Ramón (63 años). Es sacerdote de la diócesis de La Habana, aunque no ha llegado directamente desde allí: viene de una peregrinación a Tierra Santa, "con su eminencia el cardenal Ortega" y un encuentro con el papa en Roma. En Madrid hay unos 50 jóvenes cubanos. Tiene experiencia en este tipo de acontecimientos, que ha vivido "en Santiago, Denver (Colorado, EE UU) y Manila", y cree que es posible que tras la JMJ se retire, "porque ya hay otros más jóvenes que yo". Cree que Benedicto XVI tiene una "mirada muy positiva hacia la vida y hacia la juventud". Respecto a la modernización de la Iglesia en algunos aspectos, opina que es un reto y que hay cosas "a las que no puede renunciar, aunque se van dando algunos pasos".
MIRENTXU MARIÑOConstance (41 años). Es de Trinidad y Tobago y ha llegado "con un grupo de parroquianos de mi país". No es su primera experiencia de este tipo, "pero como si lo fuera". Asegura que está conociendo mucha gente de otros países, como "Ecuador, Chile, EE UU, Australia, muchos lugares" y que la JMJ está resultando "maravillosa" tanto a la hora de vivirla como de verla desde fuera. Espera que durante los días que esté en Madrid, Benedicto XVI ofrezca "un mensaje esperanza para el futuro", sobre todo en esta ápoca en la que "se ven cosas muy tristes en el mundo". Cree que el papa conecta muy bien con la juventud. A los críticos con la JMJ hay que mostrarles, dice, "una sonrisa" y "amor", porque expresan su punto de vista.
MIRENTXU MARIÑOPascual (28 años). De Argentina han llegado a Madrid unas 6.500 personas. Su grupo, de 22 peregrinos, es el de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos. "El ambiente es espectacular, la gente es muy cálida, nos ven por la calle y nos saludan y nos dan buenos augurios". El único día en el que no ha habido actos oficiales de la JMJ, él y sus compañeros han aprovechado para asistir a las sesiones de catequesis y acudir al Retiro a la Fiesta del Perdón, aunque reconoce entre risas que no tiene nada demasiado importante que confesar. Ha decidido participar en la jornada "para vivenciar a Cristo vivo" y demostrar que "los jóvenes somos iglesia activa".
MIRENTXU MARIÑOAndreina (24 años). Venezolana, estudia Enfermería en Madeira (Portugal). Desde allí partió con un grupo de jóvenes de Funchal, parte de uno más grande llamado DPES (Departamento da Pastoral do Ensino). "Es impresionante ver cómo tanta gente de tantos lugares han venido buscando algo que, ciertamente, muchos no saben lo que es", explica. Todos esperan, dice, "una respuesta" y cree que la visita del papa "va a contribuir" a encontrarla. Tiene loas a la organización, aunque los problemas logísticos son inevitables. Duerme con su grupo en la localidad de Colmenarejo y han tenido que hacer hueco a otros con los que no contaban. Tienen hora tope de llegada por la noche y turnos para todo; "estamos algo limitados".
MIRENTXU MARIÑOSantiago (19 años). Nada más terminar la JMJ de Sidney, este barcelonés tuvo claro que quería estar en la de Madrid "por lo que me contaron" y se apuntó como voluntario "a través del colegio y de una asociación juvenil a la que iba". Para poder ayudar a los demás durante estos días, "en lo que haga falta", ha recibido formación, tanto a nivel "material como espiritual". Se aloja en un colegio del centro de Madrid junto a unos 300 voluntarios; "pero hay más en otros lugares, en Ifema están viviendo 3.000". Le hace "mucha ilusión" ver al papa, sobre todo en el Via crucis, "donde le ves muy recogido". Cree injustificadas las críticas sobre la financiación de la JMJ, "es privada; sí que se podía emplear el dinero en otra cosa, pero la Iglesia da mucho a obras de caridad". Preguntamos por el 15-M: "La gente joven tiene inquietudes, siempre está buscando algo, otra cosa es cómo se manifieste".
MIRENTXU MARIÑOClaire Marie (18 años). Forma parte del movimiento de los Guías y scouts de Europa, que ejercen de voluntarios durante la JMJ. Llega desde Lille (Francia) para ayudar y encontrarse "con los jóvenes que creen en Dios". Es consciente de que ver al papa de cerca va a resultar complicado al haber tanta gente, pero espera poder hacerlo "un poco mejor que los otros" dada su condición de voluntaria. De Benedicto XVI espera que dé "un mensaje un poco nuevo" que ayude a la manera en la que "vivimos nuestra fe" y opina que aunque la Iglesia "puede modernizarse en algunos puntos", los valores tienen que ser los mismos de siempre, "los principios de los apóstoles". Le parece "simpático y raro" estar conociendo a tanta gente por la calle de manera espontánea.
MIRENTXU MARIÑO