'Alien', 'Dune', '2001': las mejores adaptaciones al cómic del cine de ciencia ficción

A lo largo de los años 70 y 80 los títulos más emblemáticos de la ci-fi de la época fueron trasladados a la narrativa gráfica.
De '2001' a 'Dune'
De '2001' a 'Dune'
Cinemanía
De '2001' a 'Dune'

La adaptación al cómic de la mano de Jack Kirby y Marvel Comics de 2001: Una odisea del espacio, la obra maestra de Stanley Kubrick, dio lugar a una tradición a lo largo de los años 70 y mediados de los 80 donde los títulos más emblemáticos de la ci-fi de la época fueron trasladados a la narrativa gráfica por autores como Walter Simonson, Jim Steranko, Bill Sienkiewicz o Howard Chaykin.

Estas son las mejores obras de aquella corriente de grandes películas de ciencia ficción llevadas a las viñetas por auténticos maestros del formato.

2001
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'2001: A Space Odyssey' de Jack Kirby (Marvel Comics, 1976)

Aparecida ocho años después del estreno de la película de Stanley Kubrick, la adaptación que dio pie a la línea Marvel Treasury Special (magazines de mayor tamaño que el formato comic-book y mayor extensión de páginas y uno de los precursores de lo que vendría a ser el formato novela gráfica) fue escrita y dibujada por Jack “The King” Kirby, tras su regreso a la editorial a mediados de los 70, tras su paso por DC Comics y la creación de la mitología de El Cuarto Mundo.

Si la obra de Kubrick basaba su interés y atractivo en su parquedad verbal y la ambigüedad surgida de su críptica simbología, Jack Kirby se adentra, a través de bloques de textos de apoyo, en entregar una mayor cantidad de información que únicamente sugería la obra original.

2001
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En lo que si se asemeja la adaptación de Kirby a la obra de Kubrick es en su capacidad de trasladar de manera fastuosa la imaginería y el poderío visual del original cinematográfico, a partir de un uso majestuoso de la splash page y la doble splash page (en especial en la secuencia que recrea el space trip del astronauta Dave Bowman) y el uso del fotomontaje para las secuencias espaciales, algo que comenzara a realizar el autor gráfico en su legendaria etapa junto a Stan Lee en Los 4 Fantásticos.

Tal fue el éxito de esta adaptación de la cinta original, que Marvel Comics y Jack Kirby continuaría el relato en una serie que aguantaría 10 ejemplares y donde Kirby crearía a un personaje, Machine Man, que sería introducido posteriormente dentro de la cronología Marvel oficial.

Star Wars
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'Star Wars' de Roy Thomas y Howard Chaykin (Marvel Comics, 1977)

La aparición de esta adaptación al cómic de la película que daría lugar a la saga galáctica más exitosa de la historia de Hollywood, significaría un antes y un después no solo para Marvel Comics -fue el cómic más vendido de la editorial en el año 1977- sino para la relación entre cine e industria del cómic.

Mucho más ambiciosa que anteriores y posteriores adaptaciones del cine al cómic, la versión gráfica del Episodio IV de la saga galáctica, fue guionizada por Roy Thomas -autor que en la década de los 70 había adaptado las novelas de Conan el Bárbaro de Robert E. Howard con gran éxito al lenguaje del cómic y fue solicitado a la editorial expresamente por George Lucas, que se reunió previamente con el escritor- y dibujada por un primerizo Howard Chaykin, que solo pudo entregar los lápices acabados en su primer ejemplar y cuyo trazo quedó algo desdibujado al acabar sus bocetos, autores como Steve Leialoha.

Star Wars
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Y aunque la premura por realizar la adaptación al cómic se hace visible en el acabado del mismo, el tebeo tiene varios puntos a su favor. En primer lugar, que al trabajar con borradores de guion y montajes preliminares (el primer ejemplar de la adaptación apareció semanas antes del propio estreno del filme) permite que incluya entre sus páginas secuencias escamoteadas del montaje final del filme que los aficionados no podrían ver hasta varias décadas después, ya sea el encuentro de Luke Skywalker con su amigo Biggs en Tatooine (y su posterior reencuentro en la base Yavin) como la primera versión del encuentro entre Jabba el Hutt -a los pies del Halcón Milenario- con Han Solo.

Pero a su vez, al trabajar Thomas con la novelización de la propia película, el tebeo en seis entregas ofrecía en sus textos de apoyo información y conceptos sobre el lore iniciado por Lucas que habían quedado fuera de la versión oficial cinematográfica, como la primera mención de Darth Vader como Lord del Sith. Algo que en la saga cinematográfica se mencionaría por primera vez más de dos décadas después. En concreto en la primera entrega de sus precuelas, La amenaza fantasma. Y al igual que la adaptación de 2001 de Kirby, esta adaptación daría lugar a una serie regular que alcanzaría la friolera de 106 números.

Close Encounters
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'Encuentros en la tercera fase' de Archie Goodwin y Walter Simonson (Marvel Comics, 1978)

Aparecido al igual que la adaptación de 2001 en formato a mayor tamaño que el del comic-book regular, ahora bajo el sello Marvel Special Edition, la adaptación de una de las obras más personales de Steven Spielberg recayó en las manos de dos jóvenes promesas del cómic americano de los 70, el guionista Archie Goodwin y el dibujante Walter Simonson. 

Y este último, aunque todavía lejano en sus formas (y el entintado del personalísimo estilo de Klaus Janson) a los ejercicios formales con los que maravillaría al fandom cinco años después en su fundacional etapa al frente de la serie regular de The Mighty Thor (como autor completo) acaba entregando un ejercicio de narrativa visual, que espectacularizaría el carácter más intimista de la obra de Spielberg.

