'Cold War' arrasa en los EFA 2018: Una carta de amor para una Europa en proceso de divorcio

La Academia se rinde ante 'Cold War' entre taconeo y Brexit. La coproducción entre Polonia y España 'Un día más con vida', mejor película animada.
'Cold War' arrasa en los EFA 2018: Una carta de amor para una Europa en proceso de divorcio
'Cold War' arrasa en los EFA 2018: Una carta de amor para una Europa en proceso de divorcio
'Cold War' arrasa en los EFA 2018: Una carta de amor para una Europa en proceso de divorcio

Pocas historias de amor acompañan al espectador tanto como Cold War; lo persiguen en blanco y negro, lo refugia en sus canciones. Si en 2017, la sátira moral sobre el mundo del arte contemporáneo The Square conquistó a la Academia de Cine Europeo, esta vez el viejo continente se ha rendido ante la belleza de esta historia de amor con la Guerra Fría como telón de fondo.

Cold War, por la que el director polaco Paweł Pawlikowski (Ida) se llevó el premio a mejor director en el Festival de Cannes y que ya partía como favorita en la 31 edición de los Premios del Cine Europeo, ha arrasado al imponerse en cuatro de las cinco categorías en las que estaba nominada [Consultar el palmarés completo]. Pawlikowski ha estado a punto de igualar el número de galardones con los que se alzó Ida, que fueron cinco.

La película ha sido reconocida en las principales categorías de la noche; entre ellas, mejor película, mejor director, mejor guion y mejor actriz para Joanna Kulig, que no ha podido acudir a la gala porque se encuentra en Hollywood embarazada de siete meses. Pawlikowski ha dedicado los diferentes premios recibidos al equipo, a sus protagonistas y a sus padres, en quien se inspiró para este drama, "por tener una desastrosa pero al final preciosa vida".

Amor, reivindicaciones políticas y un continuo taconeo han sido los grandes protagonistas de unos premios que han vuelto a España 14 años después de haberse celebrado en Barcelona. El sevillano teatro de la Maestranza ha sacado la alfombra roja para recibir a las estrellas del cine europeo dos meses antes de que la capital hispalense reciba los Goya. Presentadores, actores, directores y bailarines se han ido cruzando en ese ir y venir de gente en el que se ha convertido el escenario, transformado en un bar de copas para la ocasión.

Amor en tiempos de Brexit

Cold War se ha erigido casi sin quererlo en la carta de amor con la que responder a la división de Europa. La primera en (no) mencionar el Brexit ha sido Rossy de Palma, que ha arrancado la ceremonia con mucho humor, pero recordándonos que "siempre tenemos que estar ahí los unos por los otros".

Armando Iannucci, que se ha llevado el premio a mejor comedia por La muerte de Stalin, ha dedicado su discurso de agradecimiento a tomarse con humor esta separación: "Como el primero de Reino Unido en subir a este escenario, tengo que decir que amo Europa. Es una gran idea. Y esta es una película europea. Hemos rodado por todo el continente, con equipo europeo. Creo que funcionaría muy bien unirnos. Me voy a llevar esta idea al Reino Unido".

Entre el resto de premiados, el italiano Marcello Fonte ha dado la sorpresa al alzarse con el premio a mejor actor por Dogman, imponiendo a Tomasz Kot (Cold War). Girl se ha llevado el galardón a mejor ópera prima del año, reconocimiento que su director, Lukas Dhont, ha compartido con su equipo, en especial con Victor Polster, el protagonista, y Nora Monsecour, que inspiró la historia y a quien ha descrito como "una heroína personal y profesional". El premio del público, por su parte, ha sido para Call Me by Your Name y Bergman, su gran año se ha alzado con el galardón a mejor documental por delante de la española El silencio de los otros.

Bárbara Lennie, nominada por Petra, también se ha ido a casa con las manos vacías. La única premiada entre las nominadas nacionales ha sido la coproducción entre Polonia y España Un día más con vida, en la que Raúl de la Fuente y Damian Nenow recrean el viaje de Kapuściński a Angola, y que ha ganado el galardón a mejor película animada. "Kapuściński dice que el sentido de la vida es traspasar fronteras y eso hemos hecho con esta película", ha dicho De la Fuente.

Populismo, aceptación y espanglish

Pero más allá de discursos politizados y mucho (demasiado) taconeo, esta noche ha sido la noche de Costa-Gavras, Carmen Maura y Ralph Fiennes, que han recibido el premio honorífico. Wim Wenders, presidente de la Academia, ha definido a Costa-Gavras como "uno de los mejores cineastas de nuestros tiempos" y "una inspiración para los que quieren cambiar el mundo". El director de Z, que antes de la gala ha adelantando que está preparando una película sobre Europa y la religión, se ha referido a la actual situación del continente resquebrajado: "Europa está en mala forma, pero hoy vemos que podemos estar juntos y aceptarnos los unos a los otros". 

Carlos Areces y Rossy de Palma han sido los encargados de la presentación cantarina (de Girls Just Want To Have Fun a I Will Survive, probablemente el mejor momento de la gala) de Maura."Me llevo bien con la Carmen Maura actriz pero a veces me canso de ella", decía la actriz antes de la ceremonia, donde también se refería a la situación política en España: "Estoy hasta las narices de la política. Vox es consecuencia de los populismos exagerados de la izquierda".

Maura ha recogido entre lágrimas y en espanglish su tercer galardón en estos premios tras los reconocimientos anteriores por Mujeres al borde de un ataque de nervios y ¡Ay, Carmela!. "Mola ser actriz europea", ha bromeado con la estatuilla en la mano. La veterena actriz ha recordado la primera vez que acudió a los Premios del Cine Europeo, en 1988, y cómo pensó que "era imposible hacer una Academia con una gente tan diferente. Ingleses, franceses, alemanes, españoles... Pero 30 años después estamos aquí, con nuestra Academia". Maura ha compartido el premio con Bárbara Lennie y con la actrices que empiezan, a las que ha recordado que para ser actriz "no es necesario ser la más guapa ni la más flaca. Lo importante es creen en los personajes que interpretas". 

Ralph Fiennes, que ha presentado The White Crow (en la que además de dirigir, actúa) en la ciudad, también ha abogado por la unión en su discurso. "He reflexionado sobre lo que nos hace europeos. ¿Es un instinto? ¿Un sentimiento? ¿Puedo ser inglés y europeo? Y mi respuesta ha sido 'Sí'. Hay una crisis en Europa y el sentimiento de familia está siendo destruido", ha afirmado. "Es deprimente ver el debate en mi propio país sobre Europa, hay una división. Pero hacer películas puede ser una ventana para que veamos a otros humanos y celebremos nuestras diferencias y nuestra humanidad común a la vez", ha añadido. Todo cartas de amor para una Europa en pleno proceso de divorcio.

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