El CGI de 'The Irishman' está volviendo loco a Martin Scorsese

Si hay un director al que no le da miedo probar cosas nuevas por muchos años que lleve en el gremio, ese sin duda es Martin Scorsese. El cineasta neoyorquino no sólo ha probado todo tipo de géneros a lo largo de su prolífica carrera, sino que ocasionalmente también ha experimentado con avanzadas técnicas digitales. Y no obstante, parece que esta vez se ha encontrado con algo que realmente le supera, en el marco además de su primera producción para Netflix. Sí, se trata del CGI necesario para sacar adelante The Irishman.

El estreno de la película que supone la reunión de Scorsese con Robert De Niro, Joe Pesci y Harvey Keitel (así como su primera colaboración con Al Pacino, que en un mundo mejor habría participado en todas las obras del director) ha lidiado con múltiples retrasos desde el inicio de su producción, y aunque teóricamente pasará al catálogo de Netflix a finales de 2019, no hay ninguna fecha confirmada. Algo que le viene bien al pobre Marty, ya que recientemente él mismo ha revelado que está teniendo bastantes problemas para acabar su película.

Sucedió en el marco del A24 Podcast, donde el director de Taxi Driver se reunió con la directora británica Joanna Hogg (responsable de films como Unrelated o Archipielago) para mantener una distendida conversación en torno a sus respectivas carreras. En EE.UU. Hogg estrena su nueva película, The Souvenir, hoy viernes, pero al parecer estamos bastante lejos de poder ver The Irishman terminada, y Scorsese no ha dudado en desvelar las causas de ello.

"El CGI es muy importante porque tenemos que rejuvenecer a De Niro, Pesci y Al Pacino", reveló. La historia de The Irishman, inspirada en la vida del gángster Frank Sheeran, tiene lugar en distintos períodos de tiempo, lo que ha conducido a que Scorsese se sumerja en la tecnología digital de un modo que ni La invención de Hugo le había exigido antes. "Tiene que haber una cámara con hasta tres lentes distintas para registrarlo todo, y es bastante loco".

¿Hay razones para temer que The Irishman no esté preparada a tiempo? Lamentablemente sí. "Lo que me preocupa... lo que nos preocupa a todos, es que estemos demasiado acostumbrados a ver a estos actores con sus caras actuales. Cuando juntamos escenas del presente con otras del pasado no puedo dejar de ver que ciertos planos necesitan más trabajo en los ojos, porque cosas como las arrugas no acaban de concordar... así que tenemos que cambiar los ojos", describía Scorsese su experiencia con el rodaje. "Y si ese es el caso, ¿cómo los cambio, cómo tienen que lucir? ¿Han de tener intensidad, dignidad, amenaza...? No lo sé".

The Irishman no es en absoluto una pionera en lo que se refiere al rejuvenecimiento digital, pero sí puede ser una cuyo éxito dependa demasiado del buen resultado de esta técnica. Hace poco, Marvel dio toda una lección a este respecto lanzando una versión perfectamente convincente del Samuel L. Jackson de los noventa en Capitana Marvel, pero lo cierto es que ya quisieran De Niro, Pesci y Pacino conservarse tan bien como el amigo Jackson.

Por nuestra parte, sólo nos queda desearle ánimos a Marty, y convencernos de que si se está esforzando tanto en darle el toque perfecto a su película es que esta acabará mereciendo mucho la pena.