Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

PELÉXPLOITATION

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Pionero en intuir la cercanía de ambos universos, Pelé siempre ha reconocido, un poco en serio, un poco en broma, que, de no haber sido futbolista, le habría encantado ser actor. Habría podido añadir incluso que lo fue, o al menos que intentó serlo, sobre todo desde que colgó las botas en el Cosmos de Nueva York (1977) y mantuvo su contrato de imagen con Jack Warner.

El mundo entero recuerda la chilena de Evasión o victoria (1981), pero su personaje más insospechado llegó un par de años antes en un thriller brasileño titulado Os trombadinhas. No era su primer protagonista (fue el abolicionista Chico Bondade en 1972 en el filme A marcha), pero sí la primera vez que participaba en un guión y tomaba las riendas de un proyecto.

Pelé interpreta a Pelé incrustado en el cuerpo de policía de Sao Paulo para ayudar a los menores que viven en la calles de la ciudad trapicheando bajo las redes del hampa. Pistola en mano, entre el Shaft de Las noches de Harlem y el Sidney Poitier de En el calor de la noche; mitad poli, mitad superhéroe social; Pelé empezó a vislumbrar que su mejor personaje no podría interpretarlo en el cine, y escogió el papel de relaciones públicas de sí mismo para la eternidad.

*Texto sobre Os trombadinhas (Anselmo Duarte, 1979) publicado en la revista Panenka de septiembre 2015 (nº 44).

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