'El pequeño mago' y la brujería laboral

Entre testimonios de irregularidades e impagos, la película descalificada por la Academia en 2012 llega a salas cinco años después de su primera fecha de lanzamiento. Por YAGO GARCÍA
'El pequeño mago' y la brujería laboral
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'El pequeño mago' y la brujería laboral

De vez en cuando, la tarea de informar sobre cine hace que los profesionales se enfrenten a supinos quebraderos de cabeza. Tómese como ejemplo todo lo relativo a El pequeño mago: el estreno de esta película de animación, dirigida y escrita por el gallego R. C., se anunció por primera vez en 2008, llevando el título de El mago Dubidoso. Pese a ello, el filme nunca llegó a salas comerciales, desvaneciéndose en el olvido... Hasta que, cuatro años más tarde, saltó a los titulares al serle retirada su nominación al Goya. La película, retitulada The Little Wizard, había sido descalificada por la Academia "por incumplimiento de las bases de participación". Un mareo, insistimos, que llega ahora al que podría ser su último capítulo: la distribuidora Barton Films acaba de anunciar que la cinta, rebautizada una vez más, se estrenará por fin el 15 de noviembre, tras haber participado en la sección infantil del Festival de San Sebastián.

Ahora bien, ¿por qué desapareció el filme de la lista de nominados al Goya? Eso nos lleva a recordar un laberinto de dimes y diretes en el cual participaron tanto la Academia como R. C. y su hermano (y productor de la cinta) A. C. Tras hablarse de impagos de derechos de autor a los dobladores, y con el cineasta de Tui refiriéndose a "unas subsanaciones en los títulos de crédito", el presidente de la Academia, Enrique González-Macho, declaraba al diario El País que la institución había descalificado a la película (por decisión unánime de su Junta Directiva) al no atribuirse correctamente la autoría de su banda sonora. Aun así, R. C. señaló veladamente a Manuel Cristóbalproductor de la ganadora Arrugas, como instigador de este proceso.

Aunque en su momento el cineasta insistiese a CINEMANÍA que era "imposible" que el estreno de El pequeño mago se anunciara en 2008 para toda España, "porque esa fue la fecha de inicio de rodaje", nuestra redacción tuvo acceso a calendarios de estrenos según los cuales la cinta debería haber llegado a Madrid el 8 de noviembre de ese año. Sumado esto a la opacidad con la que se llevó su retirada de los Goya y a que contactar con la empresa productora, Devoura Cinema, resultaba "un poquito difícil" (según nos comentaron en su día fuentes de Barton Films) cabe preguntarse qué circunstancias llevaron a tanta dilación en las fechas de estreno, y en general a una trayectoria tan atropellada para una película cuyo presupuesto podría "rondar los 4 millones de euros", según El faro de Vigo.

Julio Lorenzo, director de doblaje que trabajó en El pequeño mago, desconoce las razones de estos cambios de fecha. Pero sí está muy al tanto de por qué la cinta de R. C. no llegó a la gala de los Goya: fue a causa de una reclamación que él mismo elevó al entonces director general de la Academia, José Garasino (fallecido en septiembre de este año). "Nunca he querido declarar hasta ahora", nos explica Lorenzo, quien sin embargo sí contactó en 2012 con el diario El País para solicitar "la eliminación, o bien el derecho a réplica" de unas declaraciones en las que C. mencionaba su nombre. Y lo que nos cuenta hace ver que las razones oficiales para la descalificación del filme fueron, por decir algo, un eufemismo.

"El primer doblaje [de El pequeño mago], el que hicimos nosotros, era supuestamente provisional", explica Julio Lorenzo. Y prosigue: "en él participamos sólo ocho personas, y según nos dijeron estaba destinado a mostrar la película a cadenas de TV que estuvieran interesadas en ella". Por ello, explica el doblador, "imagina mi sorpresa cuando descubro que la película, con nuestras voces, no sólo ha ido al Festival de La Habana, sino que incluso es candidata a un Goya". La mayor irregularidad, continúa, era que ninguno de los participantes en dicho doblaje había firmado la cesión de sus derechos de voz, el documento legal por el cual un actor de doblaje autoriza el uso de su trabajo.

Así las cosas, Julio Lorenzo contactó con José Garasino. "Él me dijo que aquella era la gota que colmaba el vaso", nos dice, "porque la Academia había recibido ya quejas por los créditos de la banda sonora". En caso de que El pequeño mago hubiera figurado como nominada en los Goya, además, la institución habría podido enfrentarse a consecuencias legales: "Si, durante la gala, se hubieran proyectado fragmentos de la película con nuestro doblaje, hubiéramos podido denunciar a la Academia", indica Lorenzo. "Mientras la Junta Directiva estudiaba el caso", sigue, "sus responsables nos ofrecieron la firma de los derechos de voz. Algo para lo que ya no había tiempo material: el trámite debería haberse llevado a cabo, como quien dice, de viernes a domingo".

'El pequeño mago' y la brujería laboral

R. C., director de El pequeño mago. (Fuente: Wikimedia Commons)

Hasta aquí, la explicación al affaire de los Goya. Pero aún hay más: un grupo de Facebook titulado Bieito Debedoso: la estafa continuada de los C. reune a trabajadores afectados por la muy irregular producción de la película. Y uno de sus miembros, el cual prefiere permanecer en el anonimato, nos ofrece un relato de primera mano. Según dicho artista, parte del equipo de El pequeño mago fue reclutado en 2009 a través de "un curso de formación para desempleados con posibilidad de contrato", comentándoseles incluso que la empresa en cuestión se dedicaba a "hacer planos de barcos". Tras revelarse el verdadero objetivo del trabajo, el cual dio como resultado "una obra absurda y sin pies ni cabeza", prosigue nuestra fuente, "desde octubre [de 2010] empezamos a tener problemas para cobrar alegando que a ellos no les pagaban. Otras veces lo solucionaban pagando a unos antes que a otros. Dejamos de ir a trabajar en noviembre antes de terminar el contrato y con nóminas sin cobrar".

Parte del equipo denunció a los productores, prosigue nuestro interlocutor, y los salarios impagados quedaron fiados al Fondo de Garantías Salariales (FOGASA), el cual finalmente abonó parte de ellos entre agosto y septiembre. En su momento, R. C. comentó a CINEMANÍA que "en un rodaje donde participan 300 personas siempre hay un descontento", a lo cual nuestra fuente replica con contundencia: "Si dejas de pagar a la plantilla y los echas sin cobrar es lo menos que puede pasarte", explica el animador, "sobre todo si al año siguiente montas otra empresa, cobras otra subvención y vuelta a empezar". El cineasta también habló entonces de "un señor con el que a veces me cruzo por la calle y con el que he andado metido en juzgados", quien habría publicado comentarios en páginas web denunciando las mencionadas irregularidades. Según nuestro contacto, ese anónimo acusador sería "un compañero del curso con el que [R. C.] tuvo una discusión, y al que despues de un intercambio de insultos le cerró la puerta del despacho sobre su mano".

En todo caso, parece que el pequeño Dubidoso hará por fin sus trucos en una sala de cine, cinco años después de que su estreno fuese anunciado por primera vez. Su web oficial (que en 2012 aparecía inactiva) está llena de materiales promocionales y juegos para smartphone, y de su retirada de los Goya no se ha vuelto a hablar (ni siquiera aparece registrada en su página correspondiente de Wikipedia). Y el largo proceso que le ha llevado a ver la luz parece, a fecha de hoy, cosa de brujería.

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