12 cosas que (probablemente) no sabías de 'Muñeco diabólico'

Con una nueva entrega a punto de salir en dvd, el malvado Chucky cumple 25 años hoy. Celebramos su aniversario con esta colección de datos como cuchilladas. Por YAGO GARCÍA
12 cosas que (probablemente) no sabías de 'Muñeco diabólico'
12 cosas que (probablemente) no sabías de 'Muñeco diabólico'
12 cosas que (probablemente) no sabías de 'Muñeco diabólico'

25 años, lectores. Un cuarto de siglo, nada menos, es el tiempo que ha pasado desde que un asesino en serie poseyó, con artes de magia negra, a un inocente juguete, para después embarcarse en una orgía de crímenes al por mayor. Es decir, que hoy mismo celebramos el 25 aniversario de Muñeco diabólico. Lejos de haber concluido, una de las sagas más desmadradas y originales de la historia del cine de terror celebra este año sus bodas de oro con La maldición de Chucky, una nueva entrega en la cual el guionista y director Don Mancini promete menos parodia y más sangre (sin por ello renunciar al cachondeo). Y, como este cumpleaños no estaría completo sin un poco de erudición cinéfila, aquí te ofrecemos un informe completísimo sobre el monigote pelopanocha. Y recuerda que puedes ganar 3 dvds de La maldición de Chucky con CINEMANÍA.

"Terror" rima con "humor"

Lo habitual en las franquicias terroríficas de los 80 (véase el caso de Pesadilla en Elm Street) era que partiesen de postulados serios para después recurrir al cachondeo conforme sus ideas se iban agotando. Pues bien: ese no es el caso de Muñeco diabólico. Desde que concibió el primer filme en 1987, Don Mancini planteó el serial como una sátira cargada de mala baba, cuyos dardos apuntaban a los efectos del márketing y la publicidad en los niños pequeños. Con el paso del tiempo, Mancini fue extendiendo ese ánimo burlón a otros aspectos como el periodismo basura, el culto a las celebrities y, en general, a las partes más excesivas y parodiables de la cultura pop.

Ese muñeco me suena de algo...

Como hemos dicho, Don Mancini quería que Muñeco diabólico fuese un corte de mangas a la industria juguetera y a sus tácticas comerciales. Por eso nuestro querido Chucky está algo más que inspirado en dos productos que hacían furor en los 80, ambos con el sello por Hasbro: se trataba de My Buddy, una línea de muñecos de gran tamaño, y de las Cabbage Patch Kids, las populares 'muñecas repollo'. A propósito de estas últimas señalemos que, tras el estreno de la película, el periódico sensacionalista National Enquirer publicó una noticia (falsa) según la cual una de estas muñecas, poseída por Satán, trató de estrangular a su dueña.

Padrinos asesinos

¿Nunca te has preguntado de dónde viene el nombre de Chucky? Pues nosotros tenemos la respuesta: tanto el nombre del muñeco como el de Charles Lee Ray, el asesino cuya alma le posee, derivan de tres criminales con mucho renombre. Se trata de Charles Manson (líder de la secta que asesinó a Sharon Tate), Lee Harvey Oswald (el asesino de John Fitzgerald Kennedy) y James Earl Ray, el hombre que mató a Martin Luther King.

Brad Dourif y sus locuras

¿Sabías que la voz de Chucky es la de un actor ilustre, que ha trabajado con David Lynch, Ken Loach y Werner Herzog, entre otros? Pues así es: además de Don Mancini (y, en los últimos años, Jennifer Tilly) el otro pilar indispensable de la saga Muñeco diabólico es Dourif, cuyo rostro recordarás como el de Lengua de Serpiente en El Señor de los anillos. Nominado a un Oscar y ganador de un Globo de Oro (en ambos casos, gracias a su trabajo en Alguien voló sobre el nido del cuco), el intérprete siempre se ha tomado muy en serio el papel: su forma de prepararse durante la primera película consistía en correr en círculos alrededor del micrófono, a fin de hiperventilar y jadear. El esfuerzo fue tal que Dourif se desmayó al menos en una ocasión. Por otra parte, consideremos que, hasta La novia de Chucky (el primer filme de la saga que empleó imágenes digitales), Dourif tuvo que grabar sus diálogos por adelantado, ya que sólo así podían sincronizarse estos con los movimientos del muñeco. No es extraño que, según Don Mancini, el último día de la saga será aquel en el que Brad diga "basta".

Los padres preocupados toman las calles

En 1988, la primera Muñeco diabólico fue acogida favorablemente por la crítica (según Roger Ebert, se trataba de un filme "más inteligente y agudo de lo normal en un slasher") y sus ganancias en taquilla ascendieron a unos estimables 63 millones de euros -ajustados- frente a un presupuesto de 12 millones. Aun así, la fama subsiguiente tuvo su lado negativo: un grupo de padres organizó una manifestación frente a las oficinas de MGM, asegurando que la película incitaría a los niños a cometer actos de violencia. El asunto se resolvió pacíficamente, pero para evitarse disgustos la productora renunció a los derechos de la franquicia, que fueron adquiridos por Universal.

¿Qué fue de Alex Vincent?

