CINEMANÍA nº 313

CINEMANÍA nº 313: Los 100 mejores thrillers de la historia
CINEMANÍA nº 313: Los 100 mejores thrillers de la historia
Cinemanía
CINEMANÍA nº 313: Los 100 mejores thrillers de la historia

1. NYU. Supongamos que Martin Scorsese es un cinemaníaco. No es por presumir, que dirían Faemino y Cansado sobre las magdalenas, pero me gustan mucho las gafas de Scorsese y su manera de mirar el mundo. Su yo cineasta, por supuesto, me fascina: sería capaz de ver una película suya, qué sé yo... Uno de los nuestros; Jo, qué noche o La edad de la inocencia, todos los días. Y también me flipa el Marty loco por el cine. 

Ha conseguido caerme tan bien que, muchas veces, me convencen más las cosas que él cuenta de algunas películas míticas que esas propias películas. O quizá sea que, como pasa con algunos amigos a los que quieres tanto como admiras, me acaban privando esas películas solo porque le gustan a él, por su forma de contarlas. Sí, también vería todos los días las 3 horas y pico de Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano (titulito de marras) y las 4 horazas largas de Mi viaje a Italia.

El bueno de Marty estudió cine en la Tisch School de la Universidad de Nueva York (NYU). No todos los profesores eran como Haig P. Manoogian, que le transmitió su capacidad para captar la trascendencia, su gran debilidad. Un chaval de Little Italy veía con los ojos bien abiertos el cine italiano y se abría al cine europeo de forma natural. Por eso, ya en su juventud, se propuso escribir una tesina sobre una de las películas que le habían marcado desde su estreno en 1949: El tercer hombre, de Carol Reed. Aquel suspense, perfecta mezcla de claroscuro expresionista y vivencias neorrealistas en la Viena rosselliniana de posguerra, le inspiró. Su profesor le puso una B+, notable alto, pero rubricó aquella calificación con una nota al margen: “Forget it, it’s just a thriller”. Olvídalo, Marty, solo es un thriller.

Carol Reed. Graham Greene. Joseph Cotten. Orson Welles. Robert Krasker. Y ni siquiera nos vamos a enfadar si es la música de Anton Karas lo que mejor te la trae a la memoria. Pero que sepas que estás ante una obra maestra del noir y el cine en su máxima expresión.
Carol Reed. Graham Greene. Joseph Cotten. Orson Welles. Robert Krasker. Y ni siquiera nos vamos a enfadar si es la música de Anton Karas lo que mejor te la trae a la memoria. Pero que sepas que estás ante una obra maestra del noir y el cine en su máxima expresión.
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2 THRILL. Solo un thriller. Puro entretenimiento. Acaso el género perfecto para poner el ventilador del prejuicio. Quizá por eso Scorsese se empeñó en dar clases en esa escuela: para compensar tamaña afrenta antes de dedicarse a dar lecciones magistrales tras la cámara. Cinco de sus películas forman parte de la lista de 100 mejores thrillers de todos los tiempos de CINEMANÍA. Es segundo tras las siete de Alfred Hitchcock, cuyo cine redefine el género en el imaginario colectivo, haciendo equivaler el “una de Hitchcock” a la acepción de ‘suspense’ en el diccionario, donde aparece su orondo perfil. Cierra el podio Fincher, con tres cintas (igual que Lynch) y el plus de ser número 1 con Zodiac.

Thriller viene de “thrill”, cuya traducción oscila entre la emoción y la excitación, la tensión y el sentimiento, combinadas también con el placer y el miedo, en una impresión absolutamente subjetiva, como la que está en la base de la elección de las películas que forman parte de esta selección que, sin embargo, deja fuera decenas de otras películas indiscutibles. Como siempre, lo que pretendemos (“Nos gustan las listas” en nuestro frontispicio) no es pontificar, sino mover a la discusión, descubrir unas cuantas joyas ocultas, refrendar otras tantas obras maestras y pasar un rato bueno debatiendo. El suspense podría estar en todas las cosas, en todas las películas. Más que un género líquido, de lindes difusas, extensas, sería un género gaseoso, una bruma que nos envuelve, como una noche ante el 221B de Baker Street. Es solo niebla, pero cómo cala.

3 FARSA. No me resisto a compartir 10 elecciones íntimas: El premio, de Mark Robson, la película más hitchcockiana que nunca hizo Hitchcock; Veredicto final, de Lumet (y van dos de Paul Newman); la tenebrosa Asesinato por decreto, la cineherida Escondidos en Brujas; El crack 2 (a la altura de la primera), la inquietante Lo que esconde Silver Lake, un Bond rotundo como Skyfall; Frenesí, Hitchcock a la virulé; una de mafia italiana: El día de la lechuza, y La cabina genial de Mercero

Estas películas, como tantas otras, también merecían estar en la gran lista. Hay una undécima que completa mi equipo de proscritos (Los doce del patíbulo sería, claro, la duodécima): al cierre de la revista (esta carta es lo último que va a imprenta), falleció Mario Camus, director de joyas consagradas de nuestro cine como Los santos inocentes y La colmena, y de filmes de culto como Young Sánchez y Con el viento solano. Una de sus películas menos visitadas me cambió la vida: Los farsantes es un drama, pero las andanzas de una compañía teatral por la España de los 60 acaba mutando en una película de terror. Thrill absoluto con Camus, que merece estar en todas las listas.

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