OPINIÓN

Cuatro recomendaciones en Disney+, Prime Video, Filmin y Movistar Plus+

¿Estás harto de cambiar de plataforma sin saber qué ver? Todas las semanas elegimos cuatro películas o series para ti
Suro
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Filmin
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Fin del idilio generacional del 15-M

Suro, en Filmin

Suro
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A Contracorriente

“Un brindis por Elena y por Iván”. Una voz fuera de campo interpela a la pareja protagonista de Suro. Ellos –soberbios Vicky Luengo y Pol López– miran a cámara ilusionados. Celebran que son los únicos del grupo de amigos que se atreven a cambiar de vida. Y enseguida se verbaliza el concepto sobre el que se asienta esta ópera prima en la que es fácil reconocer una mirada propia sobre la sociedad: donde otras personas hablan, Iván y Elena, hacen. Donde otros han prometido que dejarían la ciudad y se irían a vivir al campo, ellos se han ido. Están felices y bailan. Ese baile, visualmente muy potente, tendrá su respuesta al final de la película, pero en esa ocasión con una coreografía patética y triste.

Al comienzo de Suro, Iván y Elena, que están esperando un hijo, se mudan a una masía que ella heredó de su tía. Son arquitectos y su proyecto de vida pasa por reformar esa casa abandonada que es una metáfora de su idealismo, de la vida con la que tanto han soñado, de los valores sobre los que han hablado desde que se conocen.

No hace falta haber visto mucho cine para intuir que estamos a punto de presenciar la degradación de una pareja, un Perros de paja cambiando la Inglaterra más rural por el Ampurdán, ni lo que pasará con el burrito que viene con la masía.

Sin embargo, lo más interesante del filme no es ese retrato de una crisis, que, de hecho, adolece de atmósfera, de tensión –a pesar de la gente que anda con hacha por la película–, sino los motivos de fondo que contribuyen a dicho enfriamiento. En la finca hay árboles de los que se extrae corcho. Y la pareja comete su primer pecado cuando no contrata a la cooperativa que les habían recomendado sino a un “caciquillo de pueblo”, así lo llaman, que les ofrece más dinero por recogerlo.

Entra de lleno el conflicto principal sobre el que se asienta Suro: la diferencia que existe entre cómo vivimos y cómo nos gustaría vivir, entre ideales y hechos. Un conflicto inherente al ser humano pero que en la generación a la que pertenecen los protagonistas tiene una resonancia especial: es la generación que, a diferencia de sus padres, los de Mayo del 68, iba a cambiar el mundo acampando en Sol (y el resto del mundo) en el 15-M. Mikel Gurrea recoge este conflicto en una finca del Ampordá y en la intimidad de una pareja. Enseguida, se hacen evidentes las cuestiones materiales, tan ajenas normalmente al cine español y que aquí sirve de muro contra el que chocan los protagonistas.

No volverás a mirar a tu portero de la misma forma

El encargado, en Disney Plus+

El encargado
El encargado
Disney +

En España los porteros siempre han tenido fama de cotillas. En Argentina, al parecer, son más peligrosos que un agente de la KGB. Eso es lo que hemos aprendido al ver El encargado, la serie creada por una de nuestras duplas de directores favoritas: Mariano Cohn y Gastón Duprat.

Los creadores de las geniales El hombre de al lado o El ciudadano ilustre cuentan la historia de Eliseo, el portero (o encargado, como dicen allá) de un edificio de clase de alta que ve en juego su trabajo cuando los vecinos se proponen sustituirle por una piscina (o pileta).

La amenaza da pie a una serie de intrigas de pasillo que recuerda tanto a 13 Rue del Percebe como a Mientras duermes, la aproximación que en su día hizo Balagueró a las porterías siniestras con Luis Tosar como encargado del que desconfiar. Aquí es Guillermo Francella y no sabría decir cuál de los dos da más miedo.

Vuelven las animadoras más controvertidas

Yellowjackets. 2ª Temporada, en Movistar Plus +

'Yellowjackets' (temporada 2)
'Yellowjackets' (temporada 2)
Cinemanía

Su primera temporada tuvo un estreno silencioso pero se fue convirtiendo poco a poco en la favorita de muchos. Por eso, tal vez, Movistar Plus+ ha decidido darle más coba al desembarco de su segunda temporada que incorpora al reparto a Elijah Wood como detective.

Yellowjackets vuelve a su doble línea temporal para seguir las andanzas de este equipo de fútbol femenino que sobrevivió a un accidente de avión y pasó 19 meses en un bosque en medio de la nada.

Su primera temporada nos convenció a pesar de estar un poco estirada (¿y qué serie no?), por su fino montaje y por el trabajo de sus actrices, entre las que están viejas glorias de los 90 como Christina Ricci o Juliette Lewis. No es una serie que te va a cambiar la vida pero es perfecta, siendo un cruce de Perdidos y Viven con un lado muy femenino, para una buena maratón.

Una delicada joya del cine español

Viaje al cuarto de una madre, en Prime Video

[Goya 2019] 'Viaje al cuarto de una madre': Apegos feroces
[Goya 2019] 'Viaje al cuarto de una madre': Apegos feroces

Con faldas. Con brasero. Una mesa camilla que cuenta lo que los personajes de Viaje al cuarto de una madre callan. Tanto Leonor, la hija que sueña secretamente con marcharse a Londres, como Estrella, la madre que se refugia en casa para no enfrentarse a la vida que viene después del luto. La muerte del padre, sugerida, apuntada, está tan presente en la casa como estos dos personajes que no se atreven a empezar a vivir otra vez.

En su debut en el largometraje, Celia Rico Clavellino nos enseña lo que es el cine sin necesidad de grandes decorados, sin salir prácticamente de las cuatro paredes de un cuarto, siguiendo astutamente a cada uno de los personajes cuando la narración lo pide. 

Si, al principio, acompañamos a Leonor por los pasillos de casa y compartimos sus ansias de salir fuera, de conocer otros mundos, pero también su sentimiento de culpa por dejar a su madre sola, en la segunda mitad es a Estrella a quien comprendemos: su depresión mal curada, su refugio en la maternidad y en esa mesa camilla que da calor pero termina por quemar. Su despertar es tan inevitable como sorprendente el regreso a casa de Leonor y ese juego de puntos de vista con el que nos conquista la ópera prima de Clavellino.

Lola Dueñas y Anna Castillo hacen suyas a esta madre y a esta hija en cada gesto, en cada mirada, en un registro contenido, casi castellano, que nada tiene que ver con los que habitualmente identificamos con ellas. Juntas consiguen esa magia solo al alcance de los mejores intérpretes, que solo veamos a sus personajes sin importar lo conocidos y reconocibles que sean. Sin ese talento se nos escaparía el amor maternofilial que tan bien retratan, ese vínculo que une a madres e hijas y que es tan grande que resiste hasta en las insalvables rupturas que son ley de vida.

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