OPINIÓN

Cartas cinéfalas: Joaquín Reyes a los chanantes

Cartas cinéfalas: Joaquín Reyes a los chanantes
Cartas cinéfalas: Joaquín Reyes a los chanantes
Cartas cinéfalas: Joaquín Reyes a los chanantes

Albacete, 1 de septiembre de 2017

Queridísimos:

Parece que fue ayer, pero hace ya quince años que empezamos esa maravillosa aventura televisiva llamada LA HORA CHANANTE. Lo recuerdo perfectamente porque coincidió con mi implante de pelo (¿os acordáis de ese extraño mechón rizado que lucía?). En ese momento no éramos conscientes de lo que teníamos entre manos, y no lo digo porque estuviéramos drogados la mayoría del tiempo sino porque simplemente hacíamos lo que nos gustaba, sin pensar en nada más. Pero joder, estábamos haciendo historia y en poco tiempo nos convertimos en una referencia del humor. Aún hoy, nuestro querido “pograma” –como me gustaba llamarlo a mí– es recordado y citado por muchos cómicos como los Venga Monjas o Albert Rivera. Nunca os lo he preguntado pero, ¿cómo era trabajar conmigo? Debíais de flipar bastante, me imagino. Os agradezco que no se os notara la envidia y que también disimularais la admiración; os adaptasteis muy bien a mi genialidad y a mi brillo. Aunque fuera la estrella indiscutible, todos fuimos importantes y diría que necesarios para el resultado final. A lo mejor en el momento os pareció ridícula vuestra contribución, pero yo os aseguro, como factótum, que todo sumó. No quiero que os quedéis con “pesambre”. Además, la irregularidad, que fuéramos capaces de combinar momentos sublimes con otros mediocres, se convirtió a la postre en nuestro sello.

Os escribo para compartir estos pensamientos con vosotros y también para daros las gracias. Creo que nunca os agradecí vuestra entrega de mierda. Sí recuerdo daros voces y arrojaros algún que otro objeto con ánimo de dar… En fin, que allá voy.

Una cosita, como no me acuerdo de vuestros nombres os he numerado y descrito brevemente:

Amigo 1, el galán de la cabeza grande y voz profunda, gracias.

Amigo 2, el gordete de la papada, gracias.

Amigo 3, el de la barba pelirroja y los andares “trapisondos”, gracias.

Amigo 4, el que vino de un pueblo y tocaba la trompa, gracias.

Amigo 5, el que me debe dinero, gracias.

Amigo 6, el barbado que la gente se creía que era un poco “falto”, gracias.

Os quiero a todos por igual.

JR

Mostrar comentarios

Códigos Descuento