Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Un Espanyol de película (I)

Un Espanyol de película (I)
Un Espanyol de película (I)
Un Espanyol de película (I)

El Espanyol como refugio. A José Luis Garci, cinéfilo y futbolero a machamartillo, le gusta siempre decir que el cine nos proporciona una vida de repuesto. Un alivio con el que sobrellevar la diferencia entre lo que somos y lo que soñamos. En realidad algo de eso tiene también el fútbol, nuestro viaje semanal a la niñez, a esa infancia recuperada a la que nos devuelve la pasión futbolística todos los domingos (o incluso lunes por la noche, a deshoras, y atrapados en una rotonda). El Espanyol rompe moldes, porque esa mezcla entre vida de pega y regreso al chaval que fuimos choca con una realidad compleja, más dura de lo normal, basada en un saldo negativo entre victorias y derrotas y en una supervivencia difícil pero honesta, que, curiosamente, se parece bastante a la vida real.

Si fuese una película, el Espanyol no sería una de superhéroes ni un biopic de triunfador, pero aspiraría a ser una emocionante película de perdedores ante su última oportunidad de redimirse. Una de boxeo con claroscuros de cine clásico, un western crepuscular o incluso una de Ken Loach. Los pericos nos evadimos con nuestro equipo, no para conocer una existencia mejor, sino para aprender a sobrellevar los palos de la vida. En realidad, sobrevivimos dos veces.

Zamora vs Chaplin

Fútbol y cine nacieron casi al mismo tiempo, a finales del XIX (en los puertos se descargaban balones y cinematógrafos por igual); se extendieron como fenómeno de masas en los primeros años del siglo XX (Ricardo Zamora y Charles Chaplin jugaban sus roles a la vez) y han mantenido curiosas relaciones con la televisión y el universo digital (vemos tanto películas y series como partidos a la carta desde el sofá). Pese a todo aún hoy son las dos pasiones del momento, quizá las más extendidas. Sin embargo, conviven de espaldas, no han sabido congeniar del todo. Parece que haya pocas películas sobre fútbol y las que recordamos no demasiado buenas. ¿Seguro? Una mirada más afinada nos descubre que hay un buen puñado de películas sobre fútbol, y más allá, escenas futboleras importantes en películas que no giran alrededor del fútbol. Real Madrid y Barcelona tienen hueco en el cine español (vienen compitiendo desde el cine de barrio hasta la eclosión de Netflix) e incluso en el internacional, como marcas globales que son; el Atlético de Madrid ha vendido la historia del pupas mainstream, pero, ¿y el Espanyol? Más allá de localismos, clubes que aparecen en las películas rodadas en sus ciudades (el Sporting de la oscarizada Volver a empezar, el Betis, el Sevilla o el Valencia en películas rodadas en sus ciudades) y destellos de otros equipos de tradición como el Athletic Club, el club blanquiazul tiene recorrido en la historia de nuestro cine. Ser del Espanyol es un milagro que el cine tenía que contar. Y, a su manera, lo ha hecho en unas cuantas películas. [Continúa]

Un Espanyol de película (II)

Un Espanyol de película (III)

Un Espanyol de película (IV)

Un Espanyol de película (V)

Un Espanyol de película (y VI)

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