Matthew Reilly no ha cumplido los 40 y ya se codea con nombres como el de Tom Clancy dentro del género de las novelas de acción bélicas. Reilly además es un frikazo: es su casa puedes encontrar una réplica a tamaño natural de Han Solo congelado en carbonita. Y en su garage, el DeLorean DMC-12 de regreso al futuro. Así que si leyendo alguno de sus libros te sientes como si estuvieras ante una de la película más ambiciosa de Michale Bay, o ante la entrega más espectacular de un Call of Duty, ya sabes por qué es.
Las aventuras de Schofield y su equipo de marines, además, tienen el aliciente de no ser sólo aventuras militares puras (como las de Clancy) si no que añaden algunos elementos de ciencia ficción que hacen de estas obras de Reilly algo realmente singular. Veamos, en las tres aventuras de Schofield editadas en España (de las 5 publicadas en inglés) hemos visto una transporte extraterrestre sepultado bajo el hielo polar durante miles de años (sí, como en La Cosa, pero sin terror alienígena multiforme); una amenaza nuclear desde el mismo corazón de Estados Unidos; y un sádico juego de caza a nivel mundial con todos los mercenarios y cazarecompensas del planeta tras la cabeza (literalmente) de Scholfield.
Por el camino quedará un rastro de casquillo de bala de todos los calibres existentes, estructuras derruidas, helicópteros derribados, aviones de combate estrellados y un montón considerable de cadáveres de todo tipo de malhechores.
Insistimos, los libros de Reilly no son los más profundos ni iluminadores del mundo, ni su estilo el más pulido y refinado, pero son como esas ricas hamburguesas de los dinner americanos: Puedes comerte una de medio kilo, incluso tomarte un batido de medio litro de postre, pero querrás más. Siempre más. Son lecturas que devorarás de un tirón, saltando de un cliffhanger tras otro (¡casi uno por párrafo!), sin pausa, casi sin poder tomar aliento. La lectura perfecta para vivir grandes emociones y peligros sin salir de casa este otoño, que ya empieza a refrescar, y además uno nunca sabe si salir o no con paraguas...
Esto es BAZINGA!, donde hemos visto hundir el mayor portaviones de la fuerza naval francesa acurrucados en nuestro sofá.
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