El cine del destape enciende la primavera en FlixOlé

La represión franquista, la censura y el oscurantismo hacia todo lo relacionado con el sexo en España durante décadas provocó que, con la llegada de un discreto aperturismo a partir de la Ley de Prensa (1966) y los gobiernos tecnócratas de finales de los 60 y primeros 70, unido al boom del turismo, se diese paso a un relativo dejar hacer, un mirar hacia otro lado que afectó a la manera de hacer cine. 

Junto a los autores del Nuevo Cine Español, la comedia empezó a tratar temas tabú y a mostrar, siempre desde una perspectiva dominada por el machismo de la época (con muy escasas excepciones) el cuerpo de la mujer como reclamo en taquilla. La ley del péndulo: el severo control de las costumbres y la observancia de una cierta forma anticuada de entender la moral dio paso al boom del cine del destape, que con los años se convirtió en cine erótico, en línea con lo que se veía en Europa, sobre todo a partir de la muerte de Franco, en 1975. 

El destape creció en paralelo a los viajes de los españoles al sur de Francia (Biarritz y Perpignan) para ver películas que no se estrenaban en España. FlixOlé ofrece una gran colección de películas de la época, una manera de hacer sociología de nuestra historia. Aquel cine también es el reflejo de lo que fuimos. Directores de comedia tradicional empezaron a flirtear con los sueños eróticos del españolito medio. 

En FlixOlé podemos ver filmes de Pedro Lazaga como Tres suecas para tres Rodríguez o su derivada sociológica en las comedias de Esteso y Pajares (Los bingueros, Yo hice a Roque III), y de Mariano Ozores, que trabajó el destape desde la óptica del landismo (Fin de semana al desnudo) o con la vista puesta en musas de la época como Bárbara Rey en Cuentos de las sábanas blancas. 

Rey protagoniza también La viuda andaluza, de Francesc Betriu. Otro cineasta catalán como Francesc Bellmunt dirigió a actores como Juanjo Puigcorbé y Assumpta Serna en filmes como Salut i força al canut y La orgía. En Sex o no sex, Julio Diamante hizo el retrato del español reprimido, un oficinista interpretado por José Sacristán, con Carmen Sevilla como su secretaria. 

Ya en los 80, el acento empieza a ponerse en personajes de mujeres liberadas (siempre desde una óptica sexista): De niña a mujer, de Carlos Aured; La mujer del ministro, de Eloy de la Iglesia y La mujer del juez, de Francisco Lara Polop, rompen el aburrimiento vital de los personajes de Norma Duval o Amparo Muñoz.

Todos estos títulos, como siempre, se ofrecen en extraordinarias copias remasterizadas en HD, con una altísima calidad de imagen y sonido. Toda la información en flixole.com