Infierno bajo el agua

Lo del pulpo en el garaje se queda corto para el ejercicio de estilo que propone Alexandre Aja en este filme: el cocodrilo (alligator) en el sótano. Conjuga así tres de sus grandes obsesiones, vistas ya en trabajos anteriores como Reflejos o Piraña 3D: el poder telúrico del líquido elemento, la casa encantada y la reivindicación del terror setentero. El resultado es la que, casi con toda seguridad, es la serie B más elegante y mejor filmada del año, a años luz de disparates como Sharknado, aunque comparta con la popular saga su sentido de la diversión. Que el director se lo pasa pirata haciendo sufrir a sus protagonistas y a los espectadores con esta trepidante claustrofobia submarina y subterránea se confirma en esos créditos finales al ritmo del festivo See You Later Alligator, de Bill Haley.