El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) sostiene que los censos anuales de osas con crías que se realizan en la Cordillera Cantábrica "no reflejan la realidad de la evolución de la población osera".

La asociación incide en que "la cifra de que en la Cordillera Cantábrica puede existir ya una población cercana a los 350 ejemplares según referencias en medios de comunicación de la Fundación Oso Pardo, carece de ningún fundamento técnico o científico que lo sostenga".

"Año tras año, las Administraciones Públicas están tratando de ofrecer una imagen de éxito en la conservación de la población de osos vinculada con el aumento poblacional y la buena garantía de supervivencia de la especie", apuntan desde Fapas.

No obstante, el colectivo asegura que "esto solamente es cierto en algunas partes de la Cordillera Cantábrica". "La población occidental, mayoritariamente presente en la región de Asturias, se ajusta a esta situación de incremento poblacional, si bien es en la actualidad muy lento y se debería de plantear que la actual situación es en realidad de sostenibilidad", dice.

En concreto, señala que "los magníficos resultados de los censos que ofrecen las administraciones no tienen en cuenta intencionadamente el fracaso reproductor". "Cada año, algunas hembras pierden a sus crías, con lo que al año siguiente vuelven a reproducirse y son nuevamente computadas en el nuevo censo", argumenta.

La Fundación Oso Pardo hizo públicos los últimos datos censales del oso pardo, en peligro de extinción, en octubre de 2017. En ellos cifraban en 40 el número de osas con 67 crías repartidas en las dos subpoblaciones (34 osas y 57 crías en la zona occidental y el resto en la zona oriental, mucho menos poblada).

Ambas poblaciones se encuentran divididas desde hace muchos años, hasta el punto de tener características genéticas diferentes. El reducido intercambio demográfico y genético es muy reducido, por lo que en muchos casos se da la endogamia.