OPINIÓN

El Hulk indio castiga la corrupción política

El Hulk indio castiga la corrupción política
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El Hulk indio castiga la corrupción política

Lo de las pelis de superhéroes es ya un fenómeno local. Las superproducciones de Marvel hacen una auténtica pasta gansa, y provocan imitaciones en todo el mundo, como bien saben nuestros lectores. Y en la adaptación del modelo de superhéroe yanqui a la idisoncracia nacional, se están creando unos productos realmente acojonantes: acordaos por ejemplo del Spiderman Nigeriano que tanto nos gustó.

Pero, una vez más, cuando crees que lo has visto todo, vienen los indios y te vuelven a reventarte la cabeza.

Enter: Athisayan, EL HULK INDIO.

Mirad esos carteles. Esos maravillosos carteles. ¿Podría ser cierto? ¿Podría existir algo tan bello? Pues sí. De hecho, el film va al grano. O casi: los primeros minutos de la película actúan a modo de resumen de lo que vamos a ver: UN NIÑO QUE SE CONVIERTE EN GIGANTE Y DESTROZA TODA LA CIUDAD. ¿Quieres ver mostros? ¡TOMA MOSTROS! Aunque claro, como siempre pasa en el cine chungo… la cosa tiene truco.

El niño Devdas resulta que es un auténtico genio del cálculo que vive en un orfanato con una buena maestra llamada Maya (Khavya Madhavan) Y como todos los orfanatos del cine, corre peligro de ser cerrado. Entre los amigos de los niños está un científico bueno (el veterano Jackie Schroff), que busca una fórmula para hacerse invisible. Si a esto unimos la aparición de un enano haciendo muecas, todo parece indicar que estamos ante una versión moderna de Mr. India, uno de los clásicos del cine familiar de por allí. ¡Dos plagios por el precio de uno!

Así, durante la primera mitad de la película comprobamos las injusticias a las que someten a los pobres y los abusos de poder de políticos y poderosos. La cosa llega hasta tal punto que implican a un inocente en un crimen, casi matan a una de las niñas y hasta secuestran a la maestra, no vaya a ser que cante. Y durante la segunda, llega la venganza. Justa, por supuesto.

El niño Devdas está más indignado que tu timeline del Facebook, siempre escandalizándose. Y como el científico hace experimentos en un orfanato y con las puertas abiertas de par en par, es cuestión de tiempo que uno de los críos eche mano a la fórmula en cuestión y descubra sus efectos. Efectos que usa para empezar a hacer justicia y putear a los malvados políticos y mafiosos que hacen lo que les sale del glande.

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Pero tomar demasiada pócima de la invisibilidad tiene efectos secundarios. Por ejemplo: si toca algo de metal, provocaría una reacción en cadena que lo transformaría en un niño enorme, monstruoso y muy musculoso con una fuerza descomunal. Y como comprenderéis, esto ocurre en el clímax de la película.

Si ya toda la película ha sido un despiporre por la combinación de canciones, melodrama y alivios cómicos ridículos, la traca final del film, con el crío convirtiéndose en un indignado descomunal es TREMENDA. Una mezcla de Hulk y King Kong se dedica a matar a los malos de diferentes y crueles maneras. ¡Se lo merecen! Sus aventuras, no obstante, tendrán un tráfico final.

Como podemos ver, Athysayan es el resultado de alguien que se flipa a lo loco con al descubrir las posibilidades del ordenador en el cine y no conoce mesura, a pesar de no tener los recursos necesarios. La mayoría de técnicos en CGI del país deben de andar trabajando siempre en películas de Hollywood, de lo contrario, no se explica que el resultado sea tan chapucero. Y eso que el director a veces muestra pericia planificando las escenas, pero es imposible tomarse nada en serio con ese muñecote del Resident 3 poniendo caras.

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Por supuesto, no pueden faltar las canciones que caracterizan a la mayoría de la producción india: aquí poquitas y bien repartidas. Y no olvidamos añadir personajes gilipollas haciendo el imbécil y un poquito de romance: Athysayan es puro cine popular indio (malayo en este caso) puro masala. Es el clímax de la película el que lo convierte en algo inolvidable: el resto del film, no obstante, es divertido en su cutrerío y melodrama infernal.

El público indio dio la espalda a este despropósito, truncando las intenciones que denotaba un mensaje en los créditos: “Athysayan volverá en una segunda parte”. ¡Que faena! Solo nos queda soñar con unos posibles Vengadores indios. Y cuidadín, que ya son unos cuantos los supers indios que tenemos por ahí. Queremos una JLI: Justice League India a la de ya.

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