Almodóvar y los Goya: historia de un matrimonio, acordes y desacuerdos

La historia entre Pedro Almodóvar y la Academia te la podría haber firmado el propio Pedro: amor, desamor, situaciones rocambolescas y pasión arrebatada.

¿Podrían existir unos Premios Goya sin Pedro Almodóvar? Podrían ¿Serían menos divertidos? Sin duda. En unas galas caracterizadas por no haber sido nunca la alegría de la huerta, los desencuentros del genio del genio de Calzada de Calatrava con la Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas han sido muchas veces la sal y la pimienta de la gran noche del cine español. Repasamos sus mejores momentos.

De secano

“¡Riégueme! ¡No se corte!”, imprecaba Carmen Maura en La ley del deseo de 1987. Debió ser por eso de que Pedro Almodóvar es manchego, pero la Academia decidió dejarle yerma de estatuillas (¡y de candidaturas!) a una obra fundamental de filmografía almodovariana, pero también española.

Bloody mary de gazpacho

Para compensar, en 1989 Pedro arrasó con Mujeres al borde un ataque de nervios: cinco cabezones al ritmo del Mambo Taxi, el que le faltaba a Agustín hermano de Pedro y productor, al subir a recoger el premio. ¡Ojo al pelazo que se gastaba!

Un corazón de piedra

La promoción de Mujeres… para el Óscar levantó un muro de metracrilato, que diría Kiko Veneno, entre Pedro Almodóvar y su musa Carmen Maura. El director se presentó en la gala con un pedrusco de otro muro, el de Berlín, para hacer las paces en directo para decirle aquello de “¿hay alguna posibilidad, por pequeña que sea, de salvar lo nuestro?”, de Marisa Paredes a Imanol Arias en Tacones lejanos. ¿Uno de los momentos más improvisadamente enternecedores de la historia de los Goya? Sin duda.

Aquí huele a muerto

Lo que son las cosas, Carmen Maura y Andrés Pajares, los mismo que protagonizaron la escena de 1990 con la dichosa piedrecita, también pondrían rostro a la gran afrenta almodovariana. ¡Átame! de Pedro se enfrentaba a ¡Ay, Carmela! por ver quién tenía los signos de exclamación más grandes del cine español… y perdió por un resultado que ni el España contra Malta: 13 a 0. Con Maura, el regalito de la piedra no fue efectivo, y la bronca seguía en su punto álgido. El realizador de la gala demostró ser tan cachondo como Martes y trece (un numerito que no se le olvidaría a Almodóvar) presentando el Premio a la Mejor Actriz, enfocando a Pedro mientras Carmen se llevaba la estatua frente a Victoria Abril. ¿Más sal en la herida? ¡Ay, Carmela! estaba producida por Andrés Vicente Gómez, con el que Pedro Almodóvar acabó enemistado tras Matador… Almodóvar se quedó con una cara de qué he hecho yo para merecer esto, que no veas…

Vuelve la sequía

Almodóvar no tuvo mucha suerte con Tacones lejanos (sin premios), Kika (solo Mejor Actriz a Verónica Forqué), La flor de mi secreto (nada de nada) y Carne trémula (Mejor Actor de Reparto para Pepe Sancho) Era una cuestión sangrante si tenemos en cuenta que, por ejemplo, Tacones lejanos se llevaba el premio a la Mejor Película Extranjera en los César franceses. Almodóvar no era profeta en su tierra… ni en sus goyas.

El rey ante el príncipe

1999, primera película fuera de Madrid, y Todo sobre mi madre se convierte en el filme más premiado de la historia del cine español (Bafta, Oscar, Cesar…). ¿Lo sería también en los Goya? También en los Goya. Una gala en Barcelona, la ciudad en la que rodó el filme y con la mitad de sus actrices repartiendo premios era un buen augurio. Siete cabezones. Marisa Paredes no pudo contener la emoción. Un Pedro exultante, desatado, y muy Marilyn, le cantó el “Cumpleaños feliz” al (entonces) Príncipe Felipe, flanqueado por el apuesto actor de reparto Mariano Rajoy. La otra cara de la moneda fue la de Antonia San Juan, con una depresión de aúpa tras quedarse sin su estatuilla.

