La horripilante película erótica en la que se conocieron Bo Derek y Ana Obregón

A veces, tener conocimientos sobre cine de derribo sirve para algo. Sin ir más lejos, para saber por qué Ana Obregón se vino arriba al descubrir que Bo Derek se ocultaba bajo la máscara de sirena en Mask Singer. Algo que no viene de la condición de sex symbol que ambas compartieron durante los 80, pero sí tiene bastante que ver. 

Porque, como sabemos, la actriz y bióloga no solo tiene una ilustre carrera en las pantallas españolas, sino que también ha hecho sus pinitos internacionales. Algo que, en 1985, dio para la posteridad su intervención en aquellos legendarios capítulos de 'El Equipo A', pero que, un año antes, ya había producido un fruto inolvidable, para bien o para mal. 

Hablamos de Bolero, película con pretensiones de erotismo chic coprotagonizada por Derek y Obregón en 1984. Una cinta que se ha ganado a pulso los galones de bodrio infumable, incluso para los estándares de la serie B ochentera, por mucho que alardease de ser "La película erótica más caliente del siglo" en sus pósters. 

Bo Derek, Ana Obregón y la molesta virginidad

Antes de hablar con detalle de Bolero, es mejor poner el filme en su contexto para apreciarlo como se debe.  Por ejemplo, señalar que llevaba la firma de John Derek, actor de méritos discutibles y director de talentos aún más difusos que se había liado con Bo en 1973, cuando ella tenía 16 años. Dado que el cineasta había matrimoniado antes con Ursula Andress, y por entonces vivía un infeliz casamiento con Linda Evans (Dinastía), podemos afirmar que las rubias eran lo suyo. 

En 1979, Blake Edwards convirtió a una Bo Derek ya casada en mito erótico internacional con 10, la mujer perfecta, comedia calentorra en la cual ella ejercía como objeto de deseo inalcanzable para Dudley Moore. En aquella película, el personaje de la actriz gustaba de ambientar sus escarceos sexuales con el Bolero de Maurice Ravel, algo que podría explicar el título del filme que nos ocupa. 

El éxito de 10, la mujer perfecta hizo que John Derek aprovechara la fama de su esposa en Helena (un filme, también de tinte erótico, que se había rodado en 1973, pero no pudo estrenarse hasta 1981 por problemas financieros). También en el 81, el matrimonio rodó Tarzán, el hombre mono, con Bo dando vida a la Jane del culturista Miles O'Keefe, más adelante protagonista de clásicos de videoclub como Ator el poderoso. 

Pese a que Tarzán fue llevada a juicio por los herederos del escritor Edgar Rice Burroughs, creador del personaje, fue un enorme éxito de taquilla. Algo que el matrimonio Derek aspiró a prolongar, tres años más tarde, con esa Bolero que supuso su encuentro en la cumbre con Ana Obregón. 

Producida por Cannon, seguramente la productora más infame de los 80, Bolero tiene un argumento de esos que no pueden resumirse sin caer en el sonrojo. En la cinta, Bo Derek interpreta a Ayre MacGillvary, 'Mac' para los amigos, riquísima heredera huérfana de padre y madre que acaba de diplomarse en un colegio británico para señoritas. Ansiosa de probar todo aquello que la vida puede ofrecerle, Mac tiene un solo objetivo: encontrar al hombre perfecto con el que perder la virginidad.

La cinta transcurre en los años 20, cuando Rodolfo Valentino era lo más, así que Mac decide viajar al norte de África en busca de un jeque que le haga lo que el sex symbol italoamericano a Agnes Ayres en El caíd. En el viaje le acompañará Catalina, su mejor amiga, una joven española que también va como los ladrillos de un horno y que tiene los rasgos de Ana Obregón. 

El jeque en cuestión (Greg Bensen) resulta ser un fetichista poco competente en los asuntos del catre, de modo que Mac y Catalina parten hacia una Andalucía retratada como te estarás imaginando. En dicho paisaje es donde la heroína encuentra al galán de sus sueños: un torero interpretado por el italiano Andrea Occhipinti. Y, mientras entre ambos pasa lo que tiene que pasar, el personaje de Ana Obregón gestiona su propia desfloración en los brazos de Robert (Ian Cochrane), un abogado escocés con kilt.

Pero es entonces cuando sucede la tragedia: víctima de una cogida, el torero Ángel pierde la capacidad copulatoria. Inasequible al desaliento, Mac hace lo posible por reavivar los ardores de su matador y llega a pisar ella misma el tentadero, mientras el jeque marroquí trata de secuestrarla, tomándola aún por virgo intacta. Finalmente, los esfuerzos de la heroína para reanimar la taleguilla de su amado resultan exitosos, y la historia acaba en boda. 

Una película odiada por la crítica

Con semejante revoltijo de tópicos en su argumento, más un guion con frases tales que "La cama es un lugar egoísta: en ella solo damos para recibir", Bolero no era precisamente carne de Oscar. A esto se sumaron las presiones del productor Menahem Golan para aumentar el contenido erótico de la cinta, debido a las cuales esta llegó a los cines de EE UU sin calificación oficial (la siempre puritana MPAA quería adjudicarle la X). 

El crítico Roger Ebert, siempre incisivo, apunto que Bolero solo podría ser disfrutada en vídeo doméstico, y eso gracias a que el fast forward del mando a distancia permitiría saltarse los diálogos. La película triunfó por todo lo alto en los 'Razzie' de aquel año, siendo nominada a nueve 'antipremios', de los que se llevó seis. Y, para colmo, ni siquiera fue un triunfo de taquilla. 

Pero una obra nefasta no tiene por qué suponer un rodaje infernal, y parece que Ana Obregón se lo pasó estupendamente durante la producción de Bolero. "Ana iba a hacer un papel pequeñito, pero nos encantó y le dimos el de coprotagonista", recordó Bo Derek durante el encuentro de ambas en Mask Singer. Todo un punto álgido para una filmografía llena de hitos como Bellas, rubias y bronceadas, Hostal Royal Manzanares y, por supuesto, Ana y los siete. 

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