
Querido Adil:
Permíteme que empiece con un divertido acertijo: se abre el telón y se nos ve a mí, a ti y al otro con el que has dirigido Batgirl –que no me acuerdo cómo se llama– en fila y por este orden… ¿Qué soy yo? (Piénsalo un poco). ¿Ya caíste? (Te doy más tiempo porque como eres medio belga, medio marroquí irás a tu ritmo). ¿Lo adivinaste? (Venga, te lo digo porque tampoco tengo todo el día): ¡Un CEO a la izquierda! ¡Jajajajaja! ¿Lo entiendes? Es un juego de palabras con la expresión “un cero a la izquierda”.
¡Soy de traca! Pero, ¿sabes una cosa? La vida del CEO no es un ‘jijí’ y un ‘jojó’, porque es verdad que tienes una tarjeta de empresa con la que lo pagas todo: comilonas, hoteles, escorts, farinelli… Pero también has de tomar decisiones, algunas realmente difíciles, que afectan a otros –porque detrás de los números hay gentecilla que tiene sus ilusiones y sus anhelos; que, si les pinchas, les duele, como suele decirse–.
A veces pasa que un director rueda una película –sobre una superheroína enmascarada, por ejemplo– y lo hace con toda su ilusión: con un casting increíble –combinando estrellas emergentes con artistas consagrados–; con efectos especiales espectaculares –gente volando, actores jóvenes pronunciando bien–; contando con un gran presupuesto… Y, después de todo el esfuerzo que eso conlleva, se encuentra con que esa producción, que sin duda es genial, se mete en un cajón porque así lo ha dictaminado el CEO de turno. Pero lo que muy poca gente sabe es lo complicado que le resulta tomar una decisión como esa; que son muchas las lágrimas que se derraman por sus ojos de CEO.
¡Es muy duro! –A veces me gustaría trabajar en una cadena de montaje–.
Por cierto, cambiando de tema: ¿sabes cómo se llamaba el derecho que otorgaba a los señores feudales la potestad de mantener relaciones sexuales con cualquier doncella sierva de su feudo que fuera a contraer matrimonio con uno de sus siervos? Pues para eso has dirigido la película Batgirl: pernada.
Un abrazo,
David.
P.D.: Lo digo porque no se va a estrenar ni en cines ni en ninguna plataforma. Se entiende, ¿no?
P.D.: Te adjunto una foto que me he hecho llorando.
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