RISE OF NIGHTMARES – Mueve tu cu-cu

Nos ponemos en situación. Rumanía. Un científico loco. Mal rollismo al estilo Hostel – Saw. Ultraviolencia. Prótesis y ortopedias innecesarias. Gore. Y tú haciendo cucamonas delante de la pantalla. El primer intento para traer a Kinect un juego hardcore que satisfaga a los jugones más serios (esos que juntan mucho las cejas y aprietan los dientes para jugar) nos ha dejado un sabor agridulce.

Rise of Nightmares parte de una idea interesante: utilizar la potencia de Kinect para meternos de lleno en un “survival horror” de lo más truculento. Un viaje por Rumanía es la excusa perfecta para ponernos a machacar con un hacha a payasos diabólicos y otros engendros degenerados nacidos de la mente enferma de algún programador de alma torturada y espíritu homicida. Tampoco le vamos a dar importancia a la historia (tampoco los desarrolladores del juego lo han hecho). Deberemos escapar de un castillo sembrado de trampas a cual más imaginativa, y enfrentarnos a una tropa de psicópatas asesinos como no veía desde mis años E.G.B.

La gracia en todo esto está en que mediante la magia de Kinect podremos blandir, con espantosos y sangrientos resultados, todo tipo de armas cuerpo a cuerpo (desde jarrones a sierras eléctricas) sin que nos metan en la cárcel. Eso libera mucho tras un duro día en el tajo. Para avanzar deberemos adelantar el pie derecho; para girar, hacer lo propio con el torso. Para interaccionar con los diferentes elementos del escenario tendremos que elevar una mano y mantenerla en una determinada posición, para luego ejecutar una serie de movimientos dirigidos. El resto de acciones, ofensivas (especialmente para las señoras mayores e incluso para jugadores veteranos) y defensivas, consistirá en mover los brazos a la mayor velocidad posible sin ningún tipo de rigor. Toda esta coreografía, en conjunto, ofrece un aspecto similar al de este video:

Una vez descrita la jugabilidad de la que hace gala este título, pasamos a describir el acabado técnico: apaga tu XBox 360. Corre al trastero en busca de tu antigua XBox. Salpica generosamente tu pantalla con un bote de ketchup. Enciende tu antigua Xbox. Ya lo tienes.

Una auténtica lástima.

Pero ojo, querido lector. Esto no quiere decir que Rise of Nightmares sea un mal juego. No lo es si lo que quieres es divertirte. Porque divertido, es un rato. La acción es trepidante y tendrás más de un susto gordo. Te costará pillarle el punto a la mecánica del juego en un primer momento, y las armas más potentes y las situaciones más impresionantes tardan en aparecer un rato. Pero con algo de paciencia, en seguida te encontrarás sudando y moviéndote frenéticamente mientras tratas de librarte de un turba babeante (y si haces bien tu trabajo, también sangrante). Si no te diviertes haciendo eso, ¿para qué has comprado un Kinect?

A pesar de todo, Rise of Nightmares ofrece un par de ideas estupendas, que indican por dónde pueden ir los tiros para próximos juegos y que son avances que realmente merece la pena explorar, como por ejemplo, tener que quedarse muy quieto para evitar que los enemigos te detecten (pienso en juego de infiltración) o interacciones tan interesantes como taparte los oídos para que los ruidos fuertes no afecten a tu personaje.

El mayor problema del juego no es que sea un juego técnicamente justito, que lo es. Ni que no sea divertido, que también lo es. Si no que para ser un juego que pretende arrancar la etiqueta de “casual” a Kinect, ofrece la misma experiencia de juego que un Dance Central (aunque exige mucha menos coordinación, gracia y estilo). La diferencia radica en que en el resto de juegos de Kinect, la mayoría de los personajes no se desangran en el suelo hasta morir entre estertores y gritos de agonía cada vez que el jugador gana una partida. Y tampoco suelen producir pesadillas.

Desde Bazinga, donde somos unos firmes defensores de jugar con las cejas muy juntas, porque somos gente seria, pero sentados, porque también somos muy comodones, te recomendamos Rise of Nightmares si piensas que los personajes del boxeo de Kinect Sports no sangran lo suficiente cuando les pegas.

Para despedirnos te dejamos un video inspirador, para que estudies los movimientos más letales y los pongas luego en práctica con Rise of Nightmares.

Esto es BAZINGA, donde bailar pegados es bailar, y jugar sentados es jugar.

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