Felina cerró una etapa televisiva sin precedentes. El 29 de septiembre de 2013, concretamente, ese episodio puso fin a la aclamada y truculenta historia de Breaking Bad. Y entonces parecía que el spin-off protagonizado por el inimitable abogado de Walter White no superaría en audiencia al universo creado años atrás por Vince Gilligan. Sin embargo, el deslenguado, picapleitos y descarado de Saul Goodman ha conseguido meterse en el bolsillo a la audiencia estadounidense.

Con casi 7 millones de espectadores, de los que 4,4 millones pertenecían al grupo de edad más demandado por las agencias publicitarias (de 18 a 49 años), debutó Better Call Saul. La grandísima acogida del público ha colocado a la ficción televisiva que se desarrolla 6 años antes que Breaking Bad en el mejor estreno por cable de la historia en esa franja de edad, un título que hasta ahora ostentaba Deadwood, el drama de HBO que en 2004 sedujo a 3.700.000 televidentes.

Aunque estos datos son, en parte, el resultado de una estrategia bien planteada y ejecutada por la cadena AMC, que decidió estrenar el primer capítulo de Better Call Saul el domingo, tras el regreso de la exitosa The Walking Dead, con el objetivo de captar el mayor número de espectadores posibles. Y funcionó. El segundo episodio de la ficción televisiva lo hizo el lunes, que a partir de esta semana se convierte en el día oficial de emisión.

En España, Movistar Series es el canal encargado de ofrecer las aventuras de Saul Goodman y, en concreto, ofrece la tanda de capítulos 24 horas después de su estreno estadounidense. Así, los suscriptores del canal de pago pudieron disfrutar del primer capítulo el lunes y este martes del segundo.

Better Call Saul supone el regreso del universo de Vince Gilligan a la pequeña pantalla, y cuenta con el inolvidable Jonathan Banks (Mike) entre sus filas. Los actores Bryan Cranston (Walter White) y  Aaron Paul (Jesse Pinkman), sin embargo, no participarán esta temporada.