El universo de Mamoru Hosoda

Heroínas, bebés y trenes a toda velocidad: así es el universo del más candoroso de los animadores japoneses.
El universo de Mamoru Hosoda
El universo de Mamoru Hosoda
El universo de Mamoru Hosoda

Las casas, los libros, la velocidad o, por supuesto, los trenes, son sólo algunos de los instrumentos del director japonés para transmitirnos su filosofía y definir a los personajes. En su última película, Mirai, mi hermana pequeña vuelven a estar presentes. Abrid bien los ojos para que no se os escape ninguno.

Da igual quien sea el protagonista, en las películas de Hosoda siempre hay una HEROÍNA; mujeres poderosas y positivas pero también sensibles que son quienes guían toda la historia.

Todo empezó con La chica que saltaba a través del tiempo, que comienza actuando sin pensar pero al final acaba haciendo lo correcto. Y para madre-heroína, Hana, que hace auténticos milagros para sacar adelante a sus hijos en Wolf Children. En Summer Wars Kenki se transformará en un pequeño héroe pero solo con la ayuda de la chica que le gusta. Algo parecido a lo que ocurre en El niño y la bestia, donde es Kaede quien lleva a Ren de vuelta a la vida real. Igual ocurre en Mirai; la hermana pequeña de Kun es la que, convertida en una superheroína, le hará vivir toda una aventura.

Los BEBÉS simbolizan el comienzo de la vida y la relación que los personajes mantienen con ellos define por completo su identidad. Al no saber si su bebé será humano o lobo, Hana se esconde del hospital y da a luz en casa. Esa huida será una constante en la historia de la madre y los niños que marcará por completo su carácter. Bebés hay también en Summer Wars, en El niño y la bestia -cuando Iozen recuerda a Ichirohiko, el bebé que crió- y, por supuesto, en Mirai, una recién nacida que acapara toda la atención de sus padres. Los celos que esta situación despierta en su hermano Kun son el desencadenante de la historia.
Los HOGARES juegan un papel fundamental: son el refugio de lo más importante de todo, la familia. Que sigan un estilo u otro no es casual. Tampoco lo que hay en ellas, creado para darnos información sobre los personajes. La chica…vive en una casa urbana de dos pisos y para saber más de ella es importante fijarse en cómo están colocados los objetos personales en el cuarto que comparte con su hermana. Nada que ver con Jinnai de Summer Wars, que viven en una antigua mansión Samurai que nos habla de que una vez fueron una familia próspera. Una vivienda espaciosa para albergar a sus 80 miembros.

La casa de Kumatetsu en El niño y la bestia es abierta para evocar el estilo de vida feliz que comparte con Ren. En Wolf Children Hana acaba encontrando su hogar en una casa de estilo japonés destartalada que ella misma convierte en la vivienda perfecta para la familia. También la de Mirai ha sido diseñada por sus protagonistas; una vivienda dividida en niveles de un metro de altura ideales para un niño de cuatro años.

Aunque Makoto no los utilice nunca, es simbólico que La chica… esté rodeada de LIBROS cada vez que visita a su tía en el museo en busca de respuestas. Libros como fuente de sabiduría también en Wolf Children; sin poder pedir consejo a nadie, Hana encuentra entre sus páginas cómo criar a los niños de los lobos, información sobre el cultivo de alimentos o la reforma de la casa. Libros como salvación en En el niño y la bestia; Ren se encuentra con Kaeda en una biblioteca y gracias a ellos se le abrirá un nuevo mundo. Los que aparecen en Mirai desempeñan un papel tan importante que están colocados en mitad de la casa. Son clave en la relación entre los hermanos y en la de madre e hijo. En Summer Wars aparecen incluso en el mundo virtual de Oz, aunque se utilicen como herramientas para la batalla.
Makoto es el gran ejemplo de la EXPRESIÓN DE VELOCIDAD: para saltar a través del tiempo necesita correr y dar un gran salto. En Mirai la sensación de velocidad va a trasformar por completo a Kun. Pero de entre todas las carreras, la más memorable es sin duda la de los niños de Wolf Children por las colinas nevadas liberándose a medida que se transforman.
La HUIDA A LA NATURALEZA es un tema constante en la narración nipona. En Summer Wars Kenji viaja invitado por Natsuki a un pueblo inspirado en Ueda. En El niño y la bestia la huida no puede ser más explícita: su protagonista se esconde de las multitudinarias calles de Shibuya en El reino de las bestias. Hana se traslada al campo para mantener a sus hijos alejados del mundo en Wolf Children. Y aunque en Miria Kun rara vez sale de casa de una manera literal, sí viaja de una manera figurada. Y no es sólo que lo haga a entornos de naturaleza, tampoco es casual que el lugar desde el que realiza ese salto en el espacio sea el jardín de casa.
Y otro tema recurrente en la sociedad nipona: los TRENES. Si los protagonistas de Summer Wars tienen que viajar sólo pueden hacerlo en tren. Makoto no necesita ningún medio de transporte para viajar en el tiempo, pero el paso a nivel que aparece en el cartel de la película es un escenario clave y el tren, un elemento indispensable en la historia. Y en Mirai, con sólo cuatro años Kun los colecciona y distingue perfectamente unos de otros.
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