OPINIÓN

¡My Way, joder, My Way!

¡My Way, joder, My Way!
¡My Way, joder, My Way!
¡My Way, joder, My Way!

Os voy a contar lo que pasó en mi última actuación:

Yo estaba ahí encima del escenario soltando mis ingeniosas bromas, componiendo divertidos gestos, moviendo mucho las manos, pronunciando todo lo bien que puede pronunciar una persona de Albacete, y de repente me di cuenta que donde tenía que haber risotadas había respiraciones. Sì. Respiraciones, cuchicheos y algún vaso roto. No more. Entonces a mi mente vinieron imágenes de catástrofes naturales y de aviones cayendo en picado, e incluso me acordé de una película que vi de niño donde un hombre que veía a través de los objetos al final se arrancaba los ojos. O sea, que regular.

No es que me afectara, pero al terminar cogí a uno de eso bastardos de la pechera y le pregunté:

-¿Por qué diablos no os habéis reido? ¿Qué pasa? ¿Es que no entendéis las jodidas bromas?

-No es eso, señor Joaquín…

-Entonces, ¿qué es?

-Pues que nos las sabemos de memoria.

¡Anda! ¡Ya apareció el peine! Los señoritos se sabían mi monólogo de principio a fin y sólo por eso no se reían. ¿Entonces, qué pasa, que tengo que escribir bromas nuevas? ¡Así de fácil! ¡Me cago en la leche! ¿Es que no se dan cuenta de que las bromas que escribiría no serían ni de lejos lo graciosas que son estas? ¿Qué quieren, bromitas de chichinabo? ¿Eso es lo que quieren, quieren que me hunda? ¿Quieren que beba a solas? (Bueno, eso ya lo hago a veces) ¿No se dan cuenta que estos chistes son geniales? Vale que los escribi en 2003, pero tampoco ha pasado tanto tiempo. Además, Frank Sinatra se tiró mas de treinta años cantando My Way y la gente no le decía: “¡Ey, Sinatra canta otra, que esa ya nos la sabemos!”. No, joder, no se lo decían. No se lo decían ni de coña. Asi es que, si os sabéis mis bromas, dismulad y fingid, y haced como que os reís. No seáis tan egoistas y pensad un poco en mi también.

De nada.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento