'Ammonite', mucho más que la famosa escena de sexo entre Kate Winslet y Saoirse Ronan

Mary Anning tenía solo 11 años cuando, en sus paseos matutinos por las escarpadas costas de Lyme Regis, en el condado inglés de Dorset, encontró el esqueleto completo de un ictiosaurio. A los 24, encontró el de un plesiosaurio y un pterosaurio. Pero estamos en el siglo XIX. La comunidad científica admira estos hallazgos, enseguida los compra y los exhibe orgullosa en el Museo Británico en el que, durante mucho tiempo, omitieron su nombre: era mujer y de clase obrera. 

Crítica de 'Ammonite'

A ella poco le importó. Siguió excavando con sus manos y herramientas rudimentarias toda su vida en aquella costa, actualmente declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a su riqueza milenaria. 

Sin embargo, hoy, por fin, Mary Anning es considerada la madre de la paleontología. Y por eso el director Francis Lee tardó poco en cruzarse con su nombre buscando un fósil de regalo para un amigo. 

“Me sorprendió todo lo que consiguió en una sociedad tan clasista y patriarcal: quise investigar más y más”, cuenta Lee, nombre de culto por su anterior y primer filme, Tierra de Dios (2017). Pero la investigación acabó pronto: esa sociedad poco quiso saber de ella. Solo ha transcendido que nunca se casó y que tuvo varias aprendices mujeres, como Charlotte Murchison. 

Así que el cineasta, siguiendo con su estudio de la intimidad, decidió crearle una vida romántica, una relación secreta y prohibida con esta Charlotte. “Pero Ammonite es mucho más personal que Tierra de Dios”, admite. 

“Todo lo que les ocurre lo siento muy cercano”. Y sus actrices (Kate Winslet como Anning y Saoirse Ronan como Charlotte) se volcaron en sentirlo igual de cercano. “Desarrollamos juntos los personajes, trabajamos cuatro o cinco meses antes del rodaje”, cuenta el director.

“Es una historia sobre a quién decidimos querer y cómo esa relación puede acabar definiendo quiénes somos”, explica Kate Winstlet, que no presta atención a la escena de sexo que tanto revuelo levantó. “No se trata de forzar el romance, eso no es parte de la narrativa. Todo es mucho más sutil”.