Close Encounters
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En primer lugar, con el uso todavía tímido de unas onomatopeyas y una estructuración expresionista de las viñetas, que le serviría como campo de pruebas de su mencionada etapa en Thor. A su vez, la imposibilidad de recrear gráficamente el rostro de los protagonistas del filme, ya sea Richard Dreyfuss o François Truffaut, le permitiría una mayor libertad creativa, ofreciendo en el proceso una versión alternativa -desde el punto de vista visual- en contraposición con la adaptación del guion de Goodwin, que no se aleja ni un milímetro del libreto original escrito por Steven Spielberg.

Alien
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'Alien: The Illustrated Story' de Archie Goodwin y Walter Simonson (Metal Hurlant, 1979)

Tras los éxitos consecutivos de Marvel Comics adaptando los grandes éxitos cinematográficos de los 70, llegaría el turno de otras editoriales alejadas del mainstream superheróico. Este es el caso de la adaptación del clásico de Ridley Scott: Alien: The Illustrated Story. 

Adaptación al cómic de la película homónima, fue producida y editada por el sello francés Les Humanoïdes Associés bajo el amparo de su revista antológica Métal Hurlant. Un magazine de ciencia ficción para lectores adultos que introduciría al mercado estadounidense los trabajos de los autores francobelgas más reconocidos de panorama del cómic europeo de la época, como por ejemplo Moebius, casualmente artista gráfico que colaboraría en el diseño de producción de la película de Scott.

Pero el encargo sería ofrecido a dos autores que ya habían probado suerte en el subgénero de adaptaciones cinematográficas al cómic: Archie Goodwin y Walter Simonson. Autores que dos años antes habían realizado la adaptación de Encuentros en la tercera fase para Marvel Comics. Pero si, en esta última, los autores estuvieron limitados por los procesos de producción y estilo de la editorial más exitosa de la época, aquí pudieron desarrollar su trabajo bajo el amparo y las formas de una narrativa gráfica más sofisticada y dirigida a un público adulto.

Alien
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El resultado, una de las mejores adaptaciones al cómic de un largometraje. Goodwin adapta de manera casi literal el libreto original de Dan O’Bannon y Ronald Shusett -aunque desarrollando ligeramente la personalidad y las motivaciones del androide Ash- y Walter Simonson da un salto de gigante en su desarrollo artístico, jugando con las dimensiones y tamaños de las viñetas que componen cada página. 

Un delicado equilibrio que pasa del enjambre reticular de viñetas para dar paso a splash pages donde las escasas limitaciones del arte ilustrado le permiten jugar con el expresionismo magnificado de la criatura creada por H.R. Giger, dando como resultado algunas de las imágenes más impactantes y escalofriantes surgidas de las páginas del noveno arte.

El éxito de esta adaptación al cómic de Alien se saldó con un estruendoso éxito comercial, convirtiéndose en el primer cómic que aparecería en las listas de libros más vendidos del New York Times e influyendo en el corto plazo a otras adaptaciones cinematográficas trasladadas al lenguaje del cómic, como Atmósfera cero y Dune.

Outland
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'Atmósfera cero' de Jim Steranko (Metal Hurlant, 1981)

De todas las adaptaciones al cómic aparecidas, quizá Atmósfera cero de Jim Steranko sea la más interesante y revolucionaria. En primer lugar, porque posiblemente adapte el material original -la película de Peter Hyams protagonizada por Sean Connery- menos interesante de todos los elegidos en esta selección.

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Neo-noir y detective story de contexto espacial, la traslación de la correcta pero escasamente revolucionaria película de Hyams en las manos de Steranko -quizá el autor de los 60 más revolucionario e influyente en la evolución del lenguaje de la narrativa gráfica junto a Will Eisner- convierte una adaptación al cómic (de nuevo realizada por Métal Hurlant tras el éxito de Alien) en un híbrido entre cómic y libro ilustrado. 

La estructura del álbum, basado en una composición de página basada en la doble splash page que casi se convierte en diseños de producción superiores a los del original de Hyams, contrasta y choca con el uso de unos abrumadores textos de apoyo que consiguen desarrollar un relato que sus imágenes sintéticas reducen a la mínima expresión.

Dune
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'Dune' de Ralph Macchio y Bill Sienkiewicz (Marvel Comics, 1984)

Publicado dentro de la colección Marvel Super Special -en concreto en su número 36- la adaptación de la película de David Lynch más problemática, basada en la novela homónima de Frank Herbert, podría ser una de las adaptaciones gráficamente más fulgurantes, gracias al trabajo del dibujante Bill Sienkiewicz, sobre todo porque tuvo que lidiar con un guion de Ralph Macchio tan fiel al material original que caía en los mismos errores de desarrollo y estructura que el mancillado montaje final de la obra de David Lynch.

Dune
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Aparecida en 1984, esta adaptación encuentra a Sienkiewicz en un periodo artístico de transición, situado entre su trabajo al frente de la serie regular de El Caballero Luna y su transformación desde el realismo manierista de Neal Adams al expresionismo gráfico que acabaría estallando su etapa en Los Nuevos Mutantes junto al guionista Chris Claremont. 

Aquí, Sienkiewicz entrega un trabajo donde más allá de aprobar con nota en la traslación gráfica de los actores protagonistas del filme, consigue elevar la propuesta en sus momentos más lisérgicos -las visiones de Paul Atreides y su evolución hasta transformarse en el Kwisatz Haderach- y en la imaginería asociada a los Harkonnen -también el plato fuerte del filme de Lynch- sobre todo en su representación del Barón Harkonnen, que le serviría como campo de pruebas para su Rey Sombra en Los Nuevos Mutantes.

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