Con una producción zarandeada por devenires empresariales, y bastante peor acogida por la crítica que su predecesora, Muñeco diabólico 2 fue sin embargo uno de los estrenos más rentables de 1990 en EE UU en proporción a su número de pantallas, aupándose incluso al número 1 de la taquilla. Y también fue la última película en la que apareció Alex Vincent, el niño que daba vida al protagonista Andy Barclay. Contando con una breve carrera como actor infantil, Vincent abandonó la interpretación en 1993, con 12 años recién cumplidos. Una vez acabados sus estudios, volvió a probar suerte en el cine, pero tras una serie de audiciones con mala pata se concentró en su carrera como músico de sesión (su instrumento, por cierto, es la batería). Eso sí: desde 2008 ha vuelto a participar en algunos filmes, dentro de la serie B más rigurosa, y los fans de la saga se alegrarán de su regreso en La maldición de Chucky.

La realidad siempre es más horrible

Nos encantaría poder hablar de Muñeco diabólico 3 (1991) debido a sus resultados en taquilla, a la presión del estudio sobre Don Mancini (según el autor, este es el filme más flojo de la saga debido a las prisas) o a cierto chaval neozelandés, llamado Peter Jackson, que estuvo a punto de dirigirla. Pero nos tememos que no será así: si el tercer título de la franquicia ha pasado a la historia es porque fue acusado de inspirar dos crímenes en la vida real, ambos en el Reino Unido. La víctima del primero fue Suzanne Capper, una chica de 16 años secuestrada y torturada hasta la muerte por un grupo de amigos. Un año más tarde, la prensa sensacionalista también señaló a Muñeco diabólico 3 como instigadora de la muerte del niño James Bulger, un caso que levantó muchas ampollas dada la corta edad tanto de la víctima (3 años) como de sus asesinos (ambos de 10 años por entonces). Finalmente, resultó que ninguno de los dos jóvenes había visto la película.

Jennifer Tilly: amor y odio

La polémica que rodeó a Muñeco diabólico 3, más el declive general que el cine de terror sufrió en los 90, supusieron un interludio de siete años en la saga del monigote asesino. Ahora bien, cuando Chucky volvió, lo hizo a lo grande para encontrar al amor de su vida: hablamos, por supuesto, de La novia de Chucky, filme de 1998 que apostaba definitivamente por el humor desmadrado y sangriento, y en el que además se incorporó Jennifer Tilly (por entonces en lo más alto) prestando su voz a Tiffany, la muy poligonera y plastificada novia del título. La actriz admite que, cuando recibió la oferta, se sintió insultada, pero nunca se ha apeado en el serial pese a que su relación con las películas es, cuanto menos, ambivalente: "He rodado con Woody Allen y con Jim Carrey", dice, "pero nueve de cada diez personas me reconoce por Muñeco diabólico".

Reportero diabólico

Puede que Chucky nunca haya movido multitudes de la misma forma que Freddy Krueger o Jason Vorhees (Viernes 13), pero su inolvidable rostro le ha dado buenos trabajos como presentador y maestro de ceremonias. Sin ir más lejos, es una presencia fija en los espectáculos de Halloween de los parques temáticos Universal, y (pasmémonos) ha ejercido como invitado especial en Saturday Night Live. Promocionando el estreno de La novia de Chucky, el muñeco apareció en el mítico programa de humor, todo trajeado, para comentar la moción de censura contra el entonces presidente Bill Clinton. Hay que decir que sus ideas acerca del mandatario y de su adulterio con Monica Lewinsky resultaron muy liberales, pero finalmente le salió el pelo de la dehesa y trató de apuñalar a su colega Colin Quinn.

Cine basura al por mayor

Ya con una reputación consolidada, y con una compañera para los restos, ¿qué le faltaba a Chucky para gozar de una vida familiar asesina y satánica? Pues está claro: un hijo. O una hija, según se mire, porque Don Mancini se marcó un guiño al mismísimo Ed Wood en La semilla de Chucky (2004). Y es que el vástago transexual del protagonista (doblado por Billy Boyd) es un homenaje a Glenn or Glenda, uno de los títulos emblemáticos del considerado 'peor director de la historia'. Por si eso fuera poco, nuestro querido John Waters también tuvo un papel en la película (muriendo de forma horrible, como corresponde). Y, rizando el rizo, Quentin Tarantino estuvo a punto de intervenir en el filme haciendo de sí mismo: como el genio de la gran mandíbula estaba rodando Kill Bill, su lugar fue ocupado por Redman, uno de sus amigos del colectivo rapero Wu-Tang Clan.

"Britney Spears no sale en esta película"

El disclaimer que aparece arriba no es producto de nuestra calenturienta imaginación: los productores de La semilla de Chucky se vieron obligados a incluirlo en los créditos y la publicidad de la película. ¿Por qué? Pues debido a la escena en la que el muñeco y su hijo estrellan su todoterreno contra el coche de la cantante. Aunque el papel de Britney corrió a cargo de una imitadora, el mánager de esta pensó que el filme podía perjudicar su imagen pública, y movió hilos para que apareciese el texto de marras. Quién sabe, a lo mejor si Chucky no hubiese dicho aquello de "Oops! I Did It Again"...

Chupando cámara en Psicosis

Durante los últimos meses, preparando el estreno de La maldición de Chucky, nuestro muñeco asesino ha llevado a cabo su acto más vil de depravación. ¿Hablamos de un nuevo asesinato, una mutilación, un acto de tortura...? Pues no: de la campaña en el canal de YouTube Movieclips titulada Chucky Invades Your Favorite Horror Movies. Como su propio nombre indica, estos vídeos nos muestran al monigote colándose en títulos clásicos del terror, lo cual nos permite verle acuchillando (no sin dificultades) a Janet Leigh en el clásico de Hitchcock, aterrorizando a Lena Headey en Mamá o encabezando a los vándalos de The Purge: La noche de las bestias, entre otras invasiones por el estilo.

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