La mejor serie del año según la crítica francesa
Possessions, en Filmin
Hagamos un poco de autocrítica. Con el aluvión de series estadounidenses en las plataformas a veces los contenidos europeos escasean en este blog de recomendaciones. Menos mal que estamos suscritos a Filmin. Hace unas semanas la plataforma de los cinéfilos por excelencia estrenó esta coproducción franco-israelí reconocida por la crítica francesa como la mejor serie del año.
La premisa no puede ser más misteriosa: una pareja celebra su boda en Israel. A punto de cortar la tarta las luces se apagan repentinamente. Al encenderse, él aparece degollado, desangrándose en el suelo. Ella tiene la cara y el vestido blanco ensangrentado y sostiene un cuchillo en la mano. ¿Qué ha sucedido?
Con estos mimbres, Shahar Magen imagina una doble investigación llevada a cabo por una policía israelí sin pelos en la lengua y por un vicecónsul interpretado por Reda Kateb cuyo origen árabe añade cierta tensión a la trama. Nadia Tereszkiwicz es la novia ensangrentada en esta ficción de seis episodios que conjuga intrigas familiares, supersticiones y recelos geopolíticos.
Fincher nos enseña a amar el cine
Voir, en Netflix
Hace unos meses la cuenta de Twitter de Netflix nos puso los dientes largos con un enigmático mensaje. Pronto podríamos ver en la plataforma lo nuevo de David Fincher. Los fans de Mindhunter se cayeron de culo. Aquello podría decir que los cazapsicópatas del FBI iban a volver a Netflix. Nada más lejos de la realidad.
Aquel mensaje de Twitter se refería a Voir, las claves del cine en la cultura contemporánea, una serie de video ensayos sobre el séptimo arte en cuyos títulos de crédito David Fincher figura como productor ejecutivo. Demos las gracias al director de Seven por embellecer el catálogo de Netflix de esta manera. En cualquier caso, no deja de ser curioso que este arte popularizado por Youtube y que ha dado lugar a cineastas de la talla de Kogonada haya tardado tanto en llegar a una plataforma.
Seis capítulos narrados por periodistas cinematográficos o videoensayistas como Every Movie Frame is a Painting abordan temas tan distintos como la diferencia del cine y la televisión o el verano de Tiburón desde distintos enfoques. Si El verano del tiburón explica lo que supuso la mítica película de Spielberg desde lo autobiográfico, La ética de la venganza opta por un repaso histórico de la venganza en el cine. Una pena que en todos se eche en falta una mayor profundización en el lenguaje cinematográfico.
Para fans de Nick Hornby
High Fidelity, en Disney +
¿Otra vez Alta fidelidad? Para aquellos que estén hartos de los remakes, reboots, relanzamientos y sagas, la idea de esta nueva versión de la novela más famosa de Nick Hornby puede despertar suspicacias. ¡Olvidadlas!
Zoë Kravitz toma el relevo de John Cusack en la versión expandida del peterpanismo más musiquero. Y aunque Cusack nos encantaba como Rob, hay que decir que la hija de Lenny Kravitz y Lisa Bonet (¡que ya salía en la película original!) tiene un rollazo espectacular.
Vestida como en los 90 (solo a ella le sigue quedando bien ese abrigo de cuero largo) y escuchando temazo tras temazo (de Talking Heads a Bowie pasando por Fleetwood Mac), sigue siendo igual de disfrutable ver a su personaje, que también se llama Rob, lidiando con el mismo miedo al compromiso que su predecesor. Los personajes secundarios, que ya eran carismáticos en 2000, están aquí muy bien actualizados (¡grande Da’Vine Joy Randolph!) a la vez que mantienen el espíritu molón de la película de Stephen Frears.
La película que nos descubrió a Florence Pugh
Lady MacBeth, en Amazon Prime Video
El dramaturgo William Oldroyd decidió demostrar con su ópera prima que podía llevar el cine low cost a las películas de época. Sus limitaciones terminaron por ser aciertos en este hipotético period drama que envuelve con aparente sencillez un thriller, una historia de terror y el mejor cine de autor.
Lady Macbeth traslada la historia rusa a la embarrada campiña inglesa, escapando del corsé de época inglés como ya hacía la adaptación de Andrea Arnold de Cumbres borrascosas: a base de mugre, viento y cámara en mano. En interiores, sin embargo, prima la simetría y el tempo pausado, el silencio de una época de pocas palabras.
El arte recuerda a los maestros flamencos, con pocos colores y gran economía de atrezzo que la actriz protagonista, Florence Pugh, eclipsa con su terrorífico arco: de la inocente niñez a la madurez más vil, de la asepsia de un matrimonio sin amor a los arañazos de la pasión. Todo en la ópera prima de Oldroyd contribuye a que no podamos apartar la mirada de su atípica villana, tan mala que mejora a la de Shakespeare.
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