Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Balón de Oro al Globo de Oro

Balón de Oro al Globo de Oro
Balón de Oro al Globo de Oro
Balón de Oro al Globo de Oro

Las ganas que tengo de ver Homeland no hacen sino aumentar día tras día.

Y no, no es sólo porque haya ganado el Globo de Oro a la mejor serie de ficción dramática, ni porque su protagonista, el inglés Damian Lewis, lo fuese también de una de las grandes series de nuestra vida: la epopeya bélica de la II Guerra Mundial Band of Brothers. Podría ser también por esa eterna lucha de poder entre rubia y morena que se plantea entre Claire Danes (mi favorita, sin duda) y Morena Vaccarin, pero ni por esas. En mi caso, la clave vuelve a estar en el fútbol.

No contento con protagonizar también Will, una película sobre la que volveremos y en la que interpreta al padre de un niño obsesionado con el fútbol y con su equipo, el Liverpool, el balompié es esencial en el planteamiento de esta serie, la triunfadora del año. Damian Lewis es un militar norteamericano destinado en Iraq y dado por muerto tras un secuestro. En su larguísimo cautiverio, el personaje de Lewis acaba siendo obligado con el paso del tiempo a ser el instructor del hijo del líder de la célula de Al Qaeda responsable de su captura. Instructor de inglés, pero también de fútbol (soccer), un deporte que ayudará a que el norteamericano y el niño iraquí acaben manteniendo una relación casi de padre e hijo a cuenta del idioma universal del balón de fútbol. Un argumento que, por cierto, ya se utilizaba en el oscarizado filme En tierra hostil, donde Jeremy Renner jugaba al fútbol y citaba a Beckham en sus ratos libres echando unos penaltis con un chiquillo con el que acababa encariñándose en pleno Bagdad.

A falta de más imaginación en Hollywood, buenos son estos detalles futboleros.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento