Mank

Fotograma de 'Mank'
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Valoración:

“¿Quién es?”, pregunta Louis B. Mayer. “Solo es un guionista”, contesta Irving Thalberg refiriéndose a Herman Mankiewicz. No es ni mucho menos el diálogo más brillante de la película, un filme, por otra parte, repleto de ellos. Sin embargo, en él radica la razón de ser de Mank, homenaje de David Fincher al coguionista de Ciudadano Kane y a los guionistas en general. 

Escrita por su padre, Jack Fincher, Mank es la historia en dos tiempos –sí, como Ciudadano Kane– de la escritura del guion de la ópera prima de Orson Welles. En el presente, Mank, interpretado por un Gary Oldman que desaparece por completo en un personaje borracho que siempre se está haciendo notar, escribe 327 páginas de American, así se titulaba el borrador, recluido y semisecuestrado en un rancho bajo la vigilancia de los secuaces de Welles. En el pasado, en flashbacks, como Fincher subraya con sus encabezados de secuencia, descubrimos su amistad con Raldolph Hearst y Marion Davies y las razones que le han llevado a escribir un retrato con tan mala baba. 

Son dos películas las de ese pasado, literalmente. Una primera película que es pura comedia, con el ritmo y la lengua rápida, anacrónicamente sorkiniana, de las que se hacían en el Hollywood de los años 30 que retrata. Ese en el que “había millones por hacer y la competencia eran idiotas”, como decía Mankiewicz en sus telegramas para que sus excompañeros chupatintas dejasen sus periódicos de Nueva York y fuesen a trabajar al este como guionistas, camino que había recorrido él mismo. El mismo Hollywood en el que el todopoderoso Louis B. Mayer –¡tremenda presentación del personaje!– le pedía una bajada de sueldo a sus empleados mientras que la Metro-Goldwyn-Mayer aumentaba sus beneficios y en el que David O. Selznick se dejaba los cuernos para llevar a la gente al cine. Sin duda, esta primera parte de Mank es un paraíso para los cinéfilos nostálgicos y fetichistas de ese Hollywood en el que S. J. Perelman o George Kaufman se inventaban películas sobre la marcha (porque habían estado bebiendo y apostando cuando tenían que haber estado escribiendo) o el despacho de Irving Thalberg olía a chamusquina porque los hermanos Marx habían pasado la tarde cocinando perritos calientes en su chimenea. 

Sin embargo, Mank, y esto la convierte en una película libre y especial, sale en un momento dado de ese tono de comedia y apuesta por el noir según el pasado y el presente de Mankiewicz se van volviendo más ambiguos y oscuros. Es esta segunda parte una película política con evidentes ecos a las elecciones que Donald Trump ganó en 2016 y de la propaganda en forma de fake news que gigantes como Facebook distribuyeron sin asco, algo que Fincher ya trató en su “Ciudadano Kane de las pelis de John Hughes”, como él mismo llama a La red social

Pasado y presente, engarzados entre cambios de bobina figurados, son también un claro homenaje al Hollywood de los 30 y 40, desde su música compuesta por los camaleónicos Trent Reznor y Atticus Ross hasta su fotografía y su diseño sonoro. El personaje de Orson Welles, interpretado magistralmente por Tom Burke, es también la mejor fiesta que se le podía hacer. Su espacio en la película es pequeño –porque Mank es el verdadero protagonista– y esa es la mejor forma de recordar lo grande que era su figura.

FICHA TÉCNICA

Póster de 'Mank'
  • Director:

    David Fincher

  • Género:

    Drama, Biografía, Comedia

  • País:

    Estados Unidos

  • Sinopsis:

    Biopic sobre Herman Mankiewicz, guionista de la exitosa 'Ciudadano Kane', de Orson Welles. Un repaso por el proceso de rodaje y la industria de Hollywood de los años 40.

  • REPARTO: Gary Oldman, Amanda Seyfried, Charles Dance, Tom Burke, Lily Collins,

  • GUION: Jack Fincher

  • DURACIÓN: 132 min.

  • VEREDICTO: Oldman desaparece en su personaje histriónico. Aquí huele a Oscar.

  • DISTRIBUIDORA: Netflix

  • ESTRENO: 20/11/2020

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