La música del silencio

La música del silencio
La música del silencio
La música del silencio

El director Michael Radford es, sin duda, un hombre con arrestos. Tras su jaleo con la familia Frade y La mula, se ha embarcado en la adaptación de las memorias del cantante Andrea Bocelli. Un biopic que no se mueve un milímetro de la estructura de las historias de superación, en este caso, de cómo un joven invidente que no cree en su cuerdas vocales se convierte en un cantante de éxito.

En este sentido, La música del silencio es una película perfecta, y eso no entra en contradicción con que no le pongamos cinco estrellas y, de hecho, le demos una calificación modesta tirando a mala. Es perfecta porque es la insuperable analogía cinematográfica de las virtudes del artista al que pretende homenajear. Para quien no lo sepa, Andrea Bocelli es un tenor sui generis que, sin embargo, ha vendido más discos que su compatriota Giovanni Ranna raviolis. La cuestión es que Bocelli canta ópera, pero no es un cantante de ópera. Es otra cosa. O eso dicen los expertos. Y poco importa que no lo sea. No necesitó serlo para que sus elepés Romanza y Sacred Arias retronasen en el 90% de los reproductores de cd de los Porsche Cayenne antes de la crisis. Bocelli es ópera para la que gente que no tiene palco en el Real o el Liceo y tampoco lo quiere tener. Es fast food ópera. Igual que Luis Cobos es fast food música clásica. Y no es un demérito. Es un talento al alcance de muy pocos que lo ha convertido en millonario.

Lo mismo ocurre con La música del silencio: es una película, pero no es cine. Es otra cosa. O eso decimos nosotros, Es una especie de auto homenaje de dos horas de duración. Una extensión de lo que podríamos llamar Mundo Bocelli. Y eso lo justifica todo. Si en la ópera se exige a los espectadores que acepten que El barbero de Sevilla se cante en italiano aunque ocurra en la ribera del Guadalquivir, en el Mundo Bocelli se nos pedirá que aceptemos que sus toscanos protagonistas hablen en inglés con acento italiano. Para los españoles, el choque es todavía más contundente, pues la primera escena tiene como protagonista a Jordi Mollá interpretando al padre de la criatura ¡y montado en un tractor! No es el único peaje que se nos pide para entrar en el Mundo Bocelli: también hay que aceptar unos diálogos sacados directamente de un generador de guiones, en el que abundan las sentencias lapidarias y motivacionales. ¿Qué obtenemos a cambio? Un paraíso, una Disneylandia del ‘bel canto’ en el que todo es bonito, todo es maravilloso: hay mucho amor, mucho esfuerzo, mucho tesón, mucha solidaridad. Y no es un demérito. Hacer colar esta exaltación del homenajeado, a la sazón productor, por una película dramática requiere de un talento al alcance de muy pocos.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

La música del silencio
  • Director:

    Michael Radford

  • Género:

    Drama, Biografía

  • País:

    Italia

  • Sinopsis:

    Basada en la novela autobiográfica del tenor italiano Andrea Bocelli. Amos Bardi es un niño que, a pesar de nacer con ceguera parcial, consigue desarrollar sus extraordinarias dotes musicales. La ceguera de Amos se convierte en total a los 12 años como consecuencia de un accidente jugando a fútbol. Pero, apoyado por su familia, Amos no abandona nunca su pasión por la música y recibe clases de canto por parte de un gran maestro, decisivo en su formación.

  • REPARTO: Antonio Banderas, Jordi Mollà, Toby Sebastian, Alessandro Sperduti

  • GUIÓN: Anna Pavignano, Andrea Bocelli

  • VEREDICTO: Más que un biopic, una hagiografía.

  • DURACIÓN: 115 min.

  • DISTRIBUIDORA: A Contracorriente

  • ESTRENO: 24/08/2018

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