A todo tren. Destino Asturias

La última película de Santiago Segura es una película sobre caminos que se bifurcan. Dentro y fuera de la pantalla. Dentro, un trío de adultos que ha perdido un tren debe llegar a Asturias antes que el grupo de niños a los que debían tutelar. La trama adulta funciona relativamente bien y tiene un ritmo estimable. 

Hay alguna dentellada del colmillo que se le presupone a Santiago Segura: la incorrección política del lenguaje inclusivo (inclusiva, inclusive); la mofa de la Guardia Civil o de los nacionalismos; e incluso un personaje borderline como el de Unai (Diego El Cejas), que tranquilamente podría pertenecer a la torrentiana Banda del Rafi y el Malaguita.

El problema lo tiene la trama de los niños, en franco desequilibrio. Seis menores sueltos en un tren deberían generar muchas más situaciones cómicas, situaciones dramáticas o… situaciones, sin más. Ya sabemos que es una película familiar, y no le pedimos la tensión de Pánico en el transiberiano, pero en la era en la que todo hijo/hija de vecino tiene TOC, Asperger, hiperactividad o intolerancia a cualquier cosa, sorprende su falta de creatividad a la hora de hacer trastadas y la indefinición de sus personajes. 

En una especia de oda a la abulia, por no hacer, no se hacen ni un vídeo de TikTok. Los pequeños aburren a las marmotas hasta el punto de convertir al espectador en un pequeño Herodes, y a los añorados y aparentemente bondadosos Parchís en una especie de Emisarios del Mal en la Tierra.

Sin embargo, el problema más inquietante de A todo tren. Destino Asturias está fuera de la pantalla, y tiene que ver con la bifurcación que ha tomado la carrera de Santiago Segura. Esa por la que uno de los creadores más singulares y taquilleros del cine español y europeo decide convertirse en un adaptador de inanes comedias familiares (en este caso de la francesa Attention au départ, de Benjamin Euvrard). 

Cinemanía

No es que haya perdido la inspiración. El incansable Segura demuestra en sus constantes apariciones televisivas que mantiene los niveles de acidez por las nubes, pero cuando se enfrenta al cine se convierte en una versión dulcificada, cuyo humor solo molesta a los diabéticos. Puede deberse a una cuestión de taquilla, sin duda, pero es que sus Torrentes funcionaban como un ídem en recaudación. Hay que mirar, por lo tanto, al paisaje. Todo en el cine español está peor que el transporte ferroviario en Extremadura. 

En realidad, hemos vuelto a la estación de partida sin aprender nada por el camino. Los más pollaviejas del lugar recordamos el periodo 2010-2012, cuando solo la combinación del director Fernando Gónzalez Molina y del actor Mario Casas, tan criticados y ninguneados por los exquisitos filmotequeros, nos salvó de la desaparición. Este año, como el año pasado, es Segura el que debe salvarnos. Lo hará, de eso no hay duda, pero el coste a pagar por la industria audiovisual será altísimo. Si sus creadores más originales deben plegarse a productos que claramente no van acordes con su talento, es que el cine español está a punto de perder el tren.

FICHA TÉCNICA

A todo tren. Destino Asturias

• Director:

  Santiago Segura

• Género:

  Comedia

• País:

  España

• Sinopsis:

  Un grupo de niños se dirigen en tren a un campamento en Asturias acompañados de Ricardo y Felipe. Pero estos dos, padre y abuelo de algunos de los chiquillos, pierden el tren dejando a los pequeños a su libre albedrío con todo lo que ello conlleva.

• Guion: Marta González de Vega, Santiago Segura
  

• Duración: 88 min.

• Reparto: Santiago Segura, Leo Harlem, Luna Fulgencio, Florentino Fernández, Joaquín Reyes

• Veredicto: Warner Bros Pictures España

• Distribuidora: Alta velocidad en taquilla, tren de mercancías en nuestro corazón

• Estreno: 8/07/2021