Crítica de 'Ant-Man y la Avispa: Quantumanía'

El alivio cómico quería ser algo más. así lo explicó Peyton Reed hablando de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía. El director (al que esta saga, recordemos, le llegó de segunda mano) estaba cansado de que sus cintas hicieran el papel de sorbetes para limpiarse el paladar entre tanto crossover épico, con lo que su nueva aspiración era convertir al héroe metepatas de Paul Rudd en anfitrión del nuevo gran evento Marvel.

Los crímenes de poca monta, los problemas domésticos y las hormigas bautizadas en honor de actores malagueños tenían que despedirse, porque Reed y el guionista Jeff Loveness (Rick y Morty) tenían los ojos puestos en algo más. Algo cuyo precio, según vemos aquí, era el encanto que destilaban las aventuras de Scott Lang gracias, precisamente, a ser la única franquicia del estudio con la mirada puesta en las cosas pequeñas.

Tras despachar un prólogo cuyo costumbrismo socarrón enlaza con las entregas anteriores, Quantumanía se esfuerza por ser tan grande como el protagonista cuando usa uno de sus discos azules. ¿Lo consigue? Pues no demasiado: la escala está ahí, con ese Reino Cuántico lleno de tentaciones psicodélicas, y también los materiales, empezando por ese Kang que siempre ha sido uno de los villanos más malos y más locos de Marvel en papel y que aquí aparece envuelto en el carisma de Jonathan Majors.

Asimismo, la cinta también prometía darle más protagonismo a Michelle Pfeiffer como la Avispa original, revelando los secretos (no solo de alcoba, aunque también) de su exilio en esta dimensión subatómica. Muy a pesar de todo esto, sin embargo, uno se levanta de la butaca con esa sensación que dejan las películas incapaces de aprovechar sus potencial.

La majestad del mundo paralelo, para empezar, se va rápidamente al garete debido a una cámara que no cumple (la agobiante insistencia en los primeros planos hace preguntarse cuánto tiempo han pasado los actores en el mismo plató) y a ese montaje cuya velocidad reduce cada momento prodigioso a un mero ‘visto y no visto’.

Si el guion acompañara, al menos, estos defectos serían aguantables, pero un espectador con olfato para el cliché empezará a arrugar la nariz con la aparición, o más bien cameo de lujo, de un Bill Murray con maneras de Lando Calrissian: los peores momentos de Quantumanía, de hecho, parecen armados a medias con piezas sueltas de Star Wars, y a medias con ideas desechadas por James Gunn para sus películas sobre los Guardianes de la Galaxia.

Ante ese panorama, detalles como la aparición de un MODOK (Corey Stoll) tan grotesco como el de las viñetas (aunque no tanto como el de la serie de Patton Oswalt: ojalá) o esa escena en la que Rudd sirve como enxaneta de un castillo humano formado por todas sus identidades posibles saben a premios de consolación, porque ellas tampoco llevan sus premisas tan lejos como deberían.

Así pues, Quantumanía refuerza la impresión de que Marvel lleva desde 2019 (cuando Vengadores: Endgame despidió su primera etapa) pugnando sin éxito para redefinir su marca sin perder el favor del gran público. Será que en el mundo actual resulta más y más difícil creer en los héroes, o que la Casa de las Ideas está dejando de hacer honor a su nombre. Puede que ambas cosas.

FICHA TÉCNICA

'Ant-Man y la Avispa: Quantumanía'

• Director:

  Peyton Reed

• Género:

  Ciencia-ficción

• País:

  EE UU

• Sinopsis:

  Convertido por fin en superhéroe de pleno derecho, Scott Lang se enfrenta junto a su familia a los cabos sueltos que Janet dejó durante su exilio en el Reino Cuántico.

• Guion: Jeff Loveness

• Duración: 124 min.

• Reparto: Paul Rudd, Evangeline Lilly, Kathryn Newton, Michelle Pfeiffer, Michael Douglas, Jonathan Majors

• Veredicto: El mini-héroe de Marvel cambia su encanto por épica: mal negocio.

• Distribuidora: Disney

• Fecha de estreno: 17/2/2023