Cómo la muerte de Donald Pleasance obligó a cambiar la saga Halloween

Cómo la muerte de Donald Pleasance obligó a cambiar la saga Halloween

A finales de los años 70, cuando el productor Irwin Yablans y John Carpenter unieron fuerzas para hacer una película de terror, tomaron dos decisiones en torno al reparto: la primera sería intentar darle el papel protagonista a Jamie Lee Curtis, la hija de la estrella de Psicosis y la otra, conseguir una cara conocida para dar vida al doctor Sam Loomis, personaje que a su vez tomaba su nombre de la película de Hitchcock.

Cuenta la historia que las primeras opciones para dar vida al psiquiatra fueron Peter Cushing y Christopher Lee y que ambos rechazaron aparecer en una película tan pequeña (Cushing acababa de hacer Star Wars) y tan relativamente mal pagada.  Y también cuenta la historia que tras acercarse a esos dos titanes de la Hammer, empezaron a sondear a otros actores británicos entre los que estaba Donald Pleasance, actor en títulos como La gran evasión, La noche de los generales o Viaje alucinante, una película esencial para la generación de Carpenter.

Pleasance, empujado por su propia hija, que había quedado asombrada con Asalto a la comisaría del distrito 13 (película que fue todo un éxito en Reino Unido), aceptó el papel, convirtiéndose en una figura casi paternal en un rodaje muy pequeño y repleto de chavales recién salidos de la escuela de cine de la USC.

Actor y director se llevaron tan bien que Pleasance acabaría siendo un rostro familiar en el cine de Carpenter, apareciendo en 1997: Rescate en Nueva York y El Príncipe de las tinieblas, además de repetir su papel en ¡¡Sanguinario!!, secuela de La noche de Halloween coescrita y coproducida por el propio Carpenter en la que el cineasta tuvo que rodar algunas secuencias que el director Rick Rosenthal se negaba a rodar por considerarlas poco sutiles.

Precisamente, su papel del doctor Sam Loomis en estas dos primera películas se convertiría en uno de los vórtices de la saga, repitiéndolo en la cuarta, quinta y sexta entregas.

En esta sexta parte de la saga Myers, Pleasance volvía con un cometido muy importante. En la película, en un giro que hoy resulta extraño y producto de la frustración de una línea que se estaba agotando, se veía que una extraña runa era la responsable del comportamiento homicida del asesino de Haddonfield y en los últimos compases, esta terminaba grabada en el cuerpo de Loomis, convirtiéndole en el nuevo asesino de la saga.

Sin embargo, los tests de público de la película fueron muy mal (hay quien hoy culpa a que la selección de público -niños de 14 años- no fue la ideal) y hubo que rodar un nuevo final. Sin embargo, Pleasance, que había estado muy enfermo en el rodaje, falleció en su domicilio francés antes de poder encarar ningún nuevo rodaje.

Por este motivo, hubo que rehacer una buena parte de la película -el montaje original circuló durante décadas como preciado bootleg para aficionados- y dejar de lado al personaje de Loomis de los últimos compases de una saga que, en aquellos momentos parecía que quería continuar con él convertido en el nuevo psycho-killer...

De hecho, la siguiente entrega de la franquicia, Halloween: H20, reseteaba la historia de Myers y la virginal Laurie Strode, olvidándose de todo lo sucedido hasta ese momento.

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