Cómo ser Charlie Kaufman: señas de identidad de un creador único

Personajes estrafalarios y solos, una voz en off que no se te va de la cabeza... Así es el mundo de Charlie Kaufman, director de 'Estoy pensando en dejarlo'.
Cómo ser Charlie Kaufman: señas de identidad de un creador único
Cómo ser Charlie Kaufman: señas de identidad de un creador único
Cómo ser Charlie Kaufman: señas de identidad de un creador único

"Estoy pensando en dejarlo". Esas palabras se repite el personaje de Jessie Buckley sobre su pareja (Jesse Plemons) cuando viajan en una noche de ventisca a conocer a los padres de él (Toni Collette y David Thewlis) y cosas extrañas empiezan a suceder: los padres envejecen a toda velocidad, el perro no deja de sacudirse y las chicas que les venden unos helados les advierten de que corren peligro si siguen avanzando en el tiempo. Nada, ni la edad ni Netflix, parecen entorpecer que Charlie Kaufman siga siendo fiel a sí mismo.

Soledad incurable: Anomalisa (C. Kaufman & D. Johnson, 2017)

Es fácil imaginar a Charlie Kaufman vagando solo por el patio del colegio mientras el resto de compañeros juegan juntos a cualquier deporte atlético. Todos sus personajes, incluido el gemelo de Adaptation, son incapaces de zafarse de la soledad. Anomalisa, su primera película de animación, es quizás su aproximación más sobresaliente a dicho estado del alma.

Personajes estrafalarios: Cómo ser John Malkovich (S. Jonze, 1999)

El personaje  de John Cusack en el primer guion de Kaufman se lleva la palma con sus negocios bizarros de suplantación de identidad (de John Malkovich) pero podemos decir con toda seguridad que todavía no ha salido de la pluma del director una persona normal. Y no, no esperes que esto cambie en su última película donde hasta el perro es desconcertante.

Esa voz en off que nunca calla: Adaptation (S. Jonze, 2004)

Kaufman no sabía cómo demonios adaptar la novela de Susan Orlean, así que decidió que la película fuese sobre eso mismo. Su voz se funde con la de Nicolas Cage y, como en Estaba pensando en dejarlo, inunda la película hasta ahogar al resto de personajes en ella.

El amor duele: ¡Olvídate de mí! (M. Gondry, 2004)

Las metáforas en el cine de Kaufman son muy plásticas. Como esta máquina que permitía olvidar al ser amado y terminaba por convencernos de que todo, hasta el sufrimiento, merece la pena en el amor. En Estaba pensando en dejarlo, los protagonistas también son una pareja, pero con ese título… imagínate cómo les va.

Una catedral autorreferencial: Synecdoche, New York (C. Kaufman, 2008)

Adaptation ya era una virguería posmoderna pero la ópera prima como director de Kaufman era tan colosal como las dimensiones de la obra de teatro de 17 años creada por Caden Cottard (Philip Seymour Hoffman). En Estaba pensando en dejarlo la cosa se queda en pulla graciosa a Robert Zemeckis con créditos incluidos.

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