'Dune': Así ha sido el largo camino por el desierto de Denis Villeneuve y Timothée Chalamet

Ha tardado más en llegar que el mismísimo Kwisatz Haderach, pero por fin se estrena ‘Dune’, el sueño de toda una vida del director de ‘La llegada’ y el actor de 'Call Me By Your Name' como protagonista.
'Dune' retrasa su estreno hasta noviembre de 2021
'Dune' retrasa su estreno hasta noviembre de 2021
'Dune' retrasa su estreno hasta noviembre de 2021

Allá por el año 1959, un escritor barbudo peinaba las dunas de Florence, Oregon. Le habían encargado un reportaje sobre un programa del Departamento de Agricultura de EE UU para intentar detener la arena de las playas importando carrizo de Europa. Para inspeccionar el terreno desde las alturas, Frank Herbert alquiló una avioneta. “Estas olas (de arena) pueden ser tan devastadoras como un maremoto... incluso han causado muertes”, escribió a su editor. Una vez en tierra, empezó a investigar sobre aquella arena, sobre las dunas y los desiertos. Nunca llegó a publicar el reportaje, pero el resultado fue mucho mejor. Aquellas indagaciones dieron lugar a una de las sagas de ciencia-ficción más importantes de la historia, Dune.

Ha llegado el momento de disfrutar de un nuevo tráiler de Dune

A comienzos de los 80, 15 años después de la publicación de la primera novela de la saga, un adolescente canadiense llamado Denis Villeneuve descubría a la vez el desierto de Arrakis y su vocación de ser director de cine. “Leí Dune en un momento en el que era muy melancólico, muy soñador, y en el que sufría mucho intentando desentrañar mi identidad. Era el público perfecto para el libro”, ríe el director en la pantalla de Zoom cuando lo entrevistamos junto a Timothée Chalamet, actor protagonista de la película. 

Y sigue hablando sin pausa, visiblemente apasionado, con lo que no es difícil imaginar que adaptar esta novela ha sido un sueño para él desde su adolescencia: “Me hipnotizó, me emocionó y me inspiró profundamente. Y, ya entonces, con mi mejor amigo, empezamos a dibujar planos de lo que Dune podría ser como una película. Ha sido mi sueño siempre y aún lo es, porque todavía no la hemos acabado”. 

Fotograma de 'Dune'
Fotograma de 'Dune'
Warner Bros.

Villeneuve se refiere a las dos partes en las que ha dividido el libro de Frank Herbert y cuya primera entrega se estrena ahora, tras una serie de catastróficos retrasos causados por la pandemia. Esa, dividir la novela en dos películas, era una de las condiciones que puso a Warner Bros. para dirigirla. La otra fue poder rodar en escenarios reales. “Tiburón no se rodó en una piscina por algo”, ha dicho al respecto en más de una ocasión. 

Lo que Villeneuve no podía imaginar cuando puso sus condiciones era que Warner intentaría estrenar Dune paralelamente en cines y en HBO Max, plan del que finalmente el estudio se ha echado atrás. En el ínterin, Villeneuve publicó una carta en Variety –“¡Larga vida a la sala de cine!”, se despedía al final– en la que no disimulaba ni un poquito su mosqueo con el estudio por querer estrenar Dune en tu televisor. 

“Es una película que ha sido soñada como una carta de amor a la experiencia de la sala de cine. Soñamos, diseñamos y construimos una experiencia para la sala de cine”, contesta cuando le preguntamos por el asunto. Conociendo el trabajo anterior de Villeneuve y, sobre todo, las impresionantes La llegada y Blade Runner 2049, es fácil hacerse una idea de las proporciones épicas de Dune, así como de la intención puesta en el diseño de producción y de sonido. “¿Por qué? –responde–. Porque creo en el inmenso valor del cine inmersivo. Cuando tienes una pantalla de cine que es más grande que tu campo de visión, el impacto de las imágenes es totalmente distinto. Y eso tiene que ver con el viaje en el que te embarcas, la manera en la que recibes la película y lo que entiendes de ella”.

Denis Villeneuve y Zendaya en el rodaje de 'Dune'
Denis Villeneuve y Zendaya en el rodaje de 'Dune'
Cinemanía

De Caladan a Arrakis

No seremos nosotros los que le discutamos que Dune requería esa inmersión profunda. Para empezar, porque eso es precisamente lo que es esta historia desde su mismísimo comienzo, un viaje, el del jovencísimo Paul Atreides, de su Caladan natal, sede de la Casa de los Atreides, a liderar a los Fremen en Arrakis y ser considerado el mismísimo Kwisatz Haderach. “Ese es un peso considerable sobre los hombros de cualquier ser humano. No te cuento para un chico tan joven como mi personaje”, explica un amabilísimo y risueño Timothée Chalamet, que, al aceptar el papel, volvió a ver todas las películas de Villeneuve para captar el ritmo y el tono del cine de uno de sus directores favoritos. “Call Me By Your Name y La llegada se estrenaron el mismo año, solíamos coincidir en fiestas y yo siempre le perseguía”, recuerda el actor. Por su parte, el director lo tenía claro: “No tenía un plan B. Sin Timothée no hubiese habido Dune”.