La gran bronca

2001 y después de con su productor y con su musa, Pedro se enfada con la Academia, así, globalmente, que él no se anda con medias tintas. La razón fue que Hable con ella perdió el Goya frente a Los lunes al sol, que se hizo con los cinco premios gordos, dejando para Pedro únicamente el de Mejor Música Original. Llovía sobre mojado: meses antes se había decidido que el filme de Fernando León de Aranoa fuera el candidato de los Oscar, y no el de Almodóvar. Como quiera que los yanquis nominaron a Pedro a Mejor Director y Mejor Guion Original. Y ganó este último, el mosqueo fue considerable.

La escuela de los líos

En 2005, Almodóvar le dijo ahí os quedáis a la institución. El motivo fue un cambio en la manera de votar a los filmes, que consideraron injusto y poco transparente. Pedro se lo tomó como una causa personal y no se habló de otra cosa en la gala en la que arrasó Mar adentro con 14 premios y ninguno La mala educación, la propuesta de Pedro.

La ausencia más sonada

Si Almodóvar consiguió que se hablara de él en 2005, lo mismo pasó en 2007. Y eso que nominaron Volver a 14 estatuillas (ganó 4, las más importantes). Pero volver, lo que se dice volver, Pedro no volvió. El marrón de recoger el premio al Mejor Director se lo comió Penélope Cruz, con su pizpireta naturalidad, y una hoja escrita por Pedro hecha un gurruño que contrastaba con su glamouroso vestido. A la hora de la Mejor Película, Agustín Almodóvar subió en nombre de su hermano e hizo unos agradecimientos muy familiares y… ¿poco corporativos?

vuELve…

…así, en plan Pablo Iglesias. Cinco años sin Pedro pisando el escenario se nos habían hecho eternos. El director de la academia y antiguo protegido de Pedro, Álex de la Iglesia, al que le produjo Acción mutante, fue el hombre capaz de obrar el milagro. El discurso fue de lo más suculento. Almodóvar se presentó con un total look encanecido; nos reveló que los premios los logran gracias a la intermediación divina de sus hermanas a través de cirios (¿por qué se gastarán tan pocos en los de los Goya?) y, de paso, dijo que pasado mañana se iba a Hollywood, en plan, “ya sé que no os ha gustado Los abrazos rotos, pero al resto del planeta, sí, bitches”.

Volver (segunda parte)

En 2011, Pedro y Agustín volvieron a la Academia y a la gala. La piel que habito ganó cuatro premios de los 16 a los que optaba, aunque los gordos se los llevó No habrá paz para los malvados. El director, esta vez sí, lo encajó con deportividad.

Volare, uh-oh / cantare uh-oh-oh-oh

Los amantes pasajeros se fue de vacío. Tampoco tenía mucho donde rascar: sola la nominaron al Mejor Vestuario, obra de David Delfín. Pero Pedro, volvió a ser protagonista de la gala al entregar el Goya de Honor a su amigo, y futuro alter ego, Antonio Banderas. (“I’m so excited!”). No le fue mucho mejor con Julieta, aunque por lo menos, de sus siete nominaciones se llevó el de Mejor Actriz para Emma Suárez.

¿Y el sábado, qué?

Si nos ponemos en plan pitonisos / Maestro Joao, Pedro y su Dolor y gloria tiene 16 candidaturas, frente a las 17 de Mientras dure la guerra y las 15 de La trinchera infinita. Huele a que la cosa va a estar repartidita. Lo cierto es que la película está yendo bien, pero mejor le está yendo a su protagonista, Antonio Banderas. Ganó en Cannes, gano en los EFA y está nominado a los Oscar. Parece que, a la hora de votar, todo el mundo parece premiar más la interpretación que la dirección. Es probable que siga la tendencia y sea más una gala de Antonio que de Pedro, más pacífico con la profesión en los últimos tiempos. Sea como sea, siendo el manchego un genio detrás y delante de las cámaras, todo puede pasar.

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