Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Tiempo de amor, tiempo de fútbol en el No-Do

Tiempo de amor, tiempo de fútbol en el No-Do
Tiempo de amor, tiempo de fútbol en el No-Do
Tiempo de amor, tiempo de fútbol en el No-Do

"Verán cómo pega el pibe a la pelota... ¡Qué barbaridad! ¡4-0! reaccionan en los últimos instantes los italianos y buscan con ahínco reducir la sensacional diferencia. Van a conseguirlo, por fin: Lodetti marca el solitario gol. 4-1. Todo es posible en astronáutica [por el contexto, probablemente la imagen señalase la luna], pero la eliminatoria se pone para los milaneses tan difícil como alcanzarla [¿la luna?], exactamente"

Suena la inconfundible voz del No-Do (el noticiero cinematográfico previo al pase de las películas), ante la atenta mirada de la pareja que forman Julia Gutiérrez Caba y Agustín González. El cine (como los paseos por el parque o las meriendas en cafés) es uno de los pocos lugares donde una pareja de novios podía refugiarse en la España de los años sesenta. El director Julio Diamante lo plasmó magistralmente en el angustioso tríptico de parejas en peligro de Tiempo de amor (1964). El primer episodio de esta película en tres partes reúne a estos dos novios que esperan que él apruebe una oposición (mientras trabaja en un banco y ella es mecanógrafa) para casarse y así poder irse a vivir juntos. Abocado al fracaso, el personaje de Agustín González necesita un poco de distracción con una película.

"El pibe" de la locución es, por supuesto, la saeta rubia, don Alfredo Di Stéfano, y ese 4-1 final, con gol de Lodetti para maquillar el resultado, es un partido de ida de cuartos de final de la Copa de Europa de la temporada 63/64 que se disputó en el Santiago Bernabéu el 29 de enero de 1964 entre Real Madrid y Milan AC (los otros tres goles blancos fueron de Amancio, Puskas y Gento). Los italianos, campeones el año anterior, ganaron el partido de vuelta en Milán 2-0, pero quedaron eliminados. El Real Madrid pasó a la final tras deshacerse del Zurich en semifinales, aunque cayó derrotado por el Inter (3-1) en la dramática final de Viena, el último partido que jugó Di Stéfano con la camiseta blanca.

De amor y de fútbol, historias con final triste en la España de 1964.

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