su nuevo amor de forma tan apresurada queda bien para antes del 'The End', pero después no vaticina nada bueno.

'La proposición'

'La proposición'
'La proposición'
Cinemanía | Kerry Hayes SMPSP

Cuando creas que tu jefe/jefa te explota, consuélate con que al menos no te ordena que te cases con él/ella. En La proposición, una influyente editora (Sandra Bullock) obligaba a su ayudante (Ryan Reynolds), al que encima humilla a diario, a que se haga pasar por su prometido para solucionar cierto problema con su visado.

Nada que unos días en la helada Alaska con la familia de él no pudieran arreglar. Ni siquiera cierto descuido volador con el perro evita que Andrew se enamorara de Margaret cuando esta consigue quitarse la coraza (aún más gélida que Alaska) de ejecutiva agresiva. Y con Betty White haciéndolo todo mejor.

Veredicto: No siguen juntos. Los matrimonios de conveniencia no suelen funcionar y compartir oficina con la pareja puede desgastar mucho. Seguro que esta separación ha sido más traumática para la familia de Andrew que para Andrew. 

'Cuando Harry encontró a Sally'

'Cuando Harry encontró a Sally'
'Cuando Harry encontró a Sally'
Cinemanía

En 1989, Meg Ryan conseguía convertirse en leyenda con una escena totalmente improvisada, que acabaría colándose en el imaginario colectivo de los espectadores. La secuencia del orgasmo en el restaurante en Cuando Harry encontró a Sally fue un nuevo hito para la reina de la 'rom-com'. Sin embargo, la mejor comedia romántica de la historia (o eso dicen muchos expertos) es mucho más que aquel orgasmo improvisado.

Harry Burns (Billy Cristal) y Sally Albright (Ryan) pasaron del odio a la amistad, y de la amistad al amor, a través de los diálogos más tiernos y astutos de Nora Ephron, desde un coche a Nueva York hasta una fiesta de fin de año con la declaración de amor definitiva. Sí, un hombre puede ser amigo de una mujer que considera atractiva, igual que también puede acabar por enamorarse de su mejor amiga.

Veredicto: Siguen juntos. No nos cansamos de repetir que tu pareja tiene que ser tu mejor amigo. Ese clima de absoluta confianza y sinceridad que se creó entre Harry y Sally a lo largo de los años y que tanto miedo daba a Harry perder con una relación es la que justamente les ha permito crear una unión sólida. 

Para prueba, esta declaración de amor desde la más adorable rutina: "Te quiero cuando tienes frío estando a 21 grados. Te quiero cuando tardas una hora para pedir un bocadillo. Adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco. Te quiero cuando después de pasar el día contigo, mi ropa huele a tu perfume. Y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches".

'Pretty Woman'

'Pretty Woman'
'Pretty Woman'

El guion original de Pretty Woman iba a ser mucho más oscuro (Vivian moría de una sobredosis), pero también mucho más realista, porque ese cuento de hadas en el que un hombre de negocios se enamoraba de una prostituta hasta el punto de ir a buscarla en limusina y con flores era el mito del amor romántico peligrosamente llevado al extremo. 

Sin embargo, en los 90, Richard Gere y Julia Roberts nos hicieron creer que Sunset Bulevard no estaba tan lejos de las exclusivas tiendas Rodeo Drive y que se podía dejar atrás la miseria y la prostitución de la mano de un caballero con brillante armadura (o con un brillante Lotus Esprit) que te llevaba a la ópera en jet privado y te regalaba vestidazos rojos. 

Veredicto: No siguen juntos. Aunque cueste escribirlo, Edward era simplemente otro cliente que compraba a Vivian. Lo único que lo diferenciaba del resto de hombres que paraban sus coches a su lado era la belleza de Richard Gere y sus modales de príncipe azul, pero, a la hora de la verdad, se avergonzaba de ella. Solo esperamos que Vivian lo engatusara lo suficiente para casarse con él en gananciales.

'Algo para recordar'

'Algo para recordar'
'Algo para recordar'
Cinemanía

Nora Ephron encumbró la comedia romántica noventera con Tom Hanks y Meg Ryan en lo alto del Empire State. Todo gracias a Ross Malinger, el pequeño Jonah que, tratando de ayudar a su padre con su duelo, llamaba a un programa de radio para contar su historia.

Algo para recordar nos trajo un enamoramiento a distancia, la especialidad de estos dos actores principales, una conexión más allá de lo físico con Bill Pullman como tercero en discordia. Y qué bien sonaba la voz de Hanks por radio. 

Veredicto: No siguen juntos. Pese a que nos gustaría que el resultado fuera otro, los hechos son los que son. Los protagonistas de esta historia viven en ciudades diferentes (Annie en Baltimore y Sam en Seattle) y solo les vimos juntos en dos minutos de la película. Annie buscaba huir de su boda, mientras que Sam quería dejar de sufrir por la pérdida de su esposa, pero ambos necesitaban trabajar más en ellos mismos antes de emprender un viaje juntos. Eso, y conocerse (y esas cosas). 

'Cuatro bodas y un funeral'

'Cuatro bodas y un funeral'
'Cuatro bodas y un funeral'
Cinemanía

La conexión entre Hugh Grant y Andie MacDowell en esta película es similar a la que sientes con un amor de verano que se prolonga varias estaciones estivales: te obsesionas, te pasas el resto del año proyectando ilusiones y, en cada reencuentro efímero, las expectativas se multiplican. Es como alargar la fase de enamoramiento eternamente. 

Los protagonistas se van conociendo y enamorando en bodas (y un funeral): a veces son ellos los que están en el altar, pero nunca juntos. El desenlace viene acompañado del consabido final feliz para darles la oportunidad que el público estaba esperando, pero la vida no es una comedia romántica. 

Veredicto: No siguen juntos. Repetimos: Es como alargar la fase de enamoramiento eternamente. Y eso, por muy emocionante que parezca, no es amor. Una vez pasen más de seis meses juntos, las mariposas ilusorias que mantienen vivo este romance empezarán a aletear a otro ritmo y, al haber confundido pasión y excitación con amor, se darán por vencidos, convencidos de que la rutina ha acabado con sus sentimientos. 

'Algo pasa con Mary'

'Algo pasa con Mary'
'Algo pasa con Mary'
Cinemanía

Ben Stiller (o, más bien, su personaje) salió vivo de milagro del rodaje de Algo pasa con Mary. Sus partes íntimas sufrieron varios accidentes en su ansia por recuperar a su primer amor, esa Cameron Diaz perfecta, fan de los 49ers y entregada su hermano Murray, cuyo gran defecto era atraer a hombres obsesivos. 

Los Farrelly ponían su humor sin censuras al servicio de esta historia de amor (o empeño) en el que la magnética protagonista principal es víctima de la posesividad de cuatro hombres que se creen con derecho a engañarla (el detective bruto, el pizzero manipulador, el primer ex resentido y con un extraño fetichismo por los zapatos, el protagonista desesperado) para conquistarla. Puffy no aprobaba a ninguno.

Veredicto: No siguen juntos. Mary terminaba decantándose por Ted y dejaba plantado al jugador de fútbol Brett Favre en los últimos minutos de la película. Sin embargo, y pese a que Ted tenía buena mano con Murray (hasta le dejó tocarle las orejas al final), en realidad no se conocen y el protagonista de Stiller tiene demasiado idealizada a Mary, algo que jugará en contra de la relación, enturbiándolo todo con inseguridades.

'El sueño de mi vida'

'El sueño de mi vida'
'El sueño de mi vida'
Cinemanía

Cuidado con lo que deseas... Sobre todo si ese deseo pasa por hacerte mayor. Jennifer Garner no aprendió absolutamente nada de Tom Hanks en Big y se 'saltó' la adolescencia en esta comedia romántica dirigida por Gary Winick.  

Jenna Rink, en su desesperación por ser popular, veía como pasaba de ser una niña a convertirse en una treintañera de la noche a la mañana. Sin embargo, la vida adulta no es tan bonita como parece, sobre todo si el sacrificio te cuesta el amor de Mark Ruffalo. Nada que, por suerte, una casa de los deseos no pueda enmendar. 

Veredicto: Siguen juntos. Viajar al futuro tiene sus ventajas, como la de ver los errores cometidos y regresar en el tiempo para evitarlos. Aunque habrán tenido que hacer frente a otro tipo de obstáculos (una relación implica trabajo, que no os engañen), Jenna ha forjado una historia de amor sólida con su amigo de la infancia porque sus bases son prácticamente inquebrantables: confianza, respeto y compenetración. 

'Nunca me han besado'

'Nunca me han besado'
'Nunca me han besado'
Cinemanía

Drew Barrymore demostró que no hay periodismo gonzo más arriesgado que el de infiltrarse en un instituto para retratar el lado más salvaje de los adolescentes populares. ¿Los inconvenientes? Revivir traumas del pasado. ¿Las ventajas? Atractivos profesores de literatura (Michael Vartan) que se confiesan contigo en una noria.

Nunca me han besado tiene todo lo que cabe esperar de un romance de instituto: frikis sufridores, populares acosadores, bailes de reyes y reinas con tiaras horteras, momentos bochornosos, eventos deportivos... Es la radiografía de la juventud yanqui en su máximo esplendor pasada por el filtro corny, sobre todo en ese beso final en un estadio de béisbol. Tan tontorrona como irresistible. 

Veredicto: Siguen juntos. Los unió Shakespeare y eso podía ser una malísima señal. Afortunadamente, Josie y Sam tenían muchas cosas en común, como su amor por la literatura y la vida tranquila, y Sam miraba con ternura y hasta una pizca de orgullo a la protagonista incluso cuando esta se emborrachó y se subió al escenario. Les deseamos un presente maravillosos compartiendo clásicos literarios. 

'Amor con preaviso'

'Amor con preaviso'
'Amor con preaviso'
Cinemanía

Lo suyo empezó a modo de trueque: ella se convertía en su abogada (y como secretaria, y como vestuarista, y como todo) y él no destruía el centro de ancianos de Coney Island. Sin embargo, Hugh Grant y Sandra Bullock tenían demasiado carisma para no terminar enamorándose pese a sus diferencias. 

La película contiene una de las escenas más tiernas de la comedia romántica moderna: todo comienza con un partido de tenis, continúa con un apretón en un atasco y termina con los protagonistas surcando el cielo de Nueva York en helicóptero privado, ensimismados con la belleza del edificio Chrysler. 

Veredicto: Siguen juntos. Lo suyo no fue amor a primera vista, fue conocerse, entenderse, comunicarse y aprender del otro. Podríamos decir que fueron amigos antes que pareja, y eso siempre es buena señal. Ya saben lo que les gusta y lo que no del otro y, sobre todo, se eligen pese a sus diferencias (no tan) irreconciliables. 

'Jerry Maguire'

'Jerry Maguire'
'Jerry Maguire'
Cinemanía

Para los anales de la historia romántica queda una de sus frases más icónicas de Jerry Maguire: esa “Tú me completas” con la que el agente deportivo interpretado por Tom Cruise, tras apaciguar no sin muchas meteduras de pata su ambición profesional, se declaraba a Renée Zellweger.

Entusiasta como pocos, el protagonista de Cruise engatusaba con su carisma a sus clientes, pero también a Dorothy Boyd, madre soltera, y a Ray, el hijo de esta. Pese a las dudas y la incapacidad de comprometerse del protagonista, los tres terminaban formando una familia feliz, al menos hasta los títulos de crédito finales. 

Veredicto: No siguen juntos. Hay una codependencia muy peligrosa en esta pareja. La película ya presenta a Jerry como alguien que no está disponible emocionalmente, sobre todo en ese vídeo en el que sus ex desvelan su dificultad para expresar sus emociones y su incapacidad para estar solo. Se casa con Dorothy porque se siente responsable de ella. En cuanto a Dorothy, dejemos de lado la romántica "Me tenías con el Hola" y centrémonos en otra de sus frase: "Lo quiero por el hombre que quiere ser y lo quiero por el hombre que casi es". Lo quiere por el potencial que ve en él, no por lo que realmente es. 

'27 vestidos'

'27 vestidos'
'27 vestidos'
Cinemanía

Toda comedia romántica que se precie guarda una enseñanza que acompaña al espectador por el resto de su vida. La de 27 vestidos es la siguiente: en una boda, mientras todo el mundo mira a la novia mientras esta camina hacia el altar, echa un vistazo a la cara del novio. Ahí están todas las emociones que merece la pena advertir.

Katherine Heigl se convirtió en la reina de la 'rom-com' en la primera década de los 2000 y, entre todos los títulos del género que protagonizó, destaca la historia de la eterna dama de honor que tenía que preparar la boda de su hermana con el hombre de sus sueños. Y, de paso, se enamoraba del periodista que no creía en el amor de James Marsden (no hay diferencias que no se solucionen cantando borrachos Bennie and the Jets, de Elton John). Al final, todas aquellas mujeres a las que había ayudado en sus bodas estuvieron en la suya. 

Veredicto: No siguen juntos. Jane y Kevin eran, en el fondo, dos románticos incorregibles. Los despedimos casándose en una paradisíaca playa, acompañados de los suyos, y, aunque nos gustaría imaginarlos ahora con dos hijos adolescentes y un perro, lo suyo fue odio a primera vista, pasión precipitada y poco más. No lo decimos nosotros, lo dice la guionista Aline Brosh McKenna (vía Variety): "No estoy segura de si Jane y Kevin siguen casados. Había mucha idealización romántica, no tuvieron la oportunidad de conocerse". 

'Con derecho a roce'

'Con derecho a roce'
'Con derecho a roce'
Cinemanía

En el año 2011, coincidieron en gran pantalla dos títulos sobre dos amigos que empiezan a mantener sexo de forma casual, pero terminan enamorándose. Una de ellas fue Sin compromiso, con Natalie Portman y Ashton Kutcher, pero la buena, con número musical final includo, fue Con derecho a roce, protagonizada por Mila KunisJustin Timberlake.

El director Will Gluck (Rumores y mentiras) nos trajo la amistad con derecho a roce entre una joven cazatalentos y un director artístico, entregada a la química entre sus protagonistas. Sobre todo al buen hacer de esa Kunis de ojos grandes y fanática del flashmob. 

Veredicto: Siguen juntos. Aunque pueda parecer que Jamie y Dylan comenzaron la casa por el tejado en lo que respecta a su relación, arrancando la película con sexo casual y finalizándola con su primera cita, ambos han cimentado las bases para una relación duradera, abriéndose el uno al otro, creando una atmósfera de confort entre ellos y, como no nos cansamos de repetir, siendo amigos (sabiendo que congenian, que se lo pasan bien juntos, que se entienden pese en sus diferencias) antes que pareja. 

'Sucedió en Manhattan'

'Sucedió en Manhattan'
'Sucedió en Manhattan'
Cinemanía

Esta adaptación moderna de la Cenicienta nos traía a otra reina del género, Jennifer Lopez, acompañada de un elenco demasiado bonito para ser real (como la trama): Ralph Fiennes, Natasha Richardson o Stanley Tucci, sin ir más lejos.

JLo daba vida a una empleada de la limpieza en un lujoso hotel de Manhattan que encontraba a su príncipe azul de forma bastante engañosa: se veía obligada a hacerse pasar (arrastrada por una serie de catastróficos enredos, justificamos) por una huésped tras quedar prendada de un político candidato a senador.

Veredicto: No siguen juntos. El amor a primera vista es muy bonito, pero eso no significa que vaya a durar. La película nos muestra a los protagonistas un año después de conocerse, con Chris y Marisa compartiendo su vida tras haber alcanzado sus propósitos profesionales. Sin embargo, su amor arrancó con una mentira y se desarrolló de forma apresurada, contagiado por la ilusión inicial, una señal de alerta clara. Esta historia era más frágil que el zapato de cristal de la Cenicienta. 

'La boda de mi novia'

'La boda de mi novia'
'La boda de mi novia'
Cinemanía

En plena fiebre del 'Dr. Macizo' (Anatomía de Grey) y justo un año de ser el príncipe azul de Amy Adams en Encantada: La historia de Giselle, Patrick Dempsey se puso el esmoquin de rey de la comedia romántica al frente de esta película con secundarios como Michelle Monaghan o Sydney Pollack en su última aparición en pantalla. 

La premisa es sencilla: un hombre mujeriego y triunfador se da cuenta de que está enamorado de su mejor amiga cuando esta se va de viaje de trabajo a Escocia. A su regreso, lo hace prometida (de un escocés con título nobiliario, experto en hacer mates y lanzar troncos) y le pide al protagonista que sea su dama de honor. Nuestro protagonista se empeña entonces en ganársela entre despedidas de soltera con collares de bolas chinas, despedidas al son de Oasis y caballos desatados.

Veredicto: Siguen juntos. Aunque Tom no es la madurez personificada y tiene que notar la ausencia de Hannah para darse cuenta de sus sentimientos, su relación vuelve a estar sustentada sobre los firmes pilares de la amistad. Se aceptan con sus respectivas virtudes y defectos, conocen la importancia de compartir tartas y visitar tiendas de antigüedades, y pueden ser ellos mismos en presencia del otro. Como valor añadido, algo nos dice que Tom despierta en Hannah la misma pasión que sintió ante aquel cuadro de Modigliani.

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