Cannes 2022 | Baz Luhrmann y ‘Elvis’, la perfecta pareja de baile

El director de ‘Moulin Rouge!’ y ‘El gran Gatsby’ pone a bailar el Festival con su biopic pop. Y un Austin Butler de caderas eléctricas.
Asian Butler es Elvis.
Asian Butler es Elvis.
Warner Bros
Asian Butler es Elvis.

Elvis arranca con el logo de Warner Bros enjoyado. No hay mejor manera de dejar claro que lo que seguirá a continuación son más de dos horas de excesos. La vida de Elvis Presley, vista por Baz Luhrmann, no merecía menos.

El director australiano no habla de Elvis como un biopic. Su intención era coger la figura del cantante para usarla como un lienzo en el que exponer y explicar la sociedad americana de los años 50 y 60 con mucha resonancia aún hoy. Hablar de desigualdades, de odios, de racismo, heridas tan abiertas entonces como en la actualidad, y que Elvis, a través de su música inspirada en los ritmos negros y sus movimientos que tantos consideraron indecentes, intentó curar y cerrar. Y, sin embargo, Elvis es un biopic de principio a fin, bien instalado en su era, eso sí, resaltando lo que el rey del rock hizo por el avance y progreso social desde su escenario.

El director de Moulin Rouge sabía muy bien que atreverse a una hazaña así era peligroso y se protege bien. Utiliza la figura del mánager de Presley, Tom Parker, alias Coronel, como narrador, como villano, como puching ball, como escudo, como arrastre (y a ratos, lastre) de la historia. Tom Hanks con inmensa papada es, en ocasiones, casi una caricatura, pero pretendida y buscada. Los excesos marca Luhrmann.

Tom Hanks con gran papada.
Tom Hanks con gran papada.
Warner Bros

La voz en off del Coronel va señalando los grandes hitos en la vida y carrera de Presley. Los comienzos del cantante, también los de la película, son los más emocionantes y entretenidos. Cómo llegó a la música, su superpoder, el “bocado de la fruta prohibida” que dio mientras se crió por casualidad en una comunidad negra, le inspiró e influyó para siempre en su forma de cantar y bailar. Se pasaba las horas y los días en Beale Street en Memphis, contagiándose en los clubs afroamericanos, acompañado por BB King. Y una de esas escenas en el filme con Alton Menson interpretando Tutti Frutti como Little Richard es una de las más vivas de la película, de hecho.

En los 50, el arranque de su éxito, Luhrmann se deleita, se regocija, con eléctricas actuaciones de Asian Butler, que clava ese Elvis joven con ganas de comerse el mundo. La ‘huida’ a Alemania para volver transformado, la boda con Priscilla, el mito de Graceland. El dinero, el merchandising, Hollywood. Los 60 pasan más rápido en el filme que se detiene de nuevo en sus últimos años y su residencia en Las Vegas, esa que fue una mina de oro sobre todo para el Coronel que explotó los miedos y paranoias de Elvis, sus usos y abusos de drogas y alcohol para conseguir que se quedara allí instalado más años de los que salud aguantó.

En esta última etapa, Butler es casi aún mejor, escondiendo el dolor y las adicciones y depresiones en esos trajes de capa y diamantes que han hecho de Elvis un producto pop.

Baz Luhrmann, Olivia DeJonge y Asian Butler
Baz Luhrmann, Olivia DeJonge y Asian Butler
Warner Bros

Por supuesto, los grandes éxitos de Presley avanzan la trama y explican sus altibajos personales: “Caught in a Trap I Can’t walk Out” canta en Suspicious Minds cuando ya estaba entrando en un peligroso agujero. Pero hablamos de Luhrmann, también hay momentos bien presentes para Eminem, Doja Cat o CeeLo Green. El director nunca se deja fuera a las nuevas generaciones en sus películas óperas pop, aunque hablen como esta de un icono del siglo XX. Ese respeto y la cercanía de la familia Presley, por cierto, explicarían la evasión de ciertos temas y una muy bondadosa mirada. Aunque tampoco importa en este gran concierto de brilli brilli y decadencia fastuosa.

12 minutos de ovaciones ha recibido Elvis en Cannes. La más larga en lo que va de Festival. Austin Butler ha llorado y se ha abrazado a Priscilla Presley, la mujer de Elvis, allí presente. Días antes, la nieta Riley Keough ya dijo que había llorado la película entera. Lisa Marie, su hija, pide a gritos el Oscar para Butler. Elvis (estreno el 24 de junio) empieza en La Croisette quizá una carrera incluso mejor que la que tuvo El gran Gatsby, también estrenada en Cannes en 2013.

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