[BCN Film Fest 2019] 'Varda by Agnès': La última masterclass de Agnès Varda

Fallecida hace poco más de un mes, este icono de la Nouvelle Vague y del feminismo nos dejó un testamento delicioso en forma de clase magistral, en la que repasa su vida y su cine
[BCN Film Fest 2019] 'Varda by Agnès': La última masterclass de Agnès Varda
[BCN Film Fest 2019] 'Varda by Agnès': La última masterclass de Agnès Varda
[BCN Film Fest 2019] 'Varda by Agnès': La última masterclass de Agnès Varda

En la apertura de Varda by Agnès, la legendaria dama de la Nouvelle Vague se sienta frente a decenas de espectadores en el escenario de un teatro para hablarles de ella y de su cine, de su concepción del arte y de la vida, casi un todo sin fronteras. Fue inevitable para el arriba firmante (abro momento batallita) disparar la memoria y recordar media hora de conversación durante el Festival de San Sebastián de 2017, cuando presentaba su anterior Caras y lugares. La charla con Madame Varda tuvo efectos parecidos a los que dejan boquiabiertos y ojipláticos a quienes la escuchan en la película que nos ocupa. Tenía una capacidad de seducción tan insólita como hipnótica. Os lo confieso: salí de la habitación del María Cristina queriendo llevármela a casa, fascinado con su discurso, con su amabilidad nada impostada, con su claridad de ideas, con su sentido del humor y con su capacidad explicativa. Viendo Varda by Agnès, sucede algo parecido.

El testamento de esta artista multidisciplinar, de esta clarividente retratista de la realidad, no deja de ser una masterclass en la que teje lazos entre su vida personal y su trabajo, la mujer habla de la directora y viceversa, en la que autoconscientemente se desnuda, con ligereza, sin darse importancia. Hablando de su mirada sobre el mundo, tantas veces plasmado en sus documentales; reflexionando sobre el azar; reivindicando sus ideas profundamente feministas; recordando al que fue su marido, el cineasta Jacques Demy; manifestando la evolución de su trabajo, sus primeros pasos como fotógrafa, sus películas y sus instalaciones como artista visual (que no plástica).

A partir de los tres ejes que, cuenta, vehicularon su trabajo, la Varda ofrece una maravillosa clase magistral: inspiración, creación, compartir. Disfrutando de Varda by Agnès, queda muy claro qué la llevaba a hacer películas (fundamentalmente la empatía, el amor, por la gente que retrataba), cómo las hacía (siempre moderna, siempre renovadora, nunca acomodada; ya fuera con atrevidos movimientos de cámara, con insólitas mezclas de estilos, con el uso de los colores, o con la adopción de las técnicas y las cámaras digitales) y de qué manera las compartía. "Hacemos películas para enseñarlas", exclama en un filme que se cierra del mejor modo posible: ella desapareciendo entre la bruma, sentada en una playa, su lugar favorito. La Varda era un animal comunicativo, con su cine y en su relación cercana con las personas con las que se cruzara, ya fueran espigadores, farmacéuticos, ganaderos o periodistas que cubrían festivales y que tenían la inmensa fortuna de compartir un rato con ella.

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