La inmersión también era necesaria para sumergir al espectador en los universos creados por la fascinante imaginación de Frank Herbert: Arrakis, Giedi Prime, Caladan… “Mi interpretación es que Dune no debe leerse del tirón, ni de una manera lineal. Para mí, es más parecido a una biblia… Es tanto el viaje de Paul Atreides como la construcción de un universo”, añade el actor, cuyo duro entrenamiento físico para las escenas de lucha coincidió con el rodaje de La crónica francesa, de Wes Anderson. “Vinieron a Angoulême y rodábamos en los ratos libres del rodaje en una bodega de vino”, ríe.

Bien. Rebobinemos un poco para aquellos que nunca han leído Dune y acarician la idea de que Arrakis pueda ser un grupo de flamenco pop. Dune es la historia de Paul Atreides, heredero de la Casa de los Atreides, obligados por el Emperador Padishah Shaddam IV a abandonar Caladan y explotar la especia melange del planeta Arrakis. Un mundo hasta entonces liderado por el barón Vladimir Harkonnen, interpretado aquí por Stellan Skarsgård con gran expectación por parte de los fans. En general, cada nuevo fichaje de Dune ha sido objeto de acalorados posts en blogs, redes sociales y noticias de todo tipo de medios. 

Oscar Isaac en 'Dune'
Oscar Isaac en 'Dune'
Cinemanía

Desde Chalamet, hasta Oscar Isaac interpretando a su padre, el duque Leto Atreides y sus soldados Duncan Idaho (Jason Momoa) y Gurney Halleck (Josh Brolin), hasta Rebecca Ferguson encarnando a Lady Jessica, madre de Paul y miembro de la tenebrosa orden Bene Gesserit, cuya líder, la Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam, no podía dar más miedo que en la piel de Charlotte Rampling.

Pero el desierto también trajo fichajes interesantes. Como el de los Fremen: Zendaya, Sharon Duncan-Brewster –un cambio de género para la doctora Kynes, un personaje que en la novela era masculino– y Javier Bardem, al frente de este pueblo que habita el desierto de Arrakis sobreviviendo a sus condiciones más extremas –ve aprendiendo ya esta palabra: destiltraje; y unas cuantas más que puedes consultar en nuestro glosario- y que hasta ha aprendido a domar gusanos de arena.

¿Gusanos de arena? Sí. Gusanos de arena que hacen las delicias de los fans de Dune y en cuyo diseño, quizás por eso mismo, Villeneuve trabajó durante un año. “Contemplamos hasta el último detalle que podía hacer de estos gusanos las mayores bestias, desde la textura de su piel hasta la manera en la que se abrirían sus bocas o el sistema por el que comerían”, contaba el canadiense a Empire. Un aspecto más, por otra parte, de un minucioso trabajo en el diseño de producción de la película, en el que Villeneuve ha vuelto a colaborar con Patrice Vermette, con el que lleva trabajando desde Prisioneros (2013).

Una imagen de 'Dune'
Una imagen de 'Dune'
Warner Bros.

“Desde el principio yo impuse la idea de que teníamos que crear una sensación de aislamiento, de melancolía, de soledad, de fragilidad del humano frente a la naturaleza. Quería destacar que cuando eres humano no puedes controlar la naturaleza, ni con las tecnologías más avanzadas. La naturaleza manda y nosotros formamos parte del ecosistema, no estamos por encima”, explica el director que trabajó en dos direcciones: por un lado, que los humanos pareciesen hormigas en una escala gigante al lado de una arquitectura, de unos vehículos, etc., imponentes; y por otro, conseguir estar muy cerca de Jessica y Paul, en su intimidad. 

“De esta forma estaríamos cerca de los personajes pero a la vez entenderíamos el impacto de los elementos externos en su viaje interior”, reflexiona sobre un diseño de producción que también quería que pareciese lo más real posible. “Porque hay tantos elementos en el libro que son sofisticados y complejos que quería asentar la película en algo tan real que mi madre pudiese decir: ‘Vale, eso parece un helicóptero, ahora vamos a hacer este viaje”, añade. 

Hablando de lo que la madre de Villeneuve puede pensar de Dune… ¿Qué puede enseñarnos hoy este libro que Frank Herbert escribió en los 60? “La metáfora más importante para mí es la destrucción del medioambiente. Arrakis es un planeta que ha sido explotado por los Harkonnen. Y el deterioro del planeta y el efecto es devastador para los Fremen. Para mí es evidente la conexión con la destrucción de nuestro planeta por la avaricia capitalista”, responde Chalamet. Y Villeneuve puntualiza cariñosamente: “Lo único que añadiría es que es una película que advierte sobre el impacto del colonialismo. Más precisamente, el colonialismo religioso, la alienación y el sufrimiento que surgen de ese colonialismo. Paul Atreides se encuentra en el centro absoluto de esa tensión”